Apenas el 6% de los estudiantes que participaron de la evaluación PISA 2009 con al menos un año de extraedad logró acreditar la educación media superior (bachillerato) cinco años después. El dato, que da cuenta del "bloqueo" que puede significar para la culminación de la educación media el registro de algún año de rezago escolar a los 15 años, surge del informe Trayectorias educativas en educación media. PISA L 2009-2014, presentado ayer por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed).
El estudio, realizado en convenio con el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), se enfoca en las trayectorias educativas que siguieron hasta 2014 los estudiantes que participaron en PISA 2009, con especial énfasis en la culminación de ciclos, la desvinculación y las valoraciones que los jóvenes realizan sobre la educación media. Contar con un estudio de este tipo permite relacionar las competencias medidas por PISA con las trayectorias educativas posteriores de los jóvenes.
Las pruebas PISA de la OCDE se aplican cada tres años y tienen como objetivo evaluar las habilidades de los alumnos de 15 años insertos en el sistema educativo formal de cara a su participación plena en la sociedad del saber.
El dato sobre la extraedad que arrojó el estudio presentado adquiere relevancia si se tiene en cuenta que según el Monitor Educativo de Secundaria correspondiente a 2015, cuatro de cada 10 liceales tienen extraedad, producto de alguna experiencia de repetición en primaria o secundaria. En tanto, tres de cada 10 estudiantes ya tienen algún año de rezago, cuando ingresan a ciclo básico. A su vez, el Monitor Educativo de Primaria de 2015 arrojó que 28,6% de los alumnos de las escuelas públicas llegó a sexto año con al menos un año de extraedad.
El estudio PISA L señala que "una trayectoria de rezago hasta los 15 años prácticamente obtura las chances de progresar y culminar la educación media". Santiago Cardoso, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), que estuvo a cargo del estudio, subrayó la misma idea en la presentación ."Un año de extraedad en la educación formal a los 15 años bloquea, clausura prácticamente de forma determinante la posibilidad de egresar de la educación media", dijo.
Agregó que la extraedad está íntimamente relacionada con la variable referida a los niveles de competencias lectoras alcanzados. "Quien no logró desarrollar a tiempo un nivel básico de competencias en lectura –pero también en matemática o ciencias– tiene muy pocas chances de terminar educación media", manifestó. De hecho, del 10% de los estudiantes que en PISA 2009 logró desempeños destacados, el 90% culminó bachillerato. Sin embargo, del 40% que en 2009 estuvo por debajo del umbral de competencias, solo terminó el ciclo el 17%.
PISA L subraya que estos resultados confirman "el efecto cuasi determinante que sobre las trayectorias educativas posteriores tiene este tipo de desajustes". En este sentido, Margarita Romero, directora de Planeamiento y Evaluación Educativa de Secundaria, quien participó ayer de la presentación, expresó que el hecho de que a los 15 años, muchos jóvenes "sufran extraedad" y con ella diferentes grados de desarrollo de los aprendizajes, determina que a esa altura de la vida "su suerte ya esté echada".
"La extradad, sumada al insuficiente desarrollo de las habilidades cognitivas en lectura y razonamiento lógico en enseñanza media es un escollo difícil para cualquier mortal. Si es niño y de contexto socioeconómico desfavorable, peor, porque no existe apoyo interinstitucional entre educación primaria y media", afirmó y desafió a las autoridades a buscar soluciones exitosas.
En tanto, PISA L sugiere proteger las trayectorias educativas tanto de aprendizajes de calidad como de progresión en el tiempo. "Los alumnos que se rezagan en cualquiera de estas dos dimensiones pagan, más temprano que tarde, altos costos en términos de su logro educativo", afirma.
PISA L demuestra que con el paso de los años la brecha educativa entre los estudiantes que obtuvieron los mejores resultados en PISA y los que estuvieron por debajo del umbral de competencia "lejos de mitigarse, se profundiza", tanto en lo que tiene que ver con años de enseñanza acumulada como en ciclos educativos acreditados. En 2014 el estudiantado acumuló en promedio 11,8 años de estudio. Un 15% no había logrado acumular un solo año más de escolarización, mientras que el 43% había sumado tres años o más.
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