Todos los asistentes y trabajadores del Sodre fueron hisopados

Espectáculos y Cultura > CERTIFICADO SANITARIO

La experiencia del "pase responsable": una noche de ballet con antesala de protesta

Este sábado se llevó adelante el primer plan piloto del “pase responsable” en la Sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional Adela Reta
Tiempo de lectura: -'
06 de junio de 2021 a las 08:46

Dicen que los humanos somos seres de costumbre. En ese sentido, ante la expectativa de vivir una experiencia al menos similar a la vida antes de que una pandemia global pateara todos los esquemas, despertamos algunos resortes de la memoria. Pero en esta "nueva normalidad" las cosas son diferentes. En la noche del sábado, sin filas ni tiempos de espera, pasar por las puertas de vidrio del Auditorio Nacional Adela Reta del Sodre fue ingresar a un corredor sanitario: alcohol, control de temperatura e hisopado. 

Volvió la danza, por una noche. Un centenar de invitados, entre los que se encontraban legisladores y legisladoras de la coalición de gobierno, ministros, ministras y jerarcas municipales, participaron de la primera prueba piloto del certificado sanitario que el gobierno gestionó bajo el nombre de "pase responsable", con el objetivo de encontrar alternativas al aforo para implementar cuando regresen las actividades culturales.

Hablando de costumbres, si hay algo a lo que nos acostumbramos en los últimos 15 meses fue a estirar el brazo cada vez que entramos a un lugar público para que otra persona, con un artefacto digital, controle la temperatura de nuestros cuerpos. Pero lo más usual no es que lo haga un ministro. En este caso, el ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, y el presidente del Sodre, Martín Inthamoussú, fueron quienes recibieron a los espectadores y les toman la temperatura como parte del protocolo que aprobó el Ministerio de Salud Pública (MSP) para la ocasión.

"Los sindicatos del Sodre comunicaron que no iban a permitir que ningún funcionario estuviera en contacto con las personas que no hubieran sido hisopadas, pero por otra parte el MSP aprobó un protocolo que teníamos que usar hoy que incluía tomar la temperatura a medida que entraban. Por lo tanto si no había alguien que hacía eso no se podía hacer este ensayo", explicó el ministro en rueda de prensa.

El ministro de Educación y Cultura tomó la temperatura de los asistentes al evento

La experiencia piloto del "pase responsable" requería de la realización de tests de antígenos para cada uno de los asistentes a la función. Para lograrlo el lobby del auditorio se adaptó para incorporar diez boxes blancos donde el personal sanitario le hizo un hisopado a cada persona que entró al edificio. Hisopado, de esas palabras que no hubiéramos imaginado en un contexto cultural hace más de un año.

En menos de tres minutos el personal de salud tenía la muestra. Claro que había que esperar el resultado negativo antes de poder entrar a la sala Hugo Balzo, donde se realizaría la función del Workshop Coreográfico a cargo del Ballet Nacional del Sodre bajo la dirección de María Noel Riccetto. Con ese objetivo, a la derecha del ingreso armaron una sala de espera con cuatro filas de once asientos en la entrada del edificio, donde tanto legisladores, como ministros y jerarcas municipales esperaron los resultados de sus exámenes.

Veinte minutos es el tiempo que demoró el resultado: "Negativo, puede ingresar". A su vez la información del hisopado fue cargada en un sistema informático, que la vincula a un código QR que el Ministerio de Salud Pública envió a cada participante antes del evento y que escanearon antes de ingresar a la sala. Según informaron las autoridades luego del evento, todos los tests resultaron negativos.

Cada invitado debió tener el resultado negativo de un test de antígenos antes de ingresar a la sala

Adentro de la sala Hugo Balzo, que habitualmente tiene capacidad para 280 personas, las butacas no estaban señaladas. El personal de Sodre supervisaba que los asistentes mantengan la distancia entre ellos y usen en todo momento el tapabocas. "Por favor, no pueden sentarse los cuatro juntos", le rogaba una funcionaria a un grupo de invitados antes de que comenzara la función.

El reencuentro del arte

Hay algo mágico que pasa en el escenario. Algo que para los artistas es una pulsión de vida. Algo que trasciende el cuerpo y mueve a los espectadores en sus asientos. Algo, que hace meses que no sucedía en los escenarios uruguayos. 

Este sábado el elenco del Ballet Nacional del Sodre volvió a bailar. Y fue también la primera vez que María Noel Riccetto vio a los bailarines en el escenario desde que asumió el rol de directora artística de la compañía. Antes de comenzar la función, explicó que a finales de mayo puso a prueba a los bailarines al comenzar con los ensayos de manera virtual, con el objetivo de optimizar el tiempo en el que los escenarios estaban inhabilitados y estar "más que preparados" cuando las medidas cambiaran. "Teniendo en cuenta que el público nos espera llevamos a cabo una tarea que creíamos que era prácticamente imposible", comentó la directora.

