IMM comenzó a retirar a cuidacoches que no estén registrados

“¿En qué los puedo ayudar?”, les preguntó el hombre. “Queríamos saber por qué estás en esta cuadra. Viste que es (de la señora)”, le dijo uno de ellos, de forma amable y hablando bajito. Al joven se le sumó otro señor que custodia la calle siguiente y, juntos, le explicaron a los dos policías que la mujer estaba enferma y que le estaban “cuidando” su lugar. “Bueno, pero este no es tu lugar. Te vas a tener que retirar”, le insistió uno de los efectivos. El joven cumplió con la orden y se retiró en silencio y sin armar revuelo.

Esta acción forma parte de los controles que la Intendencia de Montevideo (IMM) comenzó a hacer para hacer cumplir el protocolo que el departamento de Movilidad aprobó en enero pasado para poner el foco en los 2.000 cuidacoches que todavía están en la informalidad. El inspector de tránsito encargado de esa área, Hugo Belli, confirmó a El Observador que en las últimas semanas ordenó al grupo de inspectores de tránsito que se encarga de esas tareas que controle con más fuerza que se esté cumpliendo con las nuevas exigencias.

El protocolo de actuación obliga a quienes realizan este tipo de tareas a anotarse en el Registro del Cuidador Formalizado, que contiene el nombre de la persona, su cédula de identidad y un número de permiso. Asimismo, deben aclarar en qué lugar de la ciudad van a estar, así como un régimen horario. 

En lo que va del año el área denominada Ronda de Cuidadores, que encabeza Belli, realizó 61 visitas a diferentes lugares de la ciudad. Los inspectores de tránsito van de a dos y pueden pedir ayuda a los policías de las seccionales cercanas. El equipo acude al lugar si recibe una denuncia de los vecinos o de los propios cuidadores que sí están registrados. "Se le pide los datos a la persona, la cédula, se lo notifica y se lo intima a que se regularice", indicó Belli. En una segunda instancia, si se comprueba que la persona no se retiró, se hace una denuncia policial. 

La IMM ofreció durante 2018 cursos de capacitación a unos 920 cuidacoches. Este año se volverán a realizar y se espera que comiencen a finales de marzo. En ellas también participa el negociador del Ministerio del Interior, Washington Pereyra, quien aconseja a los cuidadores sobre cómo actuar en casos de conflicto. Se hace hincapié en que no deben pedir dinero por adelantado ni amedrentar a los conductores.  

Luis es uno de los cuidacoches que decidió registrarse. Sentado a la sombra, viendo pasar los autos y atento a cualquier movimiento sobre la calle Gabriel Pereira, donde cuida autos desde hace 36 años, aseguró que se decidió a hacer los trámites para evitar que otras personas que circulan en la zona se queden con su espacio, ese que, según afirma, se ganó con el trabajo y el reconocimiento de los vecinos después de varias décadas.

El chaleco celeste con un número de identificación en la espalda lo verifica, así como el carnet con sus datos que lleva en su billetera, porque el bolsillo del chaleco se le rompió y no lo puede poner allí. Luis está de 9 a 18 horas y en sus mejores días llegó a ganar $ 1.000. 

El cuidador aseguró que en más de una ocasión llegó a su puesto y se encontró con otras personas que pretendían cuidar de los autos sin autorización. La confrontación, en muchos casos, le valió insultos y alguna que otra amenaza de recibir una puñalada. Otras veces, se dirigió a la seccional para denunciar los episodios, pero a veces las promesas de que un móvil pasaría por el lugar no llegaron a cumplirse. 

Este año la intendencia retomará las capacitaciones, para las que ya hay 150 inscritos. Por eso, la comuna espera en esta primera capacitación del año alcanzar a los 1.000 cuidadores registrados. 

Los encargados de dictar los cursos hacen especial hincapié en que los cuidadores sean respetuosos, que tengan buena presencia y que nunca pidan plata por adelantado. También se aconseja no confrontar con las personas que no están autorizadas y que aparecen en la zona de un cuidador. 

Lo que dice la reglamentación