Gentileza Antonella Vilardo

La uruguaya que trabaja en China para empoderar mujeres

Antonella Vilardo egresó como psicóloga y emigró en busca de un cambio; hoy piensa en mudarse porque la distancia es un impedimento para ver a sus seres queridos

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04 de noviembre de 2020 a las 15:20

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Hace más de cuatro años que Antonella Vilardo vive y trabaja en China. Cuando egresó de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica (UCU), tenía claro que quería vivir en Asia, pero no sabía bien en dónde. En ese entonces, su novio se encontraba en China y fue la excusa perfecta para tomarse un avión y desembarcar en esas tierras.

Hoy, con un poco de perspectiva, Vilardo comprende que en ese momento no tuvo una razón clara para irse. "Fue más un impulso y las ganas de irme", aclaró en diálogo con El Observador. Al llegar y tener casi nada de experiencia en su sector, comenzó a dar clases de inglés en un colegio canadiense con presencia en Hefei, una ciudad con ocho millones de habitantes.

Luego de estar dos años allí, decidió mudarse a Beijing, en donde reside actualmente. Si bien está conforme con lo logrado durante estos años, reconoce que la distancia entre China y Uruguay ha sido un gran impedimento que la hace planear un destino un poco más cercano. Hoy en día es directora de Operaciones e Innovación de Nu Women, una consultora que busca empoderar a la mujer.

¿En qué consiste el rol que ocupa? 
Estoy trabajando en una consultora que se enfoca en el empoderamiento de la mujer. Soy directora de Innovación y Operaciones, por lo que me encargo de implementar soluciones nuevas en base a los productos que la compañía ofrece. Acá en China, el tema del empoderamiento de la mujer recién está empezando a ser algo relevante, pero también está muy enfocado en lo económico. En ese sentido, trato de ver qué tipo de productos y acciones podemos hacer para tratar de impulsar esta movida.

Además, también me encargo de todo lo que tiene que ver con la operación de la empresa. Es una compañía que no hace mucho tiempo fue fundada, por lo que también tenemos mucho por hacer desde el punto de vista de la administración. Esto precisamente es un desafío, porque este 2020 es un año bastante especial y complicado en algunos aspectos.

Al ser un tema que recién empieza, tienen mucho camino por recorrer…
Sí, pero le están poniendo mucho foco últimamente y por parte de las autoridades el espíritu es de ayudar. A modo de ejemplo, el presidente, Xi Jinping, está dejando ver de manera explícita que quiere empoderar a la mujer y eso a nosotros nos sirve, porque nos valida y también nos da un impulso. O sea, no es que se está empezando de cero porque desde algún tiempo que se está trabajando en esto, pero sí es nuevo que le estén poniendo mucha fuerza al asunto.

¿Trabaja con algún otro uruguayo?
No, acá nunca trabajé con un uruguayo. Igual la consultora está compuesta por extranjeros, no hay nadie local trabajando.

¿Cómo fue la decisión de irse para China?
La verdad es que yo siempre había querido irme a Asia. En un principio, la idea era venirme para India pero en aquel entonces mi esposo estaba en China haciendo una maestría. Entonces, a raíz de eso, decidí venirme para acá. Por eso que, honestamente, lo hice muy inconsciente porque no fue algo que pensé demasiado.

No me quería venir sin nada, entonces lo que hice fue buscar trabajo desde Uruguay. Como estaba recién recibida, empecé siendo profesora de Inglés en Hefei, una ciudad que acá es relativamente chica. A los dos años sí me vine para Beijing y en total ya hace cuatro años que estoy acá.

¿Sigue en contacto con Uruguay?
Voy, por lo menos, una vez por año. Tengo un hermano en Estados Unidos, entonces a veces como punto de encuentro de la familia, vamos todos para allá. Pero igual, todos estos años he intentado ir una vez por año para ver a aquellos que no han podido venir. Además, extraño bastante el país, desde la comida hasta las costumbres y, obviamente, a las personas.

De hecho, mi esposo es dominicano pero nos casamos en Uruguay antes de que llegara la pandemia.

Gentileza Antonella Vilardo
Antonella Vilardo junto a su esposo

Desde el punto de vista empresarial, ¿nota la diferencia entre Uruguay y China?
Sí, hay mucha diferencia, sobre todo en cuanto a la cultura de trabajo. Esto es lo que más salta a la luz de los ojos. Después, en China, hay una gran oportunidad de crecimiento para las empresas extranjeras y tienen mucho apoyo por parte del gobierno, algo que resulta clave para poder expandirse. Acá las empresas están creciendo todo el tiempo.

¿En algún momento piensa volver a Uruguay?
Lo he considerado sí, muchas veces. Principalmente, años anteriores en donde el tema cultural resultaba un obstáculo. Por ahora volver no es mi idea, pero sí salir de China.

¿Por algo en particular?
Sí, cumplí mi ciclo acá. Crecí mucho, pero la distancia con el mundo es enorme y este año se notó mucho más. Más allá del crecimiento a nivel profesional, también es importante tener a la familia cerca.

¿Tiene algún país en la mira para mudarse?
Puede ser que la idea sea Estados Unidos o Canadá. Con mi esposo vivimos antes en estos dos países, entonces ya conocemos. La idea es estar dentro de las américas y que la distancia con mi casa sea un vuelo, y no cuatro como es ahora.

¿El tema cultural también afecta?
Sí, la verdad que sí. Somos muy distintos en muchas áreas, entonces eso también influye para que no me vea viviendo toda mi vida acá. Esto lo sabía desde que llegué, sabía que iba a ser por un tiempo y no para siempre.

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