Juan Samuelle

La ganadería puede despegar durante la próxima década

Con precios récord, buen clima y un dólar más amigable, la ganadería se apresta a sumar dos pariciones abundantes para expandir la producción; las compras de China empiezan a traccionar para el crecimiento ganadero

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31 de octubre de 2019 a las 05:03

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¿Cuán lejos puede llegar la ganadería si persisten condiciones como las actuales?  Si el precio ajusta a la baja de una forma moderada, el atraso cambiario queda atrás y La Niña demora en llegar y esquivamos la sequía, ¿es posible mantener una exportación en pie relevante y una faena que llegue a superar el máximo alcanzado en 2006?

Esta es una semana peculiar para hacer proyecciones, porque Turquía ha decidido interrumpir la importación de ganado en pie, una medida seguramente temporaria, pero que no dejar de recordar las fragilidades que tiene la exportación de animales vivos a prácticamente un único mercado de Medio Oriente.

Si se mantiene un diferencial de precios importante con Brasil, será mejor negocio llevarlos desde el país norteño. Puede asumirse como referencia que se mantenga una salida en pie de 200 mil terneros y novillitos por año.

Si la exportación en pie pasa a un nuevo equilibrio en torno a 200 mil cabezas por año y la producción de terneros tiene asegurados dos años favorables, ¿qué nueva ganadería quedará configurada en el mediano plazo?

La hipótesis de una caída de la exportación en pie supone un nuevo volumen exportado “de equilibrio en 200 mil animales, es decir algo por encima de la exportación de este año que caerá a unas 170 mil cabezas, desde las 450 mil que se exportaron en 2018.

Por otra parte, los datos de preñez que está generando esta parición permiten suponer que la producción de terneros da un salto de 150 mil cabezas, de 2,75 a 2,9 millones de terneros.

En esta primavera casi seguramente está ocurriendo una parición récord y el entore que empieza en dos semanas generará una parición nuevamente alta, posiblemente la primera que llegue a tres millones de terneros.

 

 

 

Esto abre dos temas importantes. Por un lado, el impacto de esas dos altas pariciones en el futuro de la ganadería. Por otro, cómo puede ser una ganadería que sostuviese los tres millones de terneros y sostuviera una exportación más moderada que la que se dio en años anteriores.

En el entore de 2021 empezará a aumentar la cantidad de vaquillonas de reemplazo, por las vaquillonas nacidas en esta primavera que estarán cumpliendo dos años en aquel entonces.

¿Bajará la demanda por vaquillonas para 481 dada la baja gradual de incidencia de esa cuota?

La faena de vaquillonas ha aumentado de 200 mil a 300 mil por año. Factiblemente esa faena se sostenga equilibrada. Pero aún así, con el nacimiento de 2,9 millones de terneros por año deberían generarse 1,45 millones de terneras y una generación de remplazo de vientres de más de un millón por año. Eso levantaría la faena de vacas actual por un lado y llevaría a una trayectoria de crecimiento moderado de las vacas de cría de 2021 en adelante.

El stock de vacas de cría debería aumentar levemente en 2021 y volver a aumentar en 2022 de la mano de una posiblemente numerosa próxima parición.

También en 2022 debería empezar un muy gradual suba de la faena por la llegada de los novillos más precoces nacidos este año y algo más de faena de vacas al aumentar los reemplazos.

El año 2023 debería ser el primero en el que empiece a notar una mayor oferta de ganado para faena, por un lado por más vientres, por otro lado por los novillos de dos pariciones consecutivas.

La mayor incertidumbre refiere a qué sucederá con la producción de terneros de 2022 en adelante. Sabemos que los destetes de 2020 y 2021 serán seguramente los mayores de la historia. Y que en 2021 podría empezará un ascenso de la cantidad de vientres entorados por un aumento de unas 100 mil vaquillonas. Ese ascenso debe continuar en 2022 y 2023. De modo que sosteniendo una tasa de destete algo menor a 70% igualmente puede sostenerse una producción de terneros cercana a los tres millones.

