Empresas de seguridad privada quieren un rol más activo

La razón en la cual fundamentan este pedido es que el sector privado tiene la tecnología y los recursos necesarios para colaborar con la seguridad pública. Además de que, en algunas ocasiones puntuales, las experiencias que surjen del trabajo en conjunto son exitosas. 
Si bien los empresarios destacan la predisposición de escucha que han tenido las autoridades ministeriales, insisten en que aún hay mucho por avanzar y sostienen que en otros países esta colaboración se lleva adelante de forma cotidiana. 

“Cuando pasó lo de la banda del perfume, que robaban en farmacias, nosotros trabajamos en colaboración con la policía y el resultado fue muy exitoso. Se llegó a los delincuentes gracias a haber trabajados juntos”, ejemplificó a Café y Negocios el gerente general de Securitas y presidente de la Cámara Uruguaya de Empresas de Seguridad, Oscar Sagasti. Agregó que si bien en Uruguay este es un caso aislado, en el mundo hay “experiencias que son muy exitosas” que se dan de manera rutinaria. “Mientras que cada uno de los actores haga lo que tiene que hacer, y respete, no debería de haber problema”, explicó. 

En esta línea, Sagasti sostuvo que con el gobierno anterior se venía progresando, pero la llegada del coronavirus complicó las negociaciones con las autoridades entrantes. De igual modo, sostuvo que el espíritu es positivo y las conversaciones se vienen dando en buenos términos. 
Otra de las razones por las que el directivo cree que es pertinente dar este paso es que las empresas de seguridad suelen tener presencia en las áreas críticas que están más expuestas a delitos. “Por ejemplo en el sector financiero o en las grandes superficies”, argumentó Sagasti.Agregó que en algunos de estos sectores ya existe la colaboración, pero aún no se ha extendido al grueso de la sociedad. 
Además, según el gerente, este tipo de trabajo en conjunto también ayudaría a que hubiera más efectivos policiales en la calle “y no cumpliendo tareas que perfectamente las puede hacer un guardia”. “Tenemos policías para hacer guardia en lugares que no es preciso tenerlos. Esos mismos uniformados pueden estar en la calle porque tienen todas las capacidades”, agregó. 

Más allá de colaborar en el aspecto humano, en Securitas insisten en que puede haber un trabajo en conjunto en materia de información en tiempo real. Si bien las empresas suelen colaborar cuando hay algún delito, la policía no tiene acceso en tiempo real a sus cámaras o dispositivos tecnológicos. 

Según Sagasti esto también ayudaría a prevenir delitos, dado que si ambas partes tienen datos disponibles, poseen más margen para actuar. “Este tipo de contacto se da de manera puntual, como en el caso de la banda de los perfumes”, contó. Sin embargo, recalcó que si estos casos pasaran a ser rutinarios, los resultados obtenidos serían mejores porque habría más personas trabajando en materia de seguridad. “Todo esto se puede hacer sin necesidad de andar volanteando la información. Trabajando de manera ordenada”, agregó Sagasti. 

Securitas tiene experiencia en este tipo de colaboraciones, dado que en su casa matriz en Estocolmo suele haber un trabajo constante con la policía. “Diariamente están coordinando en dónde pueden estar los problemas para prevenir, en vez de ser el médico forense que evalúa cuáles fueron los problemas después de que el delito se consumó”, contó Sagasti. 

El director de Prosegur en Uruguay, José Bello, coincidió con Sagasti. Agregó que en otras sociedades el papel de la seguridad privada es cada vez mayor. El directivo citó una publicación del británico The Guardian y afirmó que “al menos la mitad de la población mundial vive en países donde hay más empleados privados de seguridad que oficiales de policía”. Según la investigación del medio, 40 países tienen más guardias de seguridad privada que policías. En tanto, afirma que hay 20 millones de personas que son guardias de seguridad. 

Bello también considera que es necesario compartir información, pero hizo la salvedad de que los datos por sí solos no sirven de nada. Por eso entiende que el tema debe abordarse desde “un punto de vista holístico”, en donde todos los actores involucrados unan esfuerzos para reforzar aspectos claves. 

En contrapartida, afirmó que “el beneficio no siempre está vinculado al uso de tecnología en tiempo real, sino que también las grabaciones de las cámaras logran persuadir, perseguir y hasta formar parte parcial de una prueba”. Según el gerente de Securitas, para que este tipo de cosas se vea en los hechos, hay que ponerse a trabajar y tratar de analizar en dónde pueden unirse fuerzas. Insistió en que las conversaciones vienen siendo positivas, algo que da razones para pensar que este tipo de colaboración se dará en el corto y mediano plazo. “Soy optimista por naturaleza, pero además creo que hemos avanzado”, añadió. 

En tanto, Sagasti dijo que si se da este tipo de avances se “dignificará mucho más la tarea del guardia”. Si bien entiende que la figura de estos actores está mucho mejor que antes, este paso sería fundamental para que la sociedad entienda la importancia que tienen los trabajadores del sector. 

