Internet y las redes sociales concentran el comercio ilegal de la fauna en peligro de extinción

En ese marco, expertos en conservación y delegados de más de 180 países analizan la modificación de los niveles de protección establecidos en el acuerdo mundial vigente desde 1975 que procura velar por las especies en peligro de extinción y por la no comercialización de los que son fuentes de riesgos sanitarios.

La decimonovena edición de la Conferencia de las Partes de la CITES, de la que son signatarios 183 países y la Unión Europea, también procura realizar un balance de la lucha contra el fraude y votará nuevas resoluciones, entre ellas sobre los riesgos de zoonosis, tema que ha cobrado importancia con la pandemia de Covid-19.

Con relación al comercio vía internet, Lionel Hachemin, director del Fondo Internacional para la Protección de los Animales (IFAW), aseguró que “se debe obligar a las plataformas a retirar los contenidos relaciones con el tema” e “imponer penalizaciones elevadas a las empresas que no cumplan”, posición coincidente con la expresada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Según Interpol, el tráfico de especies salvajes aumenta entre 5% y 7% todos los años. Hachemin, quien entre 2016 y 2021 monitoreó los anuncios clasificados que ofrecen especies cuya comercialización está prohibida, explicó a la agencia de noticias AFP que las publicaciones se verifican tanto en las plataformas de comercio electrónico como en grupos privados en las redes sociales Facebook, WhatsApp y Signal.

“Solo en Francia se contabilizaron más de 1.800 anuncios, ofreciendo a la venta felinos manchados, tortugas mediterráneas y guacamayos coloridos, entre otras especies”, puntualizó Hachemin, quien agregó que la intención del IFAW, en coalición contra otras ONG’s, es ayudar a las empresas de comercio electrónico a "desarrollar una política que proteja a sus usuarios y negocios, y que al mismo tiempo que impida el tráfico de vida silvestre".

A modo de plan piloto, IFAW asesoró al sitio francés de anuncios clasificados Leboncoin a reforzar su reglamentación, prohibiendo la venta de objetos de marfil y de loros grises de Gabón. “Los loros grises, la ranas toro, las boas y hasta las escamas de pangolín, muy demandadas en países asiáticos donde se usan como medicina tradicional, entran y salen de Francia ilegalmente, alimentando un tráfico mundial estimado por Interpol en varios miles de millones de dólares al año”, explicó Hachemin.

Según Interpol, los países con territorios en ultramar en lugares claves para la biodiversidad, constituyen el centro neurálgico para el tráfico de especies silvestres, un comercio que la Plataforma Intergubernamental Científica sobre Biodiversidad (IPBES) considera como "la tercera actividad de la delincuencia trasnacional organizada más lucrativa del mundo".

Por caso, los registros de la UICN señalan que solo en 2021, "36 toneladas de productos ilegales de fauna silvestre fueron incautados en la terminal 2 del aeropuerto Charles de Gaulle", estación a la que arriban los vuelos procedentes de África, cifra que incluye una docena de toneladas de carne silvestre de pangolín, primates, murciélagos, agutíes y otras especies.

Francia, además, es un país “fuente”. Un ejemplo es la explosión de la caza furtiva de la angula, el alevín de la anguila, prohibida desde 2009 para su exportación fuera de la Unión Europea. Pescado en la costa atlántica, este pez migratorio en peligro de extinción tiene como destino Asia. Un ejemplo de lo lucrativo del negocio es la red de traficantes desarticulada el año pasado, sospechosa de haber vendido más de 46 toneladas de angulas por unos US$ 18,5 millones.

Según los especialistas, la lucha contra el comercio ilegal enfrenta dos obstáculos principales: la insuficiencia de los recursos asignados a los organismos que deben prevenirlo y la falta de formación por parte de jueces y fiscales. "Es necesario que los magistrados dispongan de medios suficientes para remontar los tráficos transfronterizos, a menudo muy potentes, y que cuenten con ayuda especializada sobre las especies incautadas", recomendó Sébastien Mabile, abogado y vicepresidente del comité francés de la UICN.

La CITES ha fijado hasta el momento reglas de comercio mundial para más de 36 mil especies silvestres, normas que van desde la entrega de permisos, que alcanzan desde más de un millón de transacciones autorizadas al año hasta la prohibición total. "Definitivamente, CITES es un mecanismo que logró reducir la presión generada por la comercialización ", dijo a la agencia AFP Juan Manuel Posada, gerente científico de la Fundación MarViva, ONG que opera en el Pacífico Tropical de América Latina.

Organizada cada dos o tres años, la sesión de este año se concreta bajo la sombra e influencia de otras dos conferencias de Naciones Unidas (ONU), también cruciales para el futuro de la vida en el planeta: la finalizada COP27 sobre cambio climático y la COP15 sobre biodiversidad, que se realizará en diciembre en la ciudad canadiense de Montreal.

En 2019, en Ginebra, la CITES reforzó la protección de las jirafas, virtualmente proscribió la compra de elefantes por zoológicos y mantuvo la prohibición para que África austral venda sus existencias de marfil. Además, colocó a 18 tipos de tiburones en el Anexo II, que incluye a las especies cuyo comercio está estrictamente limitado.

En esta ocasión, los tiburones y las rayas tienen roles centrales en los debates. Los ambientalistas proponen integrarlos al Anexo II. "Sería un hecho histórico. Pasaríamos de controlar casi el 25% del comercio de aletas de tiburón a más del 90%", precisó Ilaria Di Silvestre, del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW). "Estamos en medio de una gran crisis de extinción de tiburones. Son el segundo grupo de vertebrados más amenazados del planeta. Sus aletas pueden alcanzar los 1.000 dólares el kilo", explicó Luke Warwick, de la ONG Wildlife Conservation Society (WCS).

Tres especies de cocodrilos, tres de lagartijas, varias serpientes y 12 tortugas de agua dulce han sido propuestas para ser inscritas en el Anexo I, que lista las especies con prohibición total, o al menos en el Anexo II, que lista las que pueden ser comercializadas bajo cierta condiciones mediante cuotas de captura.

"Las tortugas de agua dulce de todo el mundo son explotadas de manera insostenible e ilegal por el comercio de mascotas exóticas para coleccionistas y en el comercio de alimentos en Asia", señaló la vicepresidenta de WCS, Sue Lieberman, quien subrayó que "China nunca ha votado en la CITES en favor de una especie marina, pero aplica las resoluciones una vez aprobadas".

La conferencia de expertos que se lleva a cabo en Panamá es la primera tras la irrupción del Covid-19, que pudo tener un origen animal, tema que fue puesto por primera vez en la agenda de la CITES, que continuarán con la cita sobre biodiversidad pautada en Montreal. Debates que ahora también incluyen la propuesta de prohibir y penalizar a las plataformas de internet y redes sociales que ofrezcan especies en peligro de extinción.