Leonardo Carreño

La Semana Traducida: ¿qué devolver cuando te tiran una piedra?

Un análisis de los acontecimientos políticos de los últimos siete días

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28 de febrero de 2020 a las 10:20

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Los últimos siete días políticos estuvieron marcados por la previa del cambio de mando del próximo domingo. Pese a que aún están lejos las departamentales y a que los ciudadanos aún no están interesados en esas elecciones (al menos por lo que marca la cantidad de lectores de notas sobre el tema), la campaña hacia mayo también se empezó a mover.

Aquí, la interpretación de los elementos más relevantes de la última semana.

→ El nuevo gobierno y la nueva oposición cerraron una primera etapa de la negociación por los cargos, pero aún quedan muchas cosas relevantes en el aire. La primera señal es positiva: se lograron poner de acuerdo en un número y en una lista de los cargos. Pero el episodio también deja otras lecturas. En primer lugar, los roles que jugó cada uno. Luis Lacalle Pou se reservó para el final y fue el portador de la buena noticia: se mostró (no quiere decir que necesariamente sea así) como cediendo, para cumplir con una promesa de campaña y a la vez dar señal de republicanismo con la oposición. El secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, que durante buena parte de estos 15 años fue el nexo que dialogó con el Frente Amplio y mostró la cara más afable para la izquierda, ahora se presentó como el bulldog. Trancó en el mano a mano varias veces con el presidente del FA, Javier Miranda, y públicamente dio señales a lo largo de dos semanas de que no quería ese acuerdo con la izquierda. A ese doble juego entre Lacalle y Delgado hay que prestarle atención, porque tal vez jueguen el rol del policía bueno y el malo. Pero si la actitud que prima es la que adoptó Delgado, habrá más “chisporroteos” que los deseados, como dijo Lucía Topolansky. Al menos esa es la sensación con la que se quedaron en la izquierda.

→ En el análisis de cómo se pararon del lado de la nueva oposición también hay elementos para observar. Miranda, por un lado, se mostró como un buen articulador con el gobierno. No seguirá mucho tiempo como presidente del FA, pero mientras lo sea demostró que puede dialogar con el gobierno sin grandes problemas. Tal vez donde más problemas tenga sea para articular en la interna de su partido.

→ Por otra parte, el cierre de la negociación demostró que en el Frente Amplio hay quienes tienen algunos problemas para aceptar la nueva realidad política. No solo perdieron las elecciones, sino que en octubre tuvieron una caída muy pronunciada, con poco menos del 30% de los votos. Las declaraciones que hizo Topolansky el jueves a la noche a VTV, poco después del acuerdo, son la prueba de ello. Más allá de las críticas al gobierno por algunas desprolijidades y por generar “chisporroteos” innecesarios, la senadora del MPP dijo que a ellos les hubiera correspondido más cargos porque el FA sigue siendo el partido más votado. El gobierno utilizó la misma regla de tres que Tabaré Vázquez para asignar los cargos a la oposición en el período que ahora termina. Pero luego remató con otras dos frases: “Yo pertenezco a la lista más votada de todo el país, por arriba de todos los partidos"; y: “Yo entiendo. Tienen que mantener la coalición y para mantenerla hay que repartir cargos. Se pagan esas cosas. Entonces machetean para el otro lado”. Si bien ambas frases tienen algo de verdad, trasuntan que aún les cuesta asumir que la oposición haya logrado lo mismo que el FA mucho tiempo atrás: juntarse para llegar al gobierno.

→ Las demoras en la negociación, pero no solo con el FA, sino sobretodo en la interna de la coalición, empieza a traerle problemas al nuevo gobierno. Aún no hubo anuncio de todos los directores de los ministerios que asumirán el lunes y tampoco están asignados los presidentes de los entes autónomos y los organismos descentralizados. Esta semana las autoridades entrantes del Ministerio de Salud Pública se reunieron con el directorio saliente de ASSE y les pidieron que se queden un mes más en el cargo. Marcos Carámbula, presidente del organismo, presentará este viernes la renuncia pero seguirá en el cargo. Es una práctica común que los jerarcas sigan hasta tanto estén las venias de sus sucesores. Lo más complicado, sobre todo en áreas como la salud, es que Carámbula no tenga aún un interlocutor designado para empezar la transición de un organismo que tiene miles de personas a su cargo.

