Diego Battiste

Julio Luis Sanguinetti volvió a la política para coordinar la campaña de su padre

El exdiputado lleva la agenda y coordinación de la campaña de su padre que en los próximos días oficializará su precandidatura

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14 de febrero de 2019 a las 05:04

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Por Natalia Roba y Martín Natalevich

Aunque sus dirigentes más cercanos repiten que aún esperan la decisión final, nadie se sorprenderá en marzo cuando el expresidente Julio María Sanguinetti lance su precandidatura de forma oficial.

Cuatro diputados que, en la actualidad, conforman el sector Batllistas son responsables en buena medida de que el dos veces presidente haya vuelto al ruedo con 83 años y varias décadas de política a cuestas. Germán Cardoso, Tabaré Viera, Walter Verri y Conrado Rodríguez –procedentes de Vamos Uruguay y Espacio Abierto- son los que hoy están trabajando en el terreno por la precandidatura de Sanguinetti, una postulación que dicen que surgió de forma espontánea y por la respuesta de la gente.

Pero hay otros dos dirigentes que, con diferentes roles, forman parte de la guardia pretoriana del líder colorado: Gustavo  Osta y su hijo Julio Luis Sanguinetti.

Julio Luis retornó a la política junto a su padre para ocupar un importante rol de coordinación de la campaña. “Él está en la organización. Es una persona inteligente y ordenada y por eso tiene un rol central que es coordinar”, dijo Osta a El Observador y aclaró que no tendrá “participación política” como “quienes organizan listas”.

El hijo de Sanguinetti –quien fue investigado judicialmente por tráfico de influencias durante el segundo gobierno de su padre– apareció en varios actos públicos en apoyo a su padre en Montevideo y en el interior. El viernes 8 de febrero fue una de las figuras centrales de la reunión que Batllistas Rocha, junto a Germán Cardoso y Guzmán Acosta y Lara.  “Hace de hijo ejemplar: lleva la agenda y está en los detalles”, dijo Cardoso a El Observador pero también subrayó que no tendrá ninguna participación electoral.

“Estaba alejado y ahora está dando una mano importante pero no está en la parte política electoral. Está en la secretaría y coordinación y lo hace muy bien”, reforzó Osta.

El último cargo por el que Julio Luis Sanguinetti tuvo amplia exposición pública fue el de encargado de la comisión de seguridad de Peñarol, y al que renunció en noviembre de 2016 después de que trascendió que le entregaba entradas a los barrabravas. Según informó El Observador el 28 de octubre, José Luis Otero, presidente de la Asociación de Funcionarios de Recaudación, señaló que los referentes de la seguridad de la barra permitían el ingreso de un grupo de 25 o 30 hinchas a cuenta del club en un arreglo: "A través de un trámite administrativo entre la Tesorería de la AUF y la Comisión que preside Julio Luis Sanguinetti, los colaboradores de la hinchada de Peñarol dejan pasar a un grupo de personas para que no armen lío afuera ni generen situaciones de conflicto y Peñarol paga por ellos. La Comisión de Seguridad de Peñarol lo maneja. Nosotros acatamos la orden de Tesorería y pasamos el número aproximado de hinchas que ingresan".

Luego de renunciar al cargo, Sanguinetti deslindó responsabilidad del episodio de las entradas, pidió que se investigara y aseguró que "la fisura" no estaba en Peñarol porque el club no tiene acceso a entradas. Además declaró al programa A Fondo de AM 1010: “Me saqué el elefante de encima de los hombros y volveré a los estadios a ver fútbol y no mirar para la tribuna".

Pero cuando más estuvo en la palestra pública fue cuando debió declarar en la justicia penal por el denominado caso Cangrejo Rojo. Recién había sido electo diputado por Canelones para la legislatura 2000- 2005, cuando apareció una grabación que lo implicaba en un caso de tráfico de influencias. El contralmirante Eladio Moll –ex comandante de la Flota de Mar de la Armada– y su hijo Ricardo Moll Grolero habían sido procesados con prisión por estafar a empresarios estadounidenses en un negocio de pesca del cangrejo rojo y divulgaron una grabación de un presunto diálogo ocurrido en 1996 entre Julio Luis Sanguinetti, hijo del entonces presidente Sanguinetti, y Moll Grolero en la que aquel, que actuaba como asesor legal, solicitaba un millón de dólares para facilitar los derechos de pesca.

La justicia indagó a Sanguinetti hijo a partir de 2000, y éste renunció a sus fueros para declarar. Lo hizo tres veces y finalmente la entonces jueza penal María del Rosario Berro archivó el caso en agosto de 2001.

Sanguinetti se negó a que se periciara su voz. En una carta que envió al diario La República, luego de que cerró la causa, sostuvo que rechazó esa prueba porque era "ilícita, obtenida clandestinamente y esto según los juristas y constitucionalistas violaría el Estado de Derecho". "Es principio no aceptarlo si no los chantajistas (o los Montesinos) del mundo tendrían el instrumento para extorsionar y mantener bajo sospecha a sus víctimas", escribió entonces. 

Afirmó que durante más de un año padeció “la tortura moral de no saber qué pasaría” con algo que “arrojaba sombras sobre” su conducta. 

El otro puntero

Osta mira el pasado y el presente con orgullo. “Siempre estuvimos, nunca nos fuimos y ahora estamos en primera línea”, dijo. Hace 25 años que está codo a codo con Sanguinetti, desde que tuvo la oportunidad de trabajar en la Secretaría de la Presidencia durante su segundo mandato.

Fue edil, diputado suplente e integró el Tribunal de Cuentas en representación del Partido Colorado. Pero más allá de los cargos, Osta señala que lo importante es haber estado en todo momento. “En las buenas y en las malas. Me alegra ver cómo han cambiado las cosas”, dijo.

El dirigente es de los que ve a Sanguinetti como presidente: así lo propone su cartelería. Pero más allá de eso entiende que hay objetivos a corto y mediano plazo. Lo primero, tal como lo ha dicho el propio Sanguinetti, es movilizar al partido y ampliar su caudal electoral.  

Luego Osta lo ve como un “coordinador” capaz de lograr una “coalición” con un acuerdo sobre tres o cuatro ejes que se debería lograr previo a octubre. Su participación, según el dirigente, asegura que el próximo gobierno tenga una “impronta batllista”.

Por lo pronto, Osta piensa en el ahora y eso significa ir día a día. Este jueves estará tomando café en el Expreso Pocitos junto a Sanguinetti, inaugurando una forma de encuentros que pretenden que sea “más coloquial y cercana”.

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