El caso Martínez, la muerte súbita y los 65 jugadores que salvaron sus vidas

¿Qué se hace en Uruguay? ¿Se le da la trascendencia que tiene o solo suenan las alarmas cuando se produce un episodio como el del jugador de Boston River?

Desde 2009, en Uruguay se desarrolla un programa de prevención que lo comenzó el médico Sergio Giovanetti de SUAT y que logró el apoyo del entonces Ministerio de Turismo y Deporte y de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF)

Dos años después, preocupado por la muerte súbita en el fútbol, el médico Pedro Larroque, quien durante 40 años trabajó en el deporte, planteó su preocupación en las reuniones de planificación de Gol al Futuro, un programa del gobierno creado en 2009 que apoyo al fútbol juvenil, y propuso crear un programa de prevención.

Desde entonces, dos organizaciones preocupadas por un tema que genera pánico en el deporte, se encontraron en el mismo camino y la Prevención de la Muerte Súbita en el Deporte (Premude) desarrolló un plan que permitió estudiar a miles de futbolistas, detectar irregularidades y encauzar cada uno de esos casos. Siete de ellos (uno fue operado dos veces), terminaron en el quirófano, y se reinsertaron en la actividad deportiva.

La responsable de Premude es la médica Geraldine Rodríguez, quien comenzó a trabajar en 2009 cuando Premude funcionaba en forma independiente. Desde 2011, con el grupo de médicos se integró a Gol al Futuro.

Desde que se implantó este programa, además de los ocho casos que terminaron en el quirófano, hubo 65 casos de enfermedades silenciosas en los que se debió informar a los juveniles que se continuaran con más chequeos porque encontraron irregularidades en el funcionamiento.

A la hora de explicar cómo previenen los casos, Rodríguez explicó a Referí: “Este proyecto se basa en investigaciones que se hacen desde hace 30 años en Europa y Estados Unidos, que son obligatorias para los deportistas competitivos. Hacemos lo mismo que ellos. En el caso de Europa y Estados Unidos, hacen es un interrogatorio sobre enfermedades y patologías que haya en la familia, un examen físico y un electrocardiograma. Nosotros le agregamos un ecocardiograma, lo que conocemos como la ecografía cardíaca”.

Rodríguez explicó cómo realizan los controles con jugadores de fútbol de divisiones juveniles de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Lueo de acordar la visita con el club, concurren con una ambulancia en donde, previo al entrenamiento porque tienen que estar en reposo, controlan a todo un plantel.

"Este año, Gol al Futuro invirtió y tenemos un aparato nuevo de ecocardiograma. Todo el costo pasa por el Estado a través de Gol al Futuro y el tema de los gastos del papel, los materiales (el algodón, el alcohol, etc.) y el traslado, lo abona SUAT”.

Explicó que en los últimos años vienen haciendo entre 1.000 y 1.200 estudios a juveniles. Según registros oficiales, desde 2008 a 2017 se evaluaron a 6.710 futbolistas. El 12,5% de los mismos tenía uno o mas antecedentes familiares de alerta”.

“Este es un chequeo preventivo y lo que prevenimos es que se mueran jóvenes porque estas enfermedades no dan síntomas. Lo que hacemos es ir a buscarlas, encontrarlas, prevenirlas, en gente que creemos que está sana”, dijo la profesional.

Consultada acerca de la franja etaria a la que apuntan, indicó: “A partir de los 15 años se recomienda empezar a hacer el chequeo y la franja va hasta los 35 años en cuanto a estas enfermedades silenciosas”.

Estos estudios, por ahora se hacen exclusivamente con juveniles y en el fútbol, porque el programa de la Secretaría Nacional del Deporte está dirigido a ellos junto con el programa Gol al Futuro que depende de Presidencia de la República.

“Se han encontrado casos de jugadores que han tenido que ser intervenidos, que algunos han salido en la prensa. Pero hubo 65 casos de enfermedades silenciosas en los que tuvimos que informarles a juveniles que se hicieran chequeos anuales de patologías que también pueden generar la muerte”, explicó.

Uno de esos casos en los cuales un jugador pudo salvar su vida por la prevención de Gol al Futuro, fue Ignacio Laquintana, actualmente en el plantel principal de Defensor Sporting, quien hace un año contó a Referí que le practicaron dos cateterismos en esa misma temporada.

Los cardiodesfibriladores juegan un papel preponderante en este tema y Rodríguez concuerda: “Eso es lo más importante. Nosotros como médicos siempre hacemos hincapié en la prevención y tener un cardiodesfibrilador en los lugares en los que estamos, es algo necesario. Y no solo para los deportistas, porque también nosotros estamos en la franja de riesgo. Es sumamente importante que haya un cardiodesfibrilador”.

Con respecto al fallecimiento del juvenil de Boston River, la médica expresó: “La muerte súbita por definición es una muerte inesperada en una persona previamente sana. Pero como él no murió de forma súbita, tuvo un evento súbito que fue asistido, deja de ser muerte súbita. Estuvo asistido durante 24 horas. Si él hubiera muerto en la cancha, en ese caso sí estaríamos hablando de una muerte súbita”.

Explicó un caso de muerte súbita que se registró en Uruguay. “Un chico de 13 años murió el 22 de agosto en Tacuarembó jugando en una cancha de su barrio, sin enfermedades previa. Murió en el lugar y no lo llevaron al hospital. En ese caso sí se trata de una muerte súbita”.

Otro antecedente que registran, pero no en el fútbol, es el fallecimiento de un chico de 15 años que jugaba al rugby en Trouville hace tres años. “Fue una muerte súbita porque sucedió en el lugar. Ese juvenil tenía una causa cardíaca”, recuerda.

El trabajo que hacen en Premude es exclusivo del fútbol “porque este proyecto deportivo está hecho para el fútbol”, explicó Rodríguez.