Las 11 ilusiones que Uruguay llevará a los Juegos Olímpicos: ¿cómo están y qué chances tienen?
A 13 días del inicio de los Juegos, Referí te presenta a los protagonistas uruguayos, el estado de forma en que llegan y sus chances competitivas
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11 de julio de 2021 a las 05:02
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Uruguay se presentará a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 con la tercera delegación más chica de su historia, compuesta por 11 deportistas que después de un largo camino, marcado por la pandemia de coronavirus, intentarán lograr sus mejores actuaciones personales en el marco competitivo más exigente al que se pueden enfrentar.
Uruguay logró clasificar a 11 deportistas, marca que solo supera en cantidad de representación a los Juegos de Montreal 1976 (nueve) y Los Angeles 1932 (uno).
Ellos son Pia Fernández (1.500 m), Déborah Rodríguez (800 m) y Emiliano Lasa (salto largo), en atletismo, Mikael Aprahamian en judo (-81 kilos), Enzo Martínez (50 m libre) y Nicole Frank (200 m combinado) en natación, Bruno Cetraro y Felipe Kluver en remo (doble par peso ligero) y tres competidores en yachting: Pablo Defazio y Dominique Knuppel (clase nacra 17) y Dolores Moreira (laser radial).
Con respecto a Río 2016, la cantidad de representantes bajó en seis deportistas.
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En materia de deportes clasificados, Uruguay bajó de cinco a ocho disciplinas de Río a Tokio.
Desde Seúl 1988 a la fecha ha promediado una clasificación de casi ocho deportes por Juego Olímpico.
Los grandes méritos
Pero hay dos factores positivos dentro de este panorama de decrecimiento.
En primer lugar, que a partir de Tokio dejaron de aplicar las wild cards, es decir las invitaciones. Esto quiere decir que todas las clasificaciones se lograron deportivamente.
En Río 2016, la pesista Sofía Rito Enoccson se clasificó tras una reasignación de cupos luego de que Kazajistán fuera impedido de participar en ese deporte al revisarse las muestras de Londres 2012 encontrándose varios casos positivos que no fueron detectados en una primera oportunidad.
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En segundo lugar que se mantuvo el número de cinco clasificadas mujeres, marca solo superada una vez en la historia, en México 1968 cuando Uruguay compareció con cinco nadadoras (Ruth Apt, Lylián Castillo, Mónica Figueroa, Ana María Norbis y Felicia Ospitaletche) y una atleta (Josefa Vincent).
Cabe recordar que el atletismo y la natación le aseguran un mínimo de un deportista por sexo para aquellos países que no tengan competidores con marca de clasificación directa.
En ninguno de esos deportes Uruguay logró marcas A como sí lo hicieron para Río 2016 Emiliano Lasa, Andrés Silva y Déborah Rodríguez, esta última cuando se bajó la exigencia de los 800 m.
El impedimento para hacerlo fue que para Tokio el nivel de exigencia de las marcas se incrementó pero también se generó un sistema de ranking a través del que se clasificaron Fernández y Rodríguez. Lasa aún figura clasificado por el cupo de universalidad porque por ranking estaba un puesto por debajo de los 32 ingresos a Tokio.
En natación, Martínez logró dos veces marca B en el 50 m libre clasificando con holgura sobre el intento de Martín Melconian en 100 m pecho, mientras que en la rama femenina se dio una frenética competencia entre Frank y Micaela Sierra que las llevó a batir entre ambas 25 récords nacionales en el período clasificatorio que se abrió en 2019. Al final, la mejor marca de aproximación a la marca B en la rama femenina fue la de Frank en 200 m combinado por sobre la de Sierra en 100 m pecho.
En estos dos deportes, pilares de los Juegos Olímpicos, los uruguayos fueron muy perjudicados por la escasez de competencias que impuso la pandemia de coronavirus desde marzo de 2019.
Algo similar le pasó a Defazio-Knuppel cuando en 2020 se instalaron en Europa y quedaron varados en Francia por las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia.
Aprahamian entró por la ventana de la cuota continental del judo cuando él mismo había considerado que no iba a clasificar.
Instalado en todo el ciclo olímpico en Valencia, el judoca compitió en Europa, África y América buscando sumar punto a punto hasta lograr clasificar.
En los remeros, la pandemia tuvo su lado positivo: le permitió al entrenador argentino Osvaldo Borchi sumar horas y horas de entrenamiento.
Cetraro y Kluver disputaron un marzo una regata aplastante para ganarle a las potencias de Chile y Brasil en Río. Se clasificaron con el gran mérito de ser campeones sudamericanos, calidad con la que también llegará Rodríguez en los 800 m de atletismo.
Será la primera vez en la historia de los Juegos con una abanderada y un abanderado por país.
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Que la vela sea uno de los deportes más representados con tres clasificados no es novedad. Desde Los Ángeles 1984 Uruguay tiene presencia olímpica en este deporte.
