La economía escapó de la recesión, pero no todos pudieron

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19 de septiembre de 2019 a las 17:36

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Esta semana el Banco Central confirmó que la economía local sigue sin crecer, pero ¿qué tan malo es eso? Además, ¿están todos en la misma o hay algunos que están peor? ¿Eso te afecta? ¿Cómo? Si querés sacarte esas dudas, te recomiendo que sigas leyendo.

Además, quiero contarte por qué el ataque a una refinería en Arabia Saudita puede impactar tanto en el mundo y capaz que entendés un poco más por qué es tan importante lo que pasa en Venezuela cuando veas una gráfica que te voy a mostrar en esta nueva edición de Rincón y Misiones.
 
Por comentarios o consultas podés escribirme a este mail.

La economía escapó de la recesión, pero no todos pudieron

Desde que a mediados de 2014 se terminó el ciclo de crecimiento regular y sostenido, la economía local ingresó en una meseta de la cual no consigue salir, más allá de algún impulso de escasa duración.

El dato de cuentas nacionales publicado este martes por el Banco Central no hace más que ratificar el hecho de que la economía uruguaya se encuentra estancada desde hace 15 meses.

Pero la cifra general es el camino del medio entre los extremos, y como en el promedio se ahogan los enanos, voy a contarte quiénes son los que todavía están a flote y quiénes son aquellos de los que solo vemos las burbujas que llegan a la superficie del agua.

De dónde venimos, adónde vamos…

A partir del segundo semestre de 2014 la actividad local dejó de crecer luego de retomar en 2010 el impulso después de la crisis global que tuvo epicentro en el colapso hipotecario y financiero de EEUU. Desde allí tuvo un nuevo y moderado empujón a partir del inicio de 2016 y volvió a plancharse a inicios de 2018, como se puede ver en la siguiente gráfica.

Pero los últimos cinco trimestres de estancamiento, que no fueron recesión en términos globales, esconden recesiones sectoriales que son relevantes por las implicancias que tienen desde el punto de vista estructural de la economía uruguaya.

Por eso, a partir de las siguientes gráficas voy a mostrarte cómo evolucionaron los principales sectores de actividad comparados con el trimestre inmediato anterior y despojados de factores estacionales, para intentar determinar qué hay detrás de cada una de esas trayectorias.

En su informe de cuentas nacionales, el Banco Central disecciona la actividad económica local en siete grandes subsectores, que agrupan asimismo a todas las actividades que agregan valor y componen el Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Esos sectores son las “Actividades primarias”, que como bien imaginarás comprenden a las áreas agrícola-ganaderas, entre otras; las “Industrias manufactureras”; el “Suministro de electricidad, gas y agua”; la “Construcción”; “Comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles” (donde se refleja la evolución del consumo interno y el turismo); el “Transporte, almacenamiento y comunicaciones”, y una categoría “Otras actividades” que aglutina a todas las demás áreas productivas.

En la siguiente gráfica te voy a mostrar cómo evolucionaron cada uno de esos sectores a partir de 2010 en relación al dato general de la economía, tomando como base 100 el año 2005.

Sí, tenés razón, no se entiende un pomo porque están todas las líneas amontonadas, pero es la única forma que tengo de que veas la evolución de todos los sectores, porque hay uno de ellos, que incluye a las comunicaciones, que experimentó y experimenta una revolución. Es indudable que el peso de la telefonía celular y sobre todo el de los datos con la explosión de internet generó un agregado de valor a la economía con el inicio del nuevo milenio que se refleja en esa curva violeta que apunta al cielo. Pero como el BCU tiene cierto rezago en actualizar en sus ponderaciones los cambios que experimenta la matriz productiva, es altamente probable que ese sector esté sobrevalorado en la medición, de la misma forma que otros rubros –como puede ser la industria de la celulosa, que era inexistente hace 15 años– puedan estar subvalorados. De hecho, ese tema es materia de debate entre economistas.

Pero para hacerla fácil, en la siguiente gráfica no incluyo “Transporte, almacenamiento y comunicaciones”, para que puedas ver más en detalle la evolución del resto de los sectores.

Si seguís sin entender un comino, tranquilo que lo vemos sector por sector, y ya de paso te cuento qué pasó en cada uno.