→ El nuevo gobierno también debe lidiar con algunos prejuicios. Lacalle Pou tuvo que hacerlo durante toda su carrera política y tan mal no le fue conviviendo con ellos. Pero uno de los prejuicios que pesan sobre una parte de la ciudadanía tiene que ver con el último gobierno blanco y las acusaciones posteriores de corrupción. Por eso no suena muy afortunada la defensa que el presidente hizo del intendente de Artigas, que está siendo investigado por la Justicia. Por más que esté convencido de su inocencia, Lacalle pasa a ser el presidente y debería dejar que los jueces actúen antes de expresarse. En esta materia otro episodio de la semana fue el anuncio por parte de una fiscal de que pedirá la imputación del intendente nacionalista de Soriano, Agustín Bascou, por un asunto de sus negocios privados. En materia de transparencia será importante ver cuál es la movida del nuevo gobierno con la Jutep, luego de las críticas que recibió el organismo desde filas blancas. Sería importante que mantenga la mayor autonomía y que al frente estén personas que puedan actuar con independencia de partidos y políticos.

→ En filas del nuevo gobierno, pero en temas departamentales, esta semana los partidos recibieron una muy buena noticia en Montevideo:  Laura Raffo confirmó que puede ser una muy buena candidata. Durante una recorrida por el asentamiento Aquiles Lanza, y mientras era entrevistada por los medios, le tiraron algunas piedras que no dañaron a nadie, aunque rompieron el lente de una costosa cámara de fotos. Pero lo más interesante fue la reacción. En este video se puede cómo lo hizo. No solo fue muy buena en lo que dijo sino en cómo lo dijo. Aprovechó una situación complicada para sacar provecho de ella y pasar mensajes muy claros en momentos en que todos la estaban mirando: cuestionó a la izquierda por su gestión en barrios de Montevideo como el que visitaba y sobretodo para criticar a Daniel Martínez, que estuvo ausente de la campaña por unos días. A Raffo le tiraron unas piedras, pero lo importante es lo que hizo con ellas. Aprovechó la oportunidad, pero no al rato o al otro día, sino en ese mismo instante. Y eso habla muy bien de ella como candidata, porque demostró ser hábil para reaccionar rápido ante imprevistos.

→ Otro candidato que empezó a lucirse esta semana fue Álvaro Villar. Tal vez es el que la tiene más complicada en la previa de los tres frenteamplistas por la falta de conocimiento de buena parte de la ciudanía sobre su figura. Y esta semana, también a raíz del episodio de las piedras contra Raffo, empezó a mostrar una faceta interesante. Luego de la reacción de la candidata de la coalición multicolor, en el Frente Amplio surgieron los cuestionamientos esperados. Carolina Cosse dijo que Raffo desconoce la pobreza y por eso se sorprende. (Hace algunas semanas la candidata oficialista hizo algo parecido al recorrer algunos barrios y publicar una foto con un vecino que hablaba de una parte de la capital como “asentolandia”). Martínez fue por un lado similar: “Yo no necesito salir a recorrer Montevideo para una elección”. Traducida, la reacción de ambos fue: recién ahora estás descubriendo esta realidad porque nunca saliste de la costa. Villar se desmarcó y con un tuit destacó que Raffo “tiene derecho a conocer cada rincón de la ciudad” y que aseguró que el FA no puede tener “el monopolio de la sensibilidad social”.

Villar tiene a Francisco Vernazza como asesor, con un desafío similar al de Ernesto Talvi previo a las internas coloradas: hacer conocido al candidato. Twitter es un herramienta por ahora muy reducida, pero donde logre replicar este tipo de pensamiento por otras vías, también puede ser un muy buen candidato. A Raffo le tiraron unas pocas piedras, pero tanto ella como Villar devolvieron gestos muy interesantes.

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