Marcelo Morillas

La estrategia de Uruguay para no salir del radar y preservar su sueño petrolero

Ancap dice que tiene información valiosa que reduce el riesgo para futuras perforaciones; flexibilizarán condiciones para que lleguen nuevos jugadores

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29 de noviembre de 2018 a las 05:03

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Mantenerse en el radar petrolero y buscar una segunda oportunidad para no enterrar el sueño de un país con petróleo y/o gas en su cuenca marítima (offshore) o terrestre. Es esa la estrategia que lleva adelante (con bajo perfil) Ancap para mantener viva la ilusión y seguir captando el interés de las compañías cuando definen en qué zonas arriesgar para descubrir nuevos yacimientos del oro negro.

La perforación de un pozo seco que realizó la francesa Total hace dos años en la cuenca marítima uruguaya fue un trago amargo y desinfló las expectativas de que Uruguay se transformara en un país petrolero en el corto plazo.

Pero lejos de bajar los brazos, en Ancap apuestan a mantener vivo el interés de nuevos jugadores de la industria petrolera para que la búsqueda de hidrocarburos no se detenga. Y el desafío no es menor, aunque lo peor para los números de las petroleras parece haber quedado atrás. “Ahora tenemos información más valiosa que en el pasado. Tenemos que hacer valer ese activo”, dijo a El Observador una fuente del ente petrolero. 

Antes de que culminara el plazo para la Ronda Uruguay III –abril de este año–, en Ancap ya sabían que no se iban a recibir propuestas de empresas petroleras para firmar contratos de exploración en la cuenca offshore. En esa oportunidad se habían ofertado 17 áreas para la exploración y explotación de hidrocarburos.

Cambiar la pisada

Hoy la principal barrera para que las compañías petroleras asuman el riesgo de realizar nuevas perforaciones en la cuenca marítima local es básicamente económica. Esto porque los estudios sísmicos preliminares arrojan potenciales reservas de hidrocarburos “que no son gigantes”, explicó la fuente. Los indicios hablan de potenciales reservas en esa zona de 100 a 400 millones de barriles como máximo, aunque para el gas los reservorios podrían ser más relevantes.

Por ello, ahora Anacap procura “cambiar la lógica” de funcionamiento de la licitaciones a futuro para dar "mayor flexibilidad” a las empresas y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado.

El ente petrolero procura aprovechar esa “información valiosa” de US$ 2.000 millones que tiene en su poder de la cuenca offshore uruguaya de los distintos estudios sísmicos que se realizaron así como de la perforación que realizó Total con su pozo (seco) en 2016.

La estrategia del ente pasa por dar “mayores libertades” con el fin de potenciar el interés de los inversores petroleros. Por ello se optó por dejar la Ronda III abierta para que cualquier interesado pueda presentar y por no ser tan exigentes con las condiciones mínimas.

La fuente indicó que eso abre la puerta para que puedan llegar al mar uruguayo operadores de la zona de Mar del Norte y África. En Ancap esperan que el nuevo marco legal para que arriben potenciales empresas para realizar trabajos en la cuenca esté listo para marzo o abril del próximo año.

Mientras esperan por ese nuevo marco normativo, los técnicos del ente petrolero continúan realizando data rooms con operadores privados, aunque ahora con un “perfil más bajo” que en el pasado, admitieron. La idea que tiene Ancap es que una o dos veces al año se proceda a la apertura de ofertas para su análisis, en caso de que existan.

Los técnicos de Ancap ya tienen armados los pliegos de la licitación y los nuevos esquemas de los contratos, que ahora deberá aprobar el Directorio del ente y luego áser avalados por el Ministerio de Industria, Energía y Minería y por el propio presidente de la República, Tabaré Vázquez.

Este nuevo esquema jurídico y legal deberá “ser más abierto” para que las empresas petroleras puedan entrar y salir con relativa facilidad y para no quedar “atados” a plazos y etapas cada vez que se les adjudica un bloque, como ocurrió en las rondas Uruguay I y II. Y también para que las compañías “no están tan presionadas” con los presupuestos para su ejecución.

La estrategia sigue pasando por darle “continuidad al proceso” y que sean los privados quienes “asuman el riesgo” de realizar inversiones para la exploración de la plataforma en mar y tierra. Que Ancap asuma esa tarea sería agregarle una “presión no recomendable” para que obtuviera resultados positivos, admitieron.

Riesgo menor

En la empresa aseguran que esos US$ 2.000 millones de inversores en estudios sísmicos y procesamiento –incluyendo un pozo que costó más de US$ 100 millones– pueden agregar nueva información para “acumular base” y reducir así el riesgo potencial de futuros trabajos de exploración, como puede ser la realización de una nueva perforación en las profundidades de la cuenca marítima.

Los técnicos petroleros del ente están convencidos de que los riesgos se han reducido en forma sensible, producto de la información que se acumuló y procesó en los últimos tres años. “Se está trabajando dentro de las trampas donde hay gas y petróleo con prospectos y geometría. Toda la información que procesó Total pasó a manos de Ancap”, acotaron.

En la actualidad la única compañía que sigue adelante con la exploración petrolera offshore es Tullow Oil en el área 15 de la plataforma marítima, con Statoil de Noruega y la japonesa Inpex como socios no operadores. La otra empresa que permanecía era Shell, pero una vez vencidos los plazos decidió a inicios de año no pasar a la etapa de perforación de un pozo.

En un intento por persuadir a las empresas que aún continúan analizando el subsuelo marítimo uruguayo, Ancap abrió un espacio para compartir información actualizada y procesada con las petroleras que todavía siguen presentes.

“Lo que se necesita es poner cabeza e inteligencia y software para tener más elementos para ver cómo se encara el desarrollo para saber si hay mucho gas o petróleo”, indicaron.

Continúan los trabajos en tierra

El año pasado la australiana Petrel Energy –accionista principal del grupo Schuepbach Energy Uruguay– tuvo dificultades financieras para seguir adelante con sus trabajos de exploración de hidrocarburos en la zona de Salto y Piedra Sola. Este grupo lleva invertidos US$ 25 millones desde que inició su actividad en 2012.

La empresa detuvo sus actividades a principios de año por la falta de fondos para seguir adelante, aunque luego su accionista Petrel anunció que había llegado a un acuerdo con su otro socio (Schuepbach) para capitalizar la empresa y seguir adelante con los trabajos. Luego de cerrar una renegociación –que implicó una extensión– del contrato que tenía vigente con el Estado, la empresa estará en condiciones de retomar los trabajos, explicaron.

Subibaja del mercado
En el último tiempo las petroleras recuperaron algo de holgura financiera luego que el precio del crudo cayera por debajo de los US$ 40 hace un par de años atrás. Eso provocó un achique y reestructura sensible de los proyectos de prospección de hidrocarburos en todo el mundo.
Las acciones de las empresas en el mundo han repuntado, aunque ahora vuelven a estar amenazadas porque el precio del crudo pasó de un pico de US$ 86 por barril a principios de octubre a poco más de US$ 60 en el caso del Brent, por los temores a una sobreoferta producto de una demanda que no termina de afianzarse.
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