Es decir que Uruguay podría estabilizar los tres millones de terneros por año. ¿Podría llegar más alto?

¿Cuánta será el área ganadera disponible en el mediano plazo?

Por ahora en general predomina la cautela. Por un lado porque evidentemente en términos de estímulos económicos eso dependerá de  cuánto grano se usará y cuál es el precio de equilibrio de largo plazo de ganado y granos.

La estabilización de una producción de tres millones de terneros por año llevaría a mediados de la próxima década, es decir sobre el año 2025, a superar el récord de faena de vacunos que data de 2006 cuando fueron faenados 2,6 millones de vacunos, unos 400 mil más que la faena de 2019.

Factiblemente eso podría ocurrir en una ganadería que aumentaría en un millón de cabezas, aproximadamente a 12,3 millones.

La industria está todavía a  dos años de contar con una oferta en crecimiento, pero si la exportación en pie no se dispara, debería esperarse que los frigoríficos alcancen volúmenes récord de faena en la próxima década.

 

 

Por ahora predomina la cautela. Por ejemplo, la investigadora principal del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria en temas de cría, Graciela Quintans, duda que pueda repetirse una tasa de preñez como la que se obtuvo en el entore pasado.

“Los ganados se sintieron en el último mes, los ganados todavía están sentidos”, explica. La ausencia de luz solar y la persistencia de fríos ha afectado tanto a las pasturas como a los animales. Quintans ratifica que esa es la impresión generalizada entre los técnicos que participaron de una jornada sobre cría que se llevó adelante en la unidad “Palo a Pique” la semana pasada.

“Es poco probable repetir el 80,6% de preñez que se logró el año pasado” afirma. Aunque no es imposible. Falta un mes para el comienzo del entore y “hay señales muy favorables, la gente va a entorar todo lo que pueda, lo que hay que recordar conceptualmente es que si no se trató bien a las vaquillonas en el invierno, luego es muy difícil obtener un buen desempeño reproductivo”.

Repetir una alta tasa de preñez será muy difícil, reiteró, “a no ser que la gente haga destete precoz masivamente".

¿Se puede quebrar la lógica del 65% de destete que ha permanecido casi constante en los últimos años?

Quintans entiende que hay un conjunto de tecnologías de proceso de alto impacto y bajo costo que están validadas. Y al estabilizarse la cría muchos productores deberían adoptarlas.

Entre otras, esas tecnologías de procesos son: preñar temprano durante el entore, tener servicios ajustados a la curva de forraje, tener destetes tempranos pase lo que pase con el precio del ternero, cuidar que la vaca de primera cría para en buen estado y luego tenga buenas pasturas hacia delante, uso de la tecnología de “tablilla” en esa categoría para asegurar una  buena preñez en la segunda cría de la vaca, hacer una buena recría de la ternera en particular durante los tres meses del primer invierno, elegir toros adaptados a lo que necesita el rodeo, raspajes y control de enfermedades..., en síntesis tener un plan de manejo y ejecutarlo.

 

 

 

Igualmente cauto –o más aún– fue Rodolfo Irigoyen, docente de la Facultad de Agronomía, quien observa con preocupación los altos precios actuales en Uruguay, “ya que es un desequilibrio de precios relativos regionales. Que el ganado gordo valga 40% más que en los países vecinos puede ser contraproducente. No somos tan cracks, tan diferentes, puede ser una situación pendular o puede ser que se lleve de arrastro a la industria. El conjunto de la cadena se debilita”, opinó.

Eso no implica desconocer los factores positivos: “Sumas la peste porcina en China, Argentina donde vuelven los K, hemos hecho bastante bien las cosas y se nos reconoce como gente seria en el mundo, todo eso es positivo. Pero hay que estar atento”, concluyó.

En cualquier caso, con precios récord, primaveras lluviosas y un dólar más amigable, la ganadería se apresta a sumar dos pariciones abundantes que pueden continuar en una expansión inédita del rodeo y la producción en los próximos años. Las compras de China empiezan a traccionar el crecimiento ganadero. 

 

Juan Samuelle

 

 

 

 

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