En medio del alicaído contexto deportivo nacional e internacional en medio de la pandemia de covid-19, con eventos que se suspenden o postergan, Uruguay será sede de un torneo de primer nivel, la Copa Libertadores de futsal, que se llevará a cabo desde el 15 al 22 de mayo en Florida y que contará con la presencia de 12 equipos de los 10 países del continente.
Tras monitorear la situación sanitaria regional, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) confió en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para que emprenda la organización de su principal evento de esta disciplina, a la que los especialistas locales siguen llamando fútbol sala.
La AUF, que desde hace un tiempo vive un gran relacionamiento con el órgano retor del fútbol continental, aceptó el desafío y la próxima semana la pequeña pelota comenzará a rodar en el renovado gimnasio 10 de Julio de la ciudad de la Piedra Alta.
El neutral de la AUF y presidente del Comité Organizador Local, Fernando Sosa, contó a Referí cómo se le adjudicó a Uruguay el torneo que se estima dejará US$ 600.000 de ingresos para el país.
Tras analizar el contexto continental, la Conmebol, que había suspendido el torneo el año pasado y que sí o sí quería hacerlo este año, llegó a la conclusión que prácticamente ninguno de los países tenía la posibilidad de alojar 10 delegaciones extranjeras de nueve países y de tener las condiciones de protección sanitaria.
En sus evaluaciones, Uruguay se destacaba. “La Confederación tenía testeado bastante bien este último año, de marzo a marzo, a Uruguay, que estaba en los estándares más altos de control de la pandemia dentro del fútbol y a nivel general también”, contó Sosa. “Había muchos indicadores para ser los únicos posibles para aplicar al torneo”.
Tras la propuesta recibida, la AUF inició contactos con el gobierno, con el Ministerio de Salud Pública y la Secretaría Nacional de Deporte, y se le dio el visto bueno al protocolo sanitario de Conmebol, que es muy similar al que emplea en sus torneos internacionales, con la salvedad de que los planteles se quedarán 11 días en el país.
Luego, vino la elección de la sede: Florida. En primera instancia se pensó en Montevideo y en el Antel Arena como escenario, lo que era la mejor opción posible por temas logísticos, económicos, de traslado y más. “Pero en todos lados la prioridad hoy en día son los vacunatorios que están funcionando”, dijo Sosa. El principal escenario deportivo cerrado del país es por estos días uno de los principales centros de vacunación.
“Lo único que encontramos dentro de una distancia y tiempo de traslado razonable que Conmebol nos autorizara, era Florida, el estadio polideportivo 10 de Julio, que está a nuevo, que hace poco se jugó el clásico de básquetbol y tenía todas la condiciones reglamentarias, de hospitalidad, de aprobación para el trabajo técnico y de tránsito, con más de 300 personas involucradas”, destacó el neutral.
De esa forma, se designó a la ciudad ubicada a 100 kilómetros de Montevideo.
“Florida fue elegida y también fue convenido con Florida, con el intendente Guillermo López y el director de Deporte Mathías Domínguez”, comentó Sosa.
“Conmebol de alguna forma reconoce el esfuerzo que ha hecho el país y el fútbol para mantenerse en medio de la pandemia compitiendo en todas sus disciplinas, con un calendario normal, así que el compromiso es justamente sacar un torneo sin ningún tipo de fisura sanitaria”, destacó Fernando Sosa.
En la pandemia, y con un rebrote de casos en Montevideo y Florida, el desarrollo del torneo implica un fuerte acatamiento de los controles sanitarios establecidos en el protocolo, de características similares a los de Conmebol para sus torneos internacionales de fútbol.
Los 12 equipos se instalarán en seis hoteles de la capital, con dos delegaciones por hotel, viajando los días de partido. “Van a estar en pisos diferentes, sin ningún punto de conexión, en habitaciones simples, con comedores y personal distintos”, explicó Sosa.
Los clubes participantes son Corinthians, Carlos Barbosa (Brasil), Universitario (Perú), San Lorenzo (Argentina), Delta Te Quiero (Venezuela), Proyecto Latín (Bolivia), Sportivo Bocca (Ecuador), Cerro Porteño (Paraguay), Alianza Platanera (Colombia), Universidad de Chile (Chile), Nacional y Peñarol (Uruguay).
“Todas las delegaciones, más el staff del servicio de hotel, más el transporte y la seguridad, en condiciones de aislamiento y yendo por un corredor sanitario a Florida, compitiendo, y volviendo a Montevideo, inclusive con la restricción del no uso de vestuario”, agregó.
En las primeras jornadas de fase de grupos, habrá seis encuentros por día. Entre juego y juego se realizará sanitización y limpieza de las instalaciones del 10 de Julio.
No habrá público en la tribuna y la presencia de prensa acreditada en el estadio tendrá un número muy ajustado, por lo que se montará una sala de prensa externa en otro edificio de Florida.
La llegada de la Copa Libertadores de futsal a Uruguay dejará en el país ingresos superiores al medio millón de dólares, indicó Sosa.
“Traer delegaciones, sin contar los traslados aéreos, implica contratación de hotelería, de seguridad, auxiliares, traslados, alimentación, higiene, salud, el tema del covid-19… Todo lo que es la logística, medios… Todos los detalles que impliquen poner un torneo en marcha”, dijo el presidente del Comité Organizador.
Destacó que de todo ese movimiento “no queda un peso” para la AUF y que el 100% se vuelca al financiamiento del torneo con un aporte realizado por Conmebol.
“En una semana, va a dejar en el país, con una economía bastante deprimida, un movimiento tanto a nivel de Montevideo como en Florida de un total cercano a US$ 600.000”, señaló.
En Florida también destacaron la gran importancia del evento para que llegue a Uruguay y más aún al interior profundo. “Posiciona a nuestra ciudad a nivel internacional, es un torneo que va a ser trasmitido por 109 países y se puede mostrar todo lo que sea la ciudad”, dijo el director de Deporte de la Intendencia de Florida, Mathías Domínguez.
“En el gobierno del intendente Guillermo López vemos con muy buenos ojos que este tipo de torneo llegue a nuestra ciudad, queremos ser una capital deportiva y sede de eventos internacionales”, agregó el responsable de Deportes del departamento que en su polideportivo ya recibió partidos de la Liga Uruguaya de Básquetbol y que tuvo a la selección uruguaya de hándbol concentrando antes del pasado mundial.
Además de las delegaciones de los equipos en los hoteles en Montevideo, los árbitros de Conmebol y los encargados del comité organizador se van a alojar en el Complejo Paso Severino, a unos 25 kilómetros de Florida. Viajarán todos los días desde ahí, lo que implicará la contratación de camionetas del departamento, como el servicio de alimentación local.
Al coqueto escenario del Estadio 10 de Julio el torneo le dejará como legado un equipamiento deportivo mayor a US$ 10.000.
“Vamos a tener consumos diarios que para la ciudad es muy bueno, y en logística y organización con empresas floridenses contratadas desde el catering a camionetas para traslados”, destacó Domínguez, quien lamentó que el torneo sea a puertas cerradas, por lo que el público local no podrá asistir.
Además del impacto deportivo y el movimiento que genere el torneo, para la AUF será una gran ocasión para promocionar este deporte que quieren impulsar en todo el país. “Es una disciplina que queremos darle mucha difusión en el interior. Estamos apuntando a tener una Liga Nacional de Futsal, conjuntamente con OFI, y esperamos tener un torneo nacional cuando vuelva la actividad a los recintos cerrados”.
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