Marcelo Morillas

Las críticas a la Justicia que colmaron la paciencia de Vázquez con Manini Ríos

El presidente analizaba hace varios días la destitución y la resolvió tras escucharlo en una reunión en la Residencia de Suárez y Reyes

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13 de marzo de 2019 a las 05:04

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Con la decisión tomada, Tabaré Vázquez esperaba en el interior de la residencia de Suárez y Reyes a que el reloj indicara las 10 de la mañana para escuchar lo que Guido Manini Ríos tenía para decirle. El comandante en jefe del Ejército le había pedido una reunión porque quería hablar de “temas importantes” que le “preocupaban”.

Desde hacía varios días, en absoluta reserva, el presidente venía manejando con el ministro de Defensa, Jorge Menéndez, la posibilidad de destituirlo y ya barajaba tres nombres para ocupar su lugar. Vázquez consideraba que las críticas que Manini Ríos realizó al Poder Judicial en el documento enviado al Poder Ejecutivo en el que solicitaba de homologación de los fallos de los tribunales de honor a Jorge “Pajarito” Silveira, José Nino Gavazzo y Luis Alfredo Maurente eran “absolutamente incompatibles” con el cargo que desempeñaba. Y tras mantener un encuentro de aproximadamente media hora, le comunicó que dejaba de ser el jefe del Ejército.

Manini Ríos se retiró de la residencia de Suárez y Reyes sin hacer declaraciones y se trasladó en su vehículo oficial hasta el Comando General del Ejército, donde mantuvo una serie de reuniones con allegados en las que comunicó su destitución. Vázquez, en tanto, llamó al presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, quien trasladó la noticia a varios dirigentes oficialistas.

El 15 de setiembre, mientras Manini Ríos se encontraba en México participando de una misión oficial pero ya sabía que a su regreso tendría que pasar treinta días arrestado por criticar el proyecto de reforma de la caja militar, el Tribunal Especial de Honor emitió dos sentencias.

En una consideró que los hechos por los que la Suprema Corte de Justicia condenó a Maurente como autor de 28 delitos de homicidio muy especialmente agravados en reiteración real no estaban lo “suficientemente aclarados” por lo que no había “elementos” que fundamentaran la “convicción” que los oficiales “faltaron a los códigos de honor” de la institución militar.

En el caso de Silveira y Gavazzo, el tribunal militar rechazó que los retirados no le comunicaran a la Justicia penal que el coronel Juan Carlos Gómez (preso tres años y medio por la muerte del militante Roberto Gomensoro en 1973 en el grupo de Artillería N° 1) era inocente y resolvió –por unanimidad– descalificarlos por “falta gravísima”. Los fallos fueron apelados y confirmados por un Tribunal de Alzada el primero de febrero de 2019. Esto supone que ambos militares sean pasados a “reforma”, por lo que no pueden usar el uniforme ni su jerarquía.

Tras la resolución de estos casos, Manini Ríos escribió un alegato al Poder Ejecutivo en el que realizó “graves cuestionamientos” a la Justicia penal, según Presidencia de la República. En las siete páginas escritas, el general señaló que los militares no tienen las “garantías del debido proceso” y son condenados con base en “conjeturas o convicciones inadmisibles sin pruebas fehacientes, fraguadas o inventadas”.

En la solicitud de homologación de los fallos, el comandante en jefe consideró que en “muchas oportunidades” la Justicia uruguaya se apartó de los “más elementales principios del derecho” sin dar “garantías a los acusados” por lo que “en definitiva” aplicó una “suerte de derecho para el enemigo”.

Este martes, luego de ejecutar la destitución de Manini Ríos, Vázquez firmó dos resoluciones diferentes. En primer lugar no homologó el fallo del tribunal que juzgó a Maurente porque la “conducta del coronel desprestigia el honor de las Fuerzas Armadas”, mientras que aceptó las sanciones de pasaje a reforma para Silveira y Gavazzo.

Las críticas a la Justicia fueron la gota que derramó la paciencia del presidente, según supo El Observador basado en fuentes políticas y militares. En el Ministerio de Defensa no cayó bien que Manini Ríos asistiera a un “homenaje” en la casa del diputado del Partido Nacional, José Andrés Arocena, el domingo al mediodía, en el que participaron retirados militares, algunos de ellos nacionalistas.

J. M. Ramos

Este lunes, en la víspera de la reunión con Vázquez, Manini Ríos grabó una entrevista con el programa Todo pasa de Océano FM en la que no descartó dedicarse a la política por “justicia” y para “defender” al Ejército. 

Manini Ríos también pensaba plantearle a Vázquez sus “diferencias” con la reforma de la ley orgánica militar, que se encuentra a estudio en el Parlamento. El comandante dijo en la entrevista que era un tema “sensible” que a su juicio debía “contemplar más la realidad de las actividades que realiza el Ejército”.

La vicepresidenta Lucía Topolansky consideró este martes que Manini Ríos “caminó por el filo de la cornisa” durante todo el período. El 28 de febrero, en la conmemoración del grito de Asencio, Manini Ríos dijo que podía volver a ocurrir si se daban las condiciones necesarias. “Solo es necesario que el final de una época se torne inexorable, solo es necesario que las situaciones y las condiciones con las que vive una población de un territorio, se tornen insoportables y también es necesario que exista un pueblo dispuesto a hacer el sacrificio necesario, para lograr un nuevo amanecer, para sí mismo y para las generaciones venideras”, dijo.

Su conducta ha sido duramente cuestionada por dirigentes del oficialismo, quienes creen que su objetivo era convertirse en el “Bolsonaro uruguayo”. Además de la acusación al ministro de Trabajo, Ernesto Murro, que le valió el arresto por 30 días, también fue cuestionado luego del saludo por las fiestas de fin de año que realizó en diciembre en su cuenta de Twitter, en la que escribió que rechazaba “la acción de los mercaderes del odio, de los que viven de la división y del enfrentamiento entre orientales”. 

Luego asistió a la ceremonia de asunción del nuevo comandante del ejército brasileño y saludó al presidente del país norteño, Jair Bolsonaro, un momento que quedó registrado en una foto. 

Nuevo comandante

Con la salida de Manini Ríos, el presidente Vázquez resolvió que el general José Ariel González Spalatto sea el nuevo jefe del Ejército. El 1° de febrero, González había asumido como encargado de la División III del Ejército, ubicada en el departamento de Tacuarembó. Previamente fue director de la Escuela Militar y encargado del Instituto Militar de las Armas y Especialidades. Antes, había estado en la Dirección General de los Servicios. 

Los otros dos nombres que Vázquez y Menéndez manejaban para el cargo fueron los de Claudio Feola y Alfredo Erramún. Feola seguirá desempeñándose como jefe de la Casa Militar de Presidencia de la República, mientras que Erramún es desde el 1° de febrero jefe del Estado Mayor de la Defensa. 

El antecedente de Carlos Díaz
La destitución de Guido Manini Ríos no es la primera que Tabaré Vázquez realiza como presidente. En 2006, el mandatario relevó a Carlos Díaz por una “falta grave”, luego que el comandante se reuniera con Julio María Sanguinetti y Yamandu Fau en el Cortijo Vidiella –el mismo lugar donde Manini Ríos pasó sus días arrestado– sin autorización oficial.
“Usted cayó en la trampa que le tendió el enemigo”, le dijo la entonces ministra de Defensa, Azucena Berruti, a Díaz al comunicarle su salida.
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