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Las obligaciones que implica asumir la dirección de una empresa: ¿premio o castigo?

Ser director de una empresa implica nuevas responsabilidades que es necesario analizar para tener un buen desempeño en la compañía. Esta edición de La City, a cargo de Bragard Abogados, aborda los principales desafíos, responsabilidades y obligaciones que tienen quienes asumen estos cargos: ¿premio o castigo?
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19 de abril de 2023 a las 17:17

La noticia de un importante ascenso profesional puede generar mucho entusiasmo, sobre todo si se trata de una invitación para integrar el Directorio de una compañía. Este rol significa estar en la mesa de decisiones estratégicas, gestionar, contactarse con agentes relevantes de la industria y marcar un rumbo. Es natural que conlleve cierto prestigio y, seguramente, una compensación económica mayor.
 
Sin embargo, pueden surgir algunas interrogantes respecto a cómo desempeñar ciertas tareas que involucran a este rol. ¿Mi patrimonio personal está en juego? ¿Qué pasa si no estoy de acuerdo con algunas decisiones que se adopten? ¿Debo firmar cheques? ¿Ser fiador frente a los bancos? En definitiva, ¿esto es un premio o un castigo?
 
En este contexto aparecen nuevos temas vinculados a las responsabilidadesfrente a organismos como la Dirección General Impositiva (DGI), el Banco de Previsión Social (BPS), el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), acreedores, accionistas, empleados, bancos, Comisión de Defensa de la Competencia, BCU, Aduanas, y la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft), que son importante analizar.
 
En este sentido es importante hacer una diligencia debida de lo que implicay, en definitiva, evaluar pros y contras de integrar el Directorio.
 
Las implicancias de ser director
La posición de director en una sociedad anónima conlleva una importante transformación en el nivel de responsabilidad del individuo. Sin embargo, esta situación puede generar ciertas dificultades debido al sistema legal que rige su desempeño. El reconocimiento y prestigio que acompaña a este ascenso también viene acompañado de una carga excesiva de responsabilidad que puede ser abrumadora.
 
Ser CEO o director de una empresa no es un trabajo, es una responsabilidad. Warren Buffett aconsejaba: “Toma el trabajo que elegirías si no necesitaras el dinero. Te irá bien en ese trabajo”.

Esto destaca la importancia y el peso de la responsabilidad que conlleva el papel de director en una empresa. Claro que esta responsabilidad no debe ser abrumadora ni insoportable, y que los directores deben recibir el apoyo y la capacitación adecuados para cumplir con éxito sus funciones.
 
La tutela o protección de los terceros que se relacionan con las sociedades anónimas es el eje en todo el sistema societario, desplegando un marco legal relacionado con el patrimonio social y la forma de su preservación. Es particularmente severo respecto del directorio y contemplativo con los accionistas.
 
En el ámbito societario, la protección y tutela de los terceros involucrados con las sociedades anónimas es fundamental. Para ello, se ha establecido un marco legal que regula el manejo del patrimonio social y su preservación. En este contexto se presta especial atención al papel del directorio, y se les exige un alto grado de responsabilidad en su gestión. Los terceros no son solamente los acreedores comerciales sino también empleados o exempleados (por ejemplo en despidos por supuesto acoso sexual o disminución). También los accionistas minoritarios tienen la facultad de iniciar acciones individuales de responsabilidad contra directores.
 
A su vez, el sistema legal es más contemplativo con los accionistas, quienes tendrán limitada su responsabilidad salvo contadas excepciones. Es importante destacar que esta regulación tiene como objetivo cargar en los hombros de los directores de la empresa (en forma solidaria) y no en sus propietarios.
 
El directorio del sistema uruguayo tiene, en términos generales, la función de administración de la sociedad y la gestión de los negocios sociales. El cargo de director es indelegable y debe ser ejercido personalmente. Quien ha sido designado o aceptado como director es porque merece su confianza, ya sea por su experiencia, conocimientos, idoneidad, profesión y solvencia moral.
 
