El Ministerio del Interior busca responsabilidades en la fuga del mafioso italiano Rocco Morabito y otros tres presos extranjeros que esperaban ser extraditados a distintos países por los delitos que cometieron. Escaparon este domingo de noche burlando las medidas de seguridad de la Cárcel Central.
Fuentes de la cartera de seguridad dijeron a El Observador que, además, se espera que haya "novedades en las próximas horas" sobre las consecuencias que recaerán en las autoridades del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). Al momento, "se están recabando los informes en varias dependencias sobre lo sucedido", agregaron los informantes.
Morabito y Matías Sebastián Acosta González, que esperaba su extradición a Brasil, y Bruno Ezequiel Díaz, detenido a pedido de Argentina por un delito de homicidio, se escaparon por la azotea del centro penitenciario luego de hacer un boquete y entraron por una ventana a un apartamento del quinto piso del edificio que se encuentra al lado de la cárcel. Leandro Abel Sinopoli Azcoaga –preso por un delito de falsificación de documento y hurto a pedido de la Justicia de Brasil– salió caminando por una puerta lateral del edificio central de la Jefatura de Policía de Montevideo, al lado del centro penitenciario sin que nadie lo detuviera.
El titular del organismo es Alberto Gadea, quien no ha respondido a las llamadas ni a los mensajes de El Observador. Quien sigue en la cadena de mando a Gadea es la subdirectora Ana Juanche, que aseguró que no estaba trabajando en el problema.
"No es mi tema, no estoy enterada, no soy vocera, no estuve en las reuniones, así que no puedo informar, porque no tengo información", dijo a El Observador.
Por su parte, la directora de la Cárcel Central, Mary González, dijo que la secretaría de Estado lleva adelante "dos investigaciones que corren en simultáneo para determinar qué pasó con la fuga", según publicó el portal Ecos. Además, dijo que al estar bajo secreto de sumario no podía aportar "más detalles por el momento".
Morabito era uno de los 10 criminales más buscados del mundo en 2017, cuando fue capturado en Punta del Este, donde vivía con su familia portando un documento falso que le había permitido hasta entonces pasar desapercibido durante los últimos 13 años en el país. Vivía como un ciudadano más, aunque en realidad era, también, uno de los cinco hombres más buscados por tráfico internacional de drogas.
Ahora, la investigación penal que busca capturar a los fugados y llevarlos a la Justicia por, además, robarle $ 3.000 Élida Ituarte –la dueña de la casa de al lado por la que se escaparon Morabito y los otros dos presos– está a cargo del fiscal de Flagrancia Rodrigo Morosoli.
El otro fiscal que investigará la responsabilidad penal en la huida de los presos es Ricardo Lackner, especializado en Delitos Económicos, quien indagará si hubo corrupción detrás del descuido en el control de seguridad y en el desconocimiento de un informe de Inteligencia carcelario que daba cuenta del plan de fuga de Morabito.
Según informó VTV Noticias, el documento fue entregado en junio de 2018 y contaba que, por ejemplo, el mafioso italiano tenía planes de fugarse por el sexto piso de la Cárcel Central, desde donde pasaría al techo de un supermercado y desde allí entraría a un apartamento.Si bien el plan no se habría cumplido al pie de la letra, el documento que partió desde el departamento de Investigación y Análisis Penitenciario tiene puntos de contacto con lo que sucedió.
La policía detuvo a Morabito en 2017 luego de que el delincuente inscribiera a su hija en un colegio de Maldonado con su nombre real. Morabito era hijo del también llamado Rocco Morabito, un histórico jefe mafioso, y de Carmela Modaffari. A pesar de querer enterrar su pasado, su apellido le pesaba. Y prueba de ello era que lo llevaba su hija.