Cinco minutos pasados de las 20:00 todo se transformó en silencio, y lo que hasta ese momento era un ensayo en medio de una pandemia se transformó en el momento del arte. Nada más importaba que el movimiento de los artistas sobre el escenario, porque mientras bailaban parecía que todo regresaba a la normalidad. A una vieja normalidad. Sólo una pista delataba la realidad: en todo momento, también los bailarines y bailarinas, usaron tapabocas.

El espectáculo se compuso por tres piezas, a cargo de tres jóvenes coreógrafos miembros del Ballet Nacional que trabajaron con los bailarines de manera virtual.

La primera fue19.580, una coreografía que hace alusión a la ley contra la violencia hacia las mujeres basada en genero ideada por Luiz Santiago. Luego Jorge Ferreira presentó Nudo, una pieza basada en una historia de vida en la época de la dictadura militar. Y la última coreografía, del Guillermo González, fue Volver. Una obra compuesta por cinco tangos de Carlos Gardel donde bailarines olvidados vuelven a la vida luego de un largo tiempo de quietud. ¿Suena familiar?

Durante casi una hora el arte tomó el control de la pandemia. Los cuerpos que ensayaron desde la virtualidad pudieron volver a tocarse. Y los espectadores confirmamos que emociona, hasta las lágrimas, volver a ver la cultura en escena y aplaudir a los artistas.

El presidente del Sodre señaló a El Observador que en el espectáculo trabajaron aproximadamente 70 personas, entre técnicos, técnicas, bailarines, bailarinas y funcionarios en general. "Estaban con muchísimas ganas de estar en el escenario, que es el lugar natural de los artistas, no solo de ellos sino de todos los artistas que están en su casa sin poder presentar su arte que es el alimento de su vida", comentó Inthamoussú. 

"Estoy muy feliz, se merecían esto. Se merecen estar en el escenario después de todo el esfuerzo, de estar tantos meses en sus casas. Solo el que lo vio lo entiende quizás, fueron meses largos de mucho trabajo pero de mucha buena predisposición, de mucha buena energía", dijo la directora artística del Ballet Nacional del Sodre a El Observador luego de la función.

Una antesala de protestas

La esquina de Andes y Mercedes se escuchaba antes de llegar. En la antesala de la función, afuera del auditorio, una veintena de personas se manifestaron con bombos, pancartas y bombas de estruendo, contra el "experimento" que se lleva a cabo adentro del recinto, por considerar que de adoptarse el "pase responsable" sólo se les permitirá a algunas personas acceder a las actividades culturales. 

Protestas fuera del Auditorio

Sobre las 19:15 un cordón policial con efectivos de la Guardia Republicana se instaló delante de la fachada del auditorio. Como una línea divisoria, lo que sucedía adentro y afuera del edificio parecían dos líneas de tiempo en la misma historia. 

Con un megáfono en mano el abogado Gustavo Salle lideraba la protesta, que también llevaba consignas antivacunas, y aseguraba a los efectivos que no habría "actos de violencia" contra la policía. 

Un grupo de manifestantes se acercó a las afueras del Auditorio

Entre las pancartas antivacunas llegaron otras, las de los artistas. Que llegaban a la esquina del auditorio para reclamar por la paralización de las actividades del sector cultural.

"Como en los papeles"

Una vez finalizada la función Da Silveira hizo una evaluación positiva del ensayo "en lo logístico y lo tecnológico". "Ahora hay que esperar unos días para confirmar que también fue muy buena en lo sanitario, pero globalmente confirmamos que las cosas pasaron como los papeles decían que tenían que pasar", dijo a El Observador el ministro de Educación y Cultura, quien adelantó que, en caso de que esta modalidad se adopte en eventos públicos, se está trabajando en la posibilidad de que los hisopados puedan hacerse en las farmacias antes del evento "a un costo razonable". 

"Nosotros no le estamos imponiendo un procedimiento a nadie, estamos buscando soluciones. Al final del día lo que importa es quiénes están del lado de los que ponen problemas y quienes están del lado e quienes buscan soluciones", sostuvo el ministro.

Mientras el Auditorio Nacional del Sodre volvía a cerrar sus puertas, hasta que las autoridades anuncien el retorno de las actividades culturales, afuera también había aplausos. Los manifestantes se abrazaron y se felicitaron en su resistencia hasta que las luces se apagaron.

La esquina de Andes y Mercedes volvió a quedar en silencio.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...