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Gastón Dufau, el Godín de la pelota vasca

En el Mundial de Francia volvió a brillar, fue medalla de plata y ratificó ser uno de los mejores zagueros del mundo
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04 de noviembre de 2019 a las 15:34

Es laboratorista dental, combina el trabajo con el deporte y desde los cinco años le ha dedicado su vida a la pelota vasca. A los 30, Gastón Dufau sigue siendo un referente mundial de este deporte donde se lo considera uno de los mejores zagueros en el planeta. 

El último fin de semana de octubre, en la ciudad francesa de Oloron Saint Marie, Dufau ganó con Braian Ramírez la medalla de plata en la Copa del Mundo de la modalidad trinquete pelota de cuero. 

Las Copas del Mundo se disputan al año siguiente de los mundiales –que son cada cuatro años– y clasifican a la siguiente edición de los mundiales. 

“El nivel es exactamente el mismo y a las medallas que he ganado en ambos torneos les doy el mismo valor”, dijo Dufau a Referí desde Mercedes donde atiende su propio laboratorio en el que hace prótesis dentales y en el que trabaja para odontólogos. 

“Eso me permite viajar y darme tiempos”, explicó.

La particularidad de la pelota vasca en Uruguay es que los talentos están desperdigados por varios puntos del país. 

“Braian es de Rodó y la preparación la interrumpimos para que él fuera a los Juegos Panamericanos de Lima. Nos preparamos cinco meses entrenando todos los fines de semana en el Círculo de Armas, en la Ciudad Vieja y una vez por mes él venía a Mercedes donde está el mejor trinquete del país porque se hizo un Mundial sub 22 en 2013 en el que la cancha fue reformada”, explicó el pelotaris. 

“En la serie le ganamos a Cuba y Chile, y perdimos con España que pasó a semifinal primera pero es tan parejo que las semi finales las ganamos los que pasaron segundos. Le ganamos a Argentina y en la final perdimos con Francia porque hicieron un partido brillante”, agregó. 

“Personalmente no tenemos ningún apoyo económico, pero la Federación nos banca todo lo que puede. Nos pagan el pasaje para ir a entrenar a Montevideo y todos los gastos para competir en los torneos internacionales. Yo solo pierdo plata por lo que dejo de trabajar acá. Pero en el resto de los países ocurre lo mismo: además de jugar, los pelotaris tienen otra actividad”, dijo Dufau. 

Una vida en el trinquete

“Juego pelota vasca desde los cinco años, mi padre era directivo del Centro Pelotaris de Mercedes. Yo hice fútbol, básquetbol, rugby  y natación hasta que a los 15 años me dediqué de lleno a la pelota”, rememoró. 

“Mi primer Mundial fue en categoría sub 22 y lo jugué con 16 años en Valdepeñas, Chile, en 2005. No fue en pelota de cuero sino en paleta argentina y gané mi primera medalla de bronce con Alejandro Lancelotti”. 

En la paleta argentina la pelota es más liviana. La de cuero es mucho más pesada y la dinámica del juego cambia por completo. Esas pelotas se fabrican en Francia y cuestan € 15. Las paletas también y salen € 30. “Se usan tres pelotas por partido y se gastan acá. En Uruguay les sacamos el cuero cuando se gastan y las volvemos a coser para que nos duren dos o tres partidos. Pero cuando se gastan prácticamente no pican y ya no sirven. Es un deporte caro en comparación a otras modalidades, por eso no se juega en tantos países y las potencias son España, Francia, Argentina y nosotros”, explicó el mercedario. 

A partir de aquel 2005, Dufau comenzó una recolección de medallas y reconocimientos imponente. 

El oro soñado

De todos ellos, Dufau elige el oro de la Copa del Mundo de Guadalajara 2015 como su máxima conquista. 

Primero porque fue su único título en una gran competencia y después porque lo hizo con una fractura de malar a cuestas. 

“Fue en el partido semifinal. El dolor más grande fue el momento del golpe, pero después la cara me quedó adormecida y no sentía dolor. Solo me molestaba la cara hinchada y tuve que conseguir otros lentes protectores por la hinchazón. Después tuve que salvar la parte administrativa porque no me querían dejar jugar porque si me pegaban de nuevo un pelotazo en el mismo lugar era un a complicación importante. Pero el reglamento no me lo impedía, entonces la Federación Internacional me hizo firmar un deslinde de responsabilidad para jugar”, recordó. 

La pelota de cuero puede tomar una velocidad de 200 kilómetros por hora. “Me pegó a cuatro metros de distancia y me quebró el malar, pero por suerte quedaron todos los huesos en su lugar y no me tuve que operar. Cuando se desinflamó hice vida normal, con el tiempo fui recuperando la sensibilidad”. 

A Dufau no le gusta decir que lo consideran uno de los mejores zagueros del mundo. Pero sabe que ese prestigio lo acompaña en cada torneo. 

“Los zagueros son los que llevan el partido para que los delanteros definan el tanto. Es imposible ganar el partido si el zaguero no lleva el partido ni centra el juego. Hay mucho de fortaleza mental y los detalles que definen los partidos son mínimos”, comentó. 

“Físicamente implica mucho trabajo de piernas y trabajo anaeróbico. Para eso me preparo con los profes que tenemos en Montevideo y acá en Mercedes hago gimnasio en el Club Remeros y salgo a  correr tres veces por semana”, explicó. 

La dedicación y su profesionalismo a pesar de practicar un deporte por el cual no recibe a cambio dinero, han hecho de Dufau un referente de la pelota vasca en Uruguay y el mundo. 

Una nueva medalla de plata alimenta su palmarés y uno de los mejores zagueros del mundo sigue brillando en la elite.

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