A grandes líneas se puede ver que salvo el sector de “Electricidad, gas y agua”, que parece el electrocardiograma de un corazón con arritmia, el resto de los rubros económicos se pegan bastante a la trayectoria global de la economía.

También podrás notar que sectores con un peso relativo elevado, como son la construcción, el comercio y la industria, están o estuvieron de capa caída en los últimos trimestres. Veamos rubro a rubro.

Actividades primarias

El sector que engloba la producción agrícola-ganadera-silvícola experimentó altibajos en los últimos trimestres vinculados a las condiciones climáticas, pero logró crecer 1,3% en el segundo trimestre respecto al inmediato anterior. 

No obstante y pese a la recuperación, se mantiene la heterogeneidad entre sus diferentes componentes, explicó el economista Aldo Lema, de Vixion Consultores.

Si bien los datos del Banco Central no están desagregados por rubro de actividad, hay algunos como el forestal, granos y ganadería bovina que lograron encaminar la producción luego de la sequía del año pasado, mientras que otros como la lechería y el arroz enfrentan dificultades.

Santiago Rego, economista de CPA Ferrere, agregó que por las mejores condiciones climáticas el sector ganadero no se vio forzado a vender animales y pudo sostener el stock para engorde, lo que favoreció el agregado de valor.

En la curva desestacionalizada se puede ver que si bien en el último trimestre de 2018 y el primero de este año el volumen físico cayó, hubo una recuperación en abril-junio y fue uno de los sectores que incidió positivamente para el crecimiento de 0,3% que se registró en el segundo trimestre respecto al período enero-marzo.

El Banco Central destacó que para el crecimiento interanual, que fue de 0,9% para la actividad agropecuaria, pesó el desempeño de la producción agrícola gracias a la mejora de los rendimientos de la soja y el maíz en la zafra de verano, y del sector forestal ante la mayor demanda de madera por parte de las plantas de celulosa.

Industrias manufactureras

Acá si estamos ante verdaderos problemas. El sector fabril uruguayo es difícil de analizar en su conjunto porque está incidido por grandes agentes que funcionan con una lógica desacoplada del ciclo industrial local, como son las plantas de celulosa, la refinería de Ancap y la planta de Pepsi en Colonia.

De ahí que en la gráfica se vea una leve caída desestacionalizada en el último trimestre que está lejos de la fuerte contracción que registró el núcleo industrial, que está en recesión hace bastante tiempo, como se ve en la siguiente gráfica en base a indicadores de volumen físico de producción del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Construcción

Es otra de las actividades en recesión desde hace tiempo. La construcción se contrajo el año pasado 2,8% y lo había hecho 2,1% en 2017. Además, es uno de los sectores que más sufrió la pérdida de puestos de trabajo, junto con la industria manufacturera. Entre el inicio de 2015 y el primer trimestre de 2019 se destruyeron 21.000 empleos en esa rama de actividad. Junto al comercio, la construcción es intensiva en ocupación de mano de obra y explican uno de cada 4 empleados en el país. El sector se achicó en el primer semestre del año, de acuerdo a los datos del Banco Central.

La caída en el segundo trimestre se explicó por la menor construcción de edificios, además de la reducción de obras estatales.

Pero, como podrás experimentar en carne propia cada vez que te movilizás por la capital, las obras de la Intendencia de Montevideo aportaron su granito de arena para evitar una caída mayor, aunque no tanto como para impedir un retroceso que en términos interanuales fue de 4,7% en abril-junio.

El gobierno proyectó en la última Rendición de Cuentas que la actividad mejoraría este año de la mano de proyectos de infraestructura estatal con inversiones por US$ 2.000 millones, pero eso todavía no se refleja en las cifras de actividad. 

Para Rego se trata de un sector que amplifica los ciclos económicos. Esto quiere decir que cuando la economía crece, la actividad en la construcción lo hace a mayor ritmo, pero cuando al país le va mal, a la construcción le va peor.

La esperanza para el sector está cifrada en las obras del Ferrocarril Central, pero el impulso será visible recién en el cierre del año. Cuando sí le irá bien será en 2020 y 2021 de la mano de UPM y las obras conexas, además de varios proyectos de vialidad que se pondrán en marcha.

Comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles

La evolución de este sector es clave porque recoge el funcionamiento de uno de los motores de la actividad local, sino el principal, en los últimos años: el consumo. También está aquí el turismo, otra de las actividades que afronta un período de vacas flacas por la crisis argentina.

Hoy esos motores están apagados. No solo eso, están en reversa porque dejaron de aportar al crecimiento general para pasar a ser un lastre. Y las perspectivas no son las mejores.

Si bien la serie muestra un repunte desestacionalizado del sector, no está claro cuál es el efecto que incide para esa evolución ya que el BCU no lo especifica. Tampoco los economistas que consulté supieron despejar esa duda. Uno de los efectos que podría incidir es el hecho de que la Semana Santa este año fue en abril, pero no puedo asegurarlo.

Suministro de electricidad, gas y agua

Este sector es tan variable como el clima. Por eso no es de extrañar que los saltos que registra su curva evolutiva estén incididos básicamente por lluvias y sequías. Si bien en la gráfica se muestra una caída respecto al primer trimestre, eso se da porque el comienzo del año fue muy bueno para la generación de energía eléctrica en las represas, y el segundo trimestre, que también fue bueno, no lo fue tanto como el precedente.

De hecho, el sector registró un salto interanual de 3,5% que contribuyó a que la economía no cayera. Simplemente porque millones de metros cúbicos de agua produjeron electricidad, que UTE luego nos ofreció a cambio de billetes, que si bien físicamente no valen mucho, a todos nos cuesta bastante conseguir.

Por ser una variable dependiente del clima, su efecto es transitorio y así como esta vez jugó a favor, en el futuro puede pegar en contra.

Transporte, almacenamiento y comunicaciones

Aquí, para algunos, está la madre del borrego de por qué la economía uruguaya sigue creciendo aún en contextos complejos como el actual.

Partiendo de 2005, el año base de cálculo para el Banco Central, el sector que incluye a las comunicaciones se despegó de forma grosera del resto de los componentes de la actividad. Si bien la curva se muestra relativamente estable en los últimos trimestres, ha sido de forma casi continua un factor de aporte positivo al crecimiento y a un ritmo mayor que el resto.

Para el economista Ignacio Munyo, eso es simplemente porque está mal medido, y cuando el BCU actualice su metodología se romperá el “mito” de los 16 años de crecimiento económico ininterrumpido.

Otros analistas, más moderados, consideran que de la misma forma en que ese sector está sobrevalorado, hay otros que están subestimados.

En el crecimiento interanual del segundo semestre de 5,5% están también incluidos, aunque con menor incidencia que las comunicaciones, los servicios de almacenamiento y transporte asociados a la mejora en la zafra de cultivos de verano.

Hasta aquí un pantallazo de lo que pasó estos últimos meses en la economía local, pero… ¿Qué debemos esperar?

No demasiados cambios en términos generales. Al menos hasta el año que viene.

Si bien el efecto de UPM va a favorecer a la construcción, eso será visible recién en 2020 y 2021, y parcialmente en el último trimestre de este año.

Además...

¿Por qué son tan importantes los ataques a las petroleras saudíes?

El sábado un grupo de drones atacó instalaciones petroleras de Arabia Saudita: Abqaiq, que es la mayor refinería del mundo, y el campo petrolero de Khurais, ambas propiedad de la empresa pública saudita Aramco. La producción de crudo de este Estado se reducirá a la mitad como consecuencia de los ataques, lo que causó que el precio del crudo aumentara su valor 15% en los mercados internacionales el lunes pasado. Y es que el Reino de la Península Arábiga es el segundo país con mayores reservas de petróleo del mundo, con 17% del total y 298.000 millones de barriles, solo superado por Venezuela, en cuyo territorio se calcula que existen 303.000 millones de barriles de crudo, según datos de la empresa de energía británica BP. El domingo Donald Trump anunció que Estados Unidos recurriría a su Reserva Estratégica de Petróleo para tratar de frenar la crisis de suministro.

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Soy Álvaro Irigoitía, subeditor jefe de El Observador. Hasta aquí, esta nueva entrega de Rincón y Misiones, la newsletter exclusiva para suscriptores Member de El Observador para entender mejor la realidad económica y los temas que tocan nuestro bolsillo, y contar con mejor información para tomar decisiones.

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