Gerente de McDonald’s: “Está todo dado para que tengamos una temporada mejor”

“Llegué por un trabajo part time de verano, como llegan hoy los 2.000 jóvenes que trabajan aquí. Por un trabajo de pocas horas que permitiera balancear los intereses de un joven. En ese entonces no conocía mucha oferta de trabajo que lo permitiera. Vi el aviso del diario, y llené el formulario con la expectativa de pasar una temporada. Pensé que era un trabajo de verano pero el verano sigue, nunca llegó el invierno”, rememora entre risas. Méndez descubrió una vocación de servicio y que le gustaba mucho trabajar e interactuar con la gente.

Cuando se lo consulta sobre cómo ha estado tanto tiempo trabajando en un mismo lugar, responde que los roles y las organizaciones cambian, que se dan desafíos que mantienen a las personas vigentes y comprometidas, pero que la esencia de la cultura se mantiene. Y eso es lo que enamora y hace que uno quiera quedarse, asegura. 

¿Dónde puede verse la evolución de la compañía en estos 30 años en Uruguay?

En ir escuchando al consumidor, atendiendo las tendencias e ir adaptándonos. 

En el 91 vendíamos cuatro hamburguesas –las clásicas– y papas fritas. En 2002 abrimos McCafé. Si me decían que íbamos a vender brownies, donas, o preparar café espresso, decía que no. Hoy en la Cajita Feliz ofrecemos tomates cherry. Hemos evolucionado en el menú y en el servicio.

En el marco de esa evolución, ¿hay posibilidad de que veamos pronto en Uruguay hamburguesas veganas en McDonald’s?

Recién la corporación McDonald’s lo está explorando como piloto en algunos mercados, como Inglaterra o Canadá. 

Por el tamaño de compañía, tenemos que ser muy responsables cuando avanzamos hacia un producto para que tenga escala; que la cadena de abastecimiento, el sistema y el entorno tenga todo para abastecernos. En cada prueba hay que asegurar que después sea escalable a los 30 mil locales o a los 2.000 y pico de Arcos Dorados en la región. 

¿Cuánto ha crecido el canal de delivery con el impulso de la pandemia?

Habíamos tenido delivery en el pasado, lo hacíamos todo interno. Fue desde el 2005 hasta el 2012. Ese año dejamos de dar el servicio porque no estábamos preparados y en 2018 hicimos una reconversión fuerte para atender ese canal. Y llegaron las plataformas, como PedidosYa y Rappi. 

Con la pandemia se dio un crecimiento del negocio del delivery en general. Para nosotros el canal también creció mucho. Sin embargo, nuestro principal consumidor elige la experiencia del local. Otros eligen automac o delivery, pero la mayoría prefiere visitarnos y pasar un momento en familia, compartir un café con un amigo o compañero de trabajo. Ese es el principal negocio que tenemos.

¿Cómo está viendo los próximos meses en cuanto a recuperación del consumo?

¿Partiendo desde qué momento? ¿Desde 2018, por ejemplo, o desde 2020? Si parto de 2018, por ejemplo, no lo veo volviendo rápidamente. Si parto de 2020, estamos mucho mejor. 

¿Y en cuánto a la temporada turística?

Mucho mejor comparado con la temporada pasada. Ya abrimos Piriápolis y Gorlero el mes pasado con una proyección mejor. Ojalá se dé así. Está todo dado para que sea mejor la temporada. Primero por estar abiertas las fronteras y el alto porcentaje de la población que está vacunada. 

Estamos proyectando que va a ser mejor, aunque no va a estar en niveles anteriores a la pandemia. Pero va a haber movimiento. Cuando miramos a los países vecinos, nuestra moneda y nuestros costos y precios están un poco caros frente a Brasil y muy caros frente a los argentinos. 

Tenemos cinco locales en la costa. Y no pensemos que el turista consume solo en Punta del Este, Piriápolis o Atlántida. También consume en 18 y Río Negro o en el local del Punta Carretas. Hay turismo también en Montevideo. Es el que viene a pasar unos días, o el argentino que va de pasada y come en el McDonald’s de Parque Rodó. 

Este año abrieron dos locales –uno en Rivera y otro en Plaza Italia–, ¿qué planes tienen en ese sentido para el año próximo?

Al mirar el año calendario completo en términos de negocio, en marzo-abril la caída fue muy fuerte, hubo mucho menos circulación de gente. El año próximo va a ser bastante mejor. Y estamos proyectando otro local. Todavía no firmamos, por lo que no puedo adelantar detalles. Podríamos abrir más, porque siempre estamos evaluando lugares, inquietos por hacer más negocios. 

En cuanto a competencia, han surgido y se han consolidado propuestas de hamburguesas gourmet, al margen de los competidores tradicionales ¿Cómo está viendo el mercado?

Hay un crecimiento fuerte. Hay una efervescencia que nos obliga a redoblar la apuesta que día a día queremos hacer, que es la de brindar la mejor experiencia a los clientes. 

Nos presionan para brindar la mejor experiencia a fin de que nos elijan. Eso es lo que podemos controlar; lo que pasa puertas para adentro. Lo que pasa de la puerta para afuera, no.

¿Cómo describiría el año 2020?

Para nosotros fue difícil. Creo que fue el más complejo desde que tengo cargos de responsabilidad. En 1991 hacía papas fritas y mi preocupación era que salieran lo mejor posible (risas).

El año pasado tuvimos muchos locales cerrados. Y todos los que estábamos en la compañía nos quedamos, no se fue nadie.

También fue un momento de tensión emocional. Había mucha incertidumbre. A medida que fue pasando el tiempo fuimos entendiendo cómo manejarnos. 

La compañía se caracteriza por una plantilla joven, pero también de alta rotación...

El promedio de tiempo que eligen quedarse en la compañía (a nivel de crew, en lo operativo) es de dos años y dos meses. Pero el 95% de los responsables de manejar el negocio entraron como lo hice yo, y hoy tienen 8, 10, 14 años en la compañía.

Algunos eligen hacer carrera y encuentran posibilidades de desarrollo profesional. Otros están terminando sus estudios. 

Hacemos una apuesta fuerte a los jóvenes, dándoles a muchos su primera experiencia laboral. Adquieren habilidades que les sirven para el resto de la vida.