Este es el historial olímpico de Uruguay:
Edición | Hombres | Mujeres | Deportes |
1924 | 26 | 0 | 3 |
1928 | 17 | 0 | 1 |
1932 | 1 | 0 | 1 |
1936 | 37 | 0 | 6 |
1948 | 59 | 0 | 10 |
1952 | 31 | 1 | 9 |
1956 | 21 | 0 | 5 |
1960 | 34 | 0 | 8 |
1964 | 23 | 0 | 4 |
1968 | 21 | 6 | 8 |
1972 | 10 | 3 | 5 |
1976 | 7 | 2 | 5 |
1980 | 0 | 0 | 0 |
1984 | 17 | 1 | 5 |
1988 | 15 | 1 | 8 |
1992 | 16 | 0 | 11 |
1996 | 12 | 2 | 8 |
2000 | 12 | 3 | 7 |
2004 | 13 | 2 | 6 |
2008 | 9 | 3 | 6 |
2012 | 24 | 3 | 8 |
2016 | 12 | 5 | 8 |
2020 | 6 | 5 | 5 |
Las chances celestes
Pensar a priori en una medalla parece una quimera para lo que es el desarrollo del alto rendimiento de Uruguay.
Pero también sonaba descabellado en Londres 2012 aspirar a un diploma olímpico, algo que logró Alejandro Foglia en la clase laser standard.
En esa oportunidad volvió el fútbol con el objetivo claro de ganar una medalla, pero el equipo que dirigió Óscar Tabárez no pasó de la fase de grupos.
Fútbol 1924
Fútbol 1928
Platas
Guillermo Douglas en remo (single scull) 1932
Eduardo Risso en remo (single scull) 1948
Milton Wynants en ciclismo (prueba por puntos) 2000
Bronces
Juan Antonio Rodríguez y William Jones en remo (doble par) 1948
Juan Antonio Rodríguez y Miguel Seijas (doble par) 1952
Básquetbol 1952
Básquetbol 1956
Washington Rodríguez en boxeo (peso gallo) 1964
En Río 2016, entrando con una de las peores marcas clasificatorias entre 32 participantes, Emiliano Lasa asombró al mundo logrando el sexto puesto.
¿Podrá repetir? Parece complicado por la lesión de un año y medio que lo radió de las competencias hasta marzo de este año.
En abril saltó en 8,11 metros, única marca de su temporada por encima de los 8 metros.
En Tokio tendrá por delante a 23 saltadores que esta temporada saltaron por encima de los 8,23 m.
Fernández en 1.500 m tendrá su primera experiencia olímpica tras un brillante y metódico ciclo clasificatorio.
Su récord nacional es 4.09.45 y desde que se instaló en España para hacer la recta final de su preparación para entrenar en un clima acorde al que tendrá en Tokio logró sucesivamente sus mejores marcas de la
temporada corriendo en 4.11 y 4.10. La marca clasificatoria era 4.04.20 y la mejor marca de la temporada es 3.53.63, propiedad de Sifan Hassan, bicampeona mundial en 1.500 y 10.000 m, prueba en la que bajó el récord mundial el 6 de junio.
La oriunda de Flores destaca por ser muy aguerrida y competitiva en las grandes contiendas. Si eso la lleva a correr en el entorno del 4.10 o por debajo de su récords logrará un gran debut olímpico.
Rodríguez viene de bajar el récord nacional del 800 m con una marca de 2.00.20 acercándose considerablemente a la mínima de clasificación (1.59.50).
En Río 2016 corrió en 2.01 y no pasó la serie. Si logra bajar su récord puede tener chances de avanzar a una semifinal en una prueba donde tendrá a 24 competidores con marca por debajo del 1.59.42. Será la primera mujer uruguaya de la historia con tres Juegos Olímpicos.
Martínez viene de nadar en California en 22.8 con cargas, la misma marca de la serie del Sudamericano de Buenos Aires donde batió el récord nacional y ganó la medalla de oro en histórica actuación.
Tanto para él como para Frank nadar cerca de sus marcas o bajarlas ya será de destaque, aunque cabe decir que el nivel de Martínez va a ser mucho más competitivo por las diferencias de desarrollo que hay entre la natación masculina uruguaya respecto a la femenina.
Aprahamian se prepara con todo para estar a tono de la competencia. Aunque sus resultados en los grandes torneos no han sido resonantes, el ippon es al judo lo que el nocáut a boxeo por lo tanto, a pesar de que se enfrentará a un rival de alto ranking, siempre hay una esperanza de que el favorito pueda ser derrotado.
Para los remeros una final B (séptimo al 12º lugar) ya sería una gran actuación. Una final A sería una enorme hazaña.
Para el yachting, lograr meterse en una medal race sería excelente, pero el nivel competitivo será altísimo.
Lola Moreira hizo una gira por Europa y dejó atrás una rebelde lesión de rodilla mientras que Defazio-Knuppel quieren hacer historia. Y tienen con qué. Defazio es un navegante inteligente y muy competitivo y Knuppel se unió al equipo con gran contracción de trabajo.
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