Empuje arrocero intacto, pero con un freno
Avanza otra cosecha de arroz con rindes óptimos y un precio que no se tonificará como el de otros granos, lo que genera dudas pues los insumos sí crecen velozmente, ¿el área seguirá creciendo?
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19 de marzo de 2022 a las 06:10
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El arroz uruguayo va por confirmar en esta cosecha que ha dado un salto en productividad que ubica a los rendimientos alcanzables en un números de cinco cifras.
“La meta de 10.000 y 11.000 kilos de arroz por hectárea es alcanzable y varios productores se la plantean”, explicó Emiliano Ferreira, productor, integrante del equipo de Asinagro y huésped de la inauguración de la cosecha arrocera que la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) lleva adelante este viernes 18 en el campo que él arrienda en la zona de Río Branco, en Cerro Largo.
El cultivo viene de una marca de productividad, el año pasado, que rompió todas las estadísticas. Y en este año va por repetir un rendimiento que nunca se había dado antes de 2021. El año pasado la hectárea arrocera rindió 9.400 kg/ha, fue la primera vez que superó los 9.000 kilos, y lo hizo por mucha diferencia. Son registros líderes en el mundo.
Superar el rendimiento del año pasado no será fácil. “La zafra pasada fue casi perfecta, con costos equilibrados, precios buenos aunque falta definir el definitivo, pero que marcó una recuperación del margen de los productores”, explicó el técnico y productor.
Aún si el rendimiento este año fuera algo menor, hay un cambio genético determinante del salto productivo.
El productor arrocero admitió que “la variedad Merín mostró su potencial, pero la cosecha pasada puso la vara muy alta”.
La expectativa sobre el rinde es similar a la de la zafra pasada, se logró sembrar una parte importante en octubre –lo ideal–, pero el final de la siembra hubo pocas lluvias y altas temperaturas, lo que afectó la instalación de esos cultivos, se demoró la emergencia y hubo que recurrir a “baños” para que emergiera. Esa siembra tardía tiene menos potencial.
La zafra transcurrió en forma normal en la zona este. Las condiciones climáticas donde está el 70% del área la temperatura fue 5% superior a la del año anterior, pero la radiación solar fue inferior, también en el orden de 5% en menos respecto a la zafra previa.
La mejor temperatura y la menor radiación hacen que potencialmente las chacras buenas rindan similarmente alto en los dos años.
El actual es un año más desparejo geográficamente, pero las condiciones climáticas fueron generalmente buenas, mejor en temperatura y peor en radiación.
En esta zafra fue la sequía en el norte la que provocó el abandono de algunas áreas con restricciones en el riego, lo que afectó al 20% a 25% de la superficie del norte, según su estimación.
Aunque la variedad Merín representa un salto de productividad, algunos arroceros de muchos años cuestionan su calidad. Y esas dudas pueden reflejarse.
Hay también ahí una pérdida de calidad en la variedad Merín, porque si el campo se seca antes de la cosecha da mucho grano quebrado. Es un tema complejo. Los productores siguen presupuestando el gasto de agua de Merín como si fuera Olimar, para no bajar área, pero Merín requiere 15 días más de riego y eso debe ser considerado, expresó.
El porcentaje de cosecha es este año más alto que a la misma altura del año pasado. Va poco área cosechada. Esta semana soleada se ha cosechado intensamente, incluido durante la noche. Los primeros datos muestran un resultado muy similar a los del año pasado y, en la zona este, a veces incluso algo mejores.
A nivel nacional va a ser difícil igualar los rindes de la zafra 2020/21, porque las pérdidas del norte y los nacimientos tardíos van a pegar. Pero las primeras chacras cosechadas han dado buenos rendimientos.
El mercado despierta
La exportación deberá colocar un saldo mayor, pero en un momento en que el precio del arroz, tras languidecer en el segundo semestre de 2021, ha despertado. Esta semana el arroz tailandés –que es referencia para el grano largo, como el uruguayo– aumentó de US$ 415 a US$ 428 por tonelada, el nivel más alto desde junio. El precio del arroz partido al 5% de Vietnam marcó también la semana pasada los máximos del año, entre US$ 410 y US$ 415 por tonelada el 10 de marzo, en comparación con los US$ 400 por tonelada de la semana anterior.
A la vez, la suba de precios de los granos forrajeros lleva a que el arroz se use cada vez más en raciones de producción de carne. El precio del arroz partido al 5% en India, principal exportador de arroz del mundo, va en gradual ascenso: sobre los US$ 380 por la tonelada.
En Brasil, el país que es la referencia más cercana a Uruguay, y que tanto puede ser un mercado donde colocar como un competidor en terceros países, el precio estuvo muy deprimido en el segundo semestre del año pasado, sobre los US$ 10 por bolsa de 50 kilos, pero en el último mes ha subido hasta los US$ 14,75.
En Uruguay el precio provisorio de la zafra pasada fue acordado en US$ 12,30 y por el bajo precio del segundo semestre se esperan pocas variantes sobre el valor acordado.
El precio del arroz se había disparado en el comienzo de la pandemia, para luego bajar. La inseguridad que provoca la ausencia del trigo del Mar Negro ha impulsado a la demanda. Eso abre una perspectiva interesante para el arroz que se está cosechando. Con precios similares a los del año pasado, el crecimiento de área puede reiterarse para 2022/23.
El dato
Área en crecimiento
Las perspectivas hacia adelante son importantes: se llegó a 164 mil ha en 2021/22 y tras dos años buenos podría seguir subiendo el área. Se podría llegar a 180 mil con cierta facilidad. El tema es que el aumento de costos productivos inevitables empieza a incidir. El fertilizante en el arroz es un insumo que no se puede evitar.
En el caso de la fertilización nitrogenada, es algo imprescindible. El aumento del rendimiento tiene que ver con el mayor uso de nitrógeno, y eso ha permitido que haya productores con 10.000 y 11.000 kilos de rendimiento, pero eso requiere de un uso intenso y eficiente de nitrógeno.
En el caso del arroz, no ha acompañado la suba del resto de los granos, y es un precio que en caso de subir genera caos social en muchos rincones del mundo.
El valor podrá tonificarse, pero no va a subir en la misma proporción que el trigo, la soja o el maíz, aunque los insumos suben para todos igual.
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