La visión de las autoridades 

Sobre este tema, el director general de la Dirección General de Fiscalización de Empresas (Digefe), el comisario Henry de León, afirmó que el primer punto a entender es que las empresas de seguridad están reguladas por una ley y subordinadas al Ministerio del Interior. “La seguridad pública y la privada tienen sus roles y cada una sabe qué tiene que hacer”, agregó. 

De León subrayó que la relación con las cámaras y empresas del sector es buena. Explicó que, cuando se reciben, Digefe traslada los reclamos a las autoridades ministeriales para que allí se logre una determinación. “De igual modo, Uruguay es de avanzada porque tiene una ley específica para la seguridad privada”, afirmó. 

Sobre las posibilidades de colaboración en tiempo real, el comisario fue claro en que este tipo de cuestiones es difícil de concretar porque en la ley 19.721 se establecen los roles de cada una de las partes. En la legislación se explicita que “los servicios de seguridad de índole privada están sometidas a la autorización, control y fiscalización” de Digefe. De León, en tanto, dijo que el ministerio tiene información en tiempo real gracias a las múltiples reparticiones y tecnología que se han adquirido en los últimos años. Recalcó que en la ley queda claro cuál es el rol de cada uno, algo fundamental para establecer un orden. 

El jerarca confirmó que este tipo de inquietudes han sido planteadas por las empresas de seguridad. En Digefe se tomaron los reclamos y actualmente están siendo analizados, sin un resultado concreto aún. “Esa es nuestra responsabilidad, además de que la norma los habilita a hacer propuestas”, agregó. Más allá de la obligación, en Digefe buscan que haya una comunicación fluida, porque creen que este es un factor elemental para “construir camino al andar”. 

Sobre las posibilidades de que las empresas de seguridad colaboren con el ministerio en al futuro, De León enfatizó que eso no corre por cuenta de Digefe, dado que este es un organismo de fiscalización. “Nosotros nos amparamos en la ley para poder avanzar y tomar las decisiones porque nuestras competencias están marcadas en la legislación. La estrategia de seguridad la marcan las autoridades ministeriales”, explicó. 

Recelo del pasado

El director del Grupo Gamma, Ernesto Larrosa, comentó que hasta ahora la ayuda que dan las empresas de seguridad al Ministerio del Interior “es como cualquier ciudadano uruguayo que está obligado a brindar información en caso de que pase algo”. 

Para Larrosa, si los dos actores estuvieran más comunicados, podría organizarse la seguridad de manera distinta. Puso como ejemplo que su empresa propuso, hace unos meses, la posibilidad de ayudar a la policía en caso de que existieran faltantes de patrulleros en algunas zonas. “Nosotros estamos en la calle, tenemos la línea directa para poder colaborar”, sostuvo Larrosa, en coincidencia con el resto de los empresarios. 

El directivo de Grupo Gamma también considera que la comunicación con las autoridades es fluida, pero aclaró que hace algunos años había una especie de “recelo” por parte de los jerarcas ministeriales hacia la seguridad privada. “Hoy en día eso está siendo superado, aunque todavía puede faltar un poco”, agregó. 

En la misma línea que el resto, la gerenta general de G4S, Sandra Rodríguez, afirmó que en el pasado pudo haber una determinada reticencia por parte de las autoridades.

Según Larrosa, Grupo Gamma ha trabajado en casos puntuales con la policía en el interior del país y los resultados de estos procesos “han sido muy exitosos”. “Hay algunos destacamentos o seccionales en el interior que no tienen todos los recursos y nosotros lo que hacemos es complementarlo”, explicó. 

Argumentos como estos son los que los empresarios ponen sobre la mesa cuando van a conversar con el ministerio, a pesar de que aún no haya una respuesta definitiva. “Simplemente es unir la buena voluntad para hacerlo juntos, porque al fin y al cabo todos tenemos el mismo cometido”, apuntó Sagasti. 

La capacitación 

El otro punto en el que hacen foco los empresarios del sector es en compartir conocimientos a la hora de capacitar tanto a los guardias de seguridad como a los efectivos policiales. 

Sagasti comentó que ellos ya están ofreciendo capacitaciones a todos los policías interesados, sobre todo en materia de prácticas que mejoren la seguridad. “Esto obviamente tiene un acuerdo previo con las autoridades y es gratis”, agregó. 

Prosegur, por su parte, también hace este tipo de trabajos con las autoridades policiales pero no en Uruguay. “En la región tenemos experiencias de intercambio de capacitación y estamos proyectando llevarlas a cabo a nivel local”, puntualizó Bello. 

Explicó que en los próximos días tienen agendada una reunión con el director de la Escuela Nacional de Policía, Washington Curbelo. 
La idea es “manifestarle nuestro interés por generar actividades en común, que potencien a todas las partes y quedar a disposición para futuros eventos”.