A los directores se les confía una gran responsabilidad en la toma de decisiones que afectan a la empresa y a sus stakeholders. Algunas veces son elegidos por temas de familia en las empresas familiares y no poseen necesariamente las características antes señaladas.
 
Como dijo Jack Welch: "Antes de ser líder, el éxito se trata de crecer uno mismo. Cuando te conviertes en líder, el éxito se trata de crecer otros".

En el contexto de la dirección de una sociedad anónima, esto significa que los directores deben estar en constante crecimiento y desarrollo, para liderar con éxito a la empresa y a su equipo.
 
Dentro de las responsabilidades de los directores se encuentra el cumplimiento de todas las normativas legales, incluyendo las laborales, bancarias, fiscales, civiles, previsionales y ambientales. Esto también abarca las normas jurídicas no formales, como los decretos y resoluciones administrativas, y es fundamental para garantizar el correcto funcionamiento de la sociedad anónima.
 
Asimismo, es crucial que los directores actúen con lealtad y en favor de los intereses de la sociedad. Como gestores y administradores de los bienes y recursos de terceros deben evitar cualquier conflicto de interés y actuar de manera ética y responsable en todo momento.
 
Cabe destacar que cualquier abuso de sus atribuciones, ya sea en beneficio propio, de terceros o en contra del interés social, constituye una violación del deber de lealtad, lo que puede resultar en graves consecuencias tanto para los directores como para la sociedad anónima en su conjunto.
 
También existe el deber de actuar con la diligencia de un “buen hombre de negocios”Esto depende del tipo de empresa en que se desempeña, y requerirá distinta idoneidad personal y dedicación, así como las circunstancias en que le toca actuar. No es lo mismo ser director de una compañía en un momento de calma en el mercado financiero o empresarial, que en momentos de cambios profundos o de inestabilidad. En estos casos, se deberá verificar si existió un análisis serio y con rigor técnico de parte del director respecto de las inversiones y gastos que realizó la empresa bajo su gestión, y si resultaban proporcionales, coherentes y ajustados a los criterios de una administración razonable en el contexto del país o región.
 
También deberá tener en cuenta la dimensión de la sociedad en la que se desempeña. No es lo mismo si se trata de una empresa de gran envergadura o de una pequeña compañía.
 
Los deberes de los directores suponen un manejo adecuado de los riesgos al estar más lejos de la gestión diaria y del cumplimiento estricto de las disposiciones legales que permitan controlarlo y acotarlo.
 
Los directores de una sociedad anónima asumen, por tanto, un deber de gestión inteligente que consiste en numerosas decisiones que no son más que riesgos calculados, y serán juzgados por esto. Deben tener un juicio o valoración independiente, familiarizarse con el negocio, con el ambiente, el país, sus regulaciones y actualizaciones.
 
Si el director de la empresa no se encuentra involucrado en la gestión diaria debido al tamaño de la compañía, se espera que aumente el nivel de exigencia en sus responsabilidades de supervisión y control, lo que implica estar atento, tomar decisiones oportunas, buscar información e investigar. Es importante que el director consulte, pida opiniones y tenga una actitud crítica y reflexiva, sin ser ingenuo o distraído, ni llegar al punto de desconfiar de todo. Además, es necesario que el director solicite reuniones, imponga su criterio de gestión y exprese su desacuerdo cuando sea necesario.
 
La profesora comercialista Nuri Rodriguez sostenía que “los directores deben vigilarse recíprocamente, sin desconfianza, pero tampoco con confianza ciega”.
 
Es una decisión sabia contratar seguros de responsabilidad para directores (D&O) como medida complementaria de cobertura de bienes propios o gananciales, además de gastos de defensa. También tener acuerdos de indemnidad con la propia empresa que lo designe y sus accionistas.

Finalmente es igualmente importante poder asesorarse adecuadamente y determinar qué actos formales y oportunos serán necesarios para eximirse de responsabilidades o para demostrar una conducta apropiada, en cada caso.

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