Esquiladores tienen fecha para juntarse, comer un churrasco y contar anécdotas

Lo que esos ex esquiladores y actuales trabajadores en el rubro anhelan es rendirle tributo a una profesión rural de las más tradicionales, de alto valor en los sistemas productivos de la ovinocultura nacional y que ha ganado popularidad recientemente tras el flujo de informaciones relacionadas con la zafra que varios esquiladores realizaron en España, con la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19 como marco.

Waldemar Urchipía, desde la localidad José Enrique Rodó, en Soriano, dijo a El Observador que su padre era dueño una máquina de esquila que trabajó muchísimo y durante mucho tiempo, tanto que con ella se llegó a esquilar 10 mil ovejas por zafra en la zona, y que en su momento surgió la idea de reunir –“para comer y tomar algo”– a todos los que estuvieron vinculados a la esquila con esa máquina.

Waldemar publicó la idea en Facebook y así se fue difundiendo rápidamente. “Lo puse y me llamó mucha gente, me llamaron hasta los políticos para apoyar”, recordó, aún sorprendido por cómo esa idea tuvo tanto apoyo.

De los pollos a las vacas

“Empezamos la movida con la idea de hacer unos pollos, la cosa creció y ya pasamos a planificar hacer unos corderos y ahora esto tomó tal dimensión que ya fijamos juntarnos el segundo sábado de febrero del año que viene –el sábado 14– y carnear un par de vacas para compartir un asado con cuero, porque ahora se sumaron esquiladores de todo el país que se fueron enterando y esto ya pasó de un tema de ser solo para la familia y amigos de la zona”, contó.

Waldemar sostiene que una jornada de camaradería –y si se puede contar con un “Día del Esquilador”– “sería lindo para reconocer a la gente de un oficio tan lindo, tan importante también”.

Recordó, con una mezcla de bronca y risas, que la otra vez estaba tomando mate con su señora y en Facebook vio que existía un “Día Nacional del Boludo” (en Argentina, cada 27 de junio, ver más en eldiadelboludo.com)... “todos sabemos que hay días para celebrar cosas importantes y otros para celebrar cualquier cosa, pero me dije no podía ser que no haya un ‘Día del Esquilador’ en Uruguay, reflexionó.

La fecha del 14 de febrero está fijada como día del primer encuentro, que se hará en la cancha del Club Rodó, un espacio ideal considerando que se esperan al menos 200 o 300 esquiladores, tal vez más conforme se aproxime la fecha.

No se sabe, precisó Waldemar, si esa fecha quedará para siempre como “Día del Esquilador”, porque “eso depende de las autoridades”, remarcó, tras comentar que ya se habló del tema con el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y que el mismo ya está siendo considerando en diferentes ámbitos de gobierno, tanto a nivel nacional como departamental.

“La Junta Departamental en Soriano lo aprobó y ya el tema pasó al Poder Legislativo y ahí está, avanzando”, dijo con alegría.

“Todo eso es algo que lo tienen que ver las autoridades, sabemos que le dan mucha importancia al oficio, así que lo que ellos digan estará bien”, expresó.

También puntualizó que, en el marco de las precauciones que hay que tener para evitar que el covid-19 se propague en el país, “vamos a estar atentos a hacer solo que esté permitido por las autoridades en ese momento”.

Con el esquilador récord 

Sobre el tema de la esquila, Waldemar comentó que “la fama que tomó la actividad por el viaje de los esquiladores a España es algo positivo, porque le da buena difusión a este trabajo tan sacrificado y tan noble, que muchos muchachos jóvenes lo pueden tener como su primer trabajo en la campaña”.

“Acá en Uruguay la historia de la oveja arrancó antes que la de las vacas de Hernandarias y el caballo, acá en Rodó tenemos pocos esquiladores porque el negocio de la oveja bajó mucho, pero de Rodó salieron tres campeones de esquila en la historia (un campeón nacional, un campeón regional y un campeón en velocidad), en concursos que se realizaba en la Rural del Prado, y eso es uno de los orgullos de la población”, dijo.

“La idea desde el principio fue la de hacer algo sano, es reunirnos, tener un día de camaradería en la que me parece va a ser la primera juntada de esquiladores en la historia del país, comer un buen churrasco, contar anécdotas… todo muy sano, como son las cosas del campo”, detalló.

Por último, un detalle que no podía faltar en toda esta linda movida: Waldemar ya puso manos a la obra para recuperar, limpiar y poner en funcionamiento a la joya que desencadenó todo, aquella vieja máquina de esquila de su padre, una reliquia que estaba escondida en un galpón y se espera que ese 14 de febrero vuelva a cosechar sus buenos vellones.

Estiman que hay cerca de 3.000 esquiladores en plena zafra 

Carlos Piovani, coordinador del Área de Esquila y Acondicionamiento de Lanas en el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), informó a El Observador que es no es sencillo estimar cuánto personal está involucrado en la actividad de esquila en Uruguay.

Explicó que eso es consecuencia de que hay comparsas de tamaño pequeño, con una o dos tijeras y por lo tanto esas las integran de tres a cinco operarios, y a la vez hay otras con 10 tijeras y así unos 25 operarios.

Aproximadamente, solo en la denominada esquila preparto, hay entorno a 2.000 operarios involucrados, mencionó.

El SUL tiene acreditadas a 80 comparsas que son responsables de la esquila en la mitad de las ovejas de la majada nacional –que hoy cuenta con cerca de 7 millones de cabezas–, involucrando ellas a unos 1.300 a 1.500 operarios, complementó.

Por lo tanto, el número de involucrados en la labor durante el pico de actividad en la primavera es de aproximadamente el doble.

Consultado sobre la movida de los esquiladores, Piovani dijo conocer a Waldemar y su familia y celebró la idea, teniendo en cuenta que el propósito es contribuir al reconocimiento del valor del esquilador y de su trabajo.