Diego Vila

Las pizzas con muzarela con las que Daniel Martínez cocinó su candidatura en San Francisco

El ingeniero dijo que la decisión del Partido Socialista de apoyar a Carolina Cosse le generó “dolor” y reivindicó las obras de su gestión municipal

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20 de enero de 2020 a las 05:01

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Por Santiago Soravilla y Martín Tocar

El futuro político de Daniel Martínez parece estar atado a la comida. Si un asado de socialistas lo bajó de la candidatura en diciembre, las pizzas con muzarela de enero lo volvieron a subir a la carrera por la Intendencia de Montevideo. Este sábado, mientras sus nietos corrían por el fondo de la casa de veraneo en San Francisco, el ingeniero comunicó a unos 40 dirigentes del Frente Amplio (FA) que aceptaba competir por la reelección municipal. 

Hubo aplausos, gritos y abrazos. Hubo chorizos, vino y pomelo. Hubo mensajes de dolor, angustia y una pregunta que quedó sin responder: qué pasará con el Partido Socialista, al que está afiliado desde 1973 y al que ahora evalúa abandonar si así lo requieren las circunstancias.

El excandidato presidencial oficializará su candidatura este martes, en una conferencia de prensa en la que romperá el silencio en el que se sumió desde la derrota en el balotaje de noviembre con el nacionalista Luis Lacalle Pou. Antes de dar el anuncio tiene previsto comunicarse con el secretario general del PS, Gonzalo Civila, para explicarle que volvió sobre sus pasos debido a la base de sectores que lo promovieron. Luego, será recibido por la departamental de Montevideo del Frente Amplio.

Marcelo Umpiérrez

En la cálida noche del sábado, Martínez fue el último en hablar. Se mantuvo en su tono de voz habitual durante la media hora que duró su discurso. Mencionó la necesidad de cuidar la “unidad” del FA y enfatizó que estaba sorprendido por la cantidad de personas que le habían pedido que reconsiderara su decisión. Dijo que en estos días en que ha estado descansando en Maldonado varios de los que se lo cruzaron le solicitaron que siguiera adelante y que no podía ignorar la solicitud que los 16 sectores del FA le acababan de hacer.

El ingeniero resaltó las obras que realizó la Intendencia de Montevideo durante su gestión y dijo que era necesario darles “continuidad”. Entre ellas, reivindicó el túnel en avenida Italia y destacó que hubo inversiones “muy fuertes” que estuvieron concentradas en la población más vulnerable, como la doble vía en Belloni y los ensanches en San Martín y Camino Cibils.

Más allá de los aspectos de gestión, Martínez dedicó palabras a la “telenovela” del verano. Dijo que la decisión del Partido Socialista de no apoyarlo e impulsar a Carolina Cosse en alianza con el Partido Comunista y Casa Grande le había generado “dolor” y que la situación en la que se encuentra el más viejo de los partidos de izquierda del Uruguay le causaba “angustia”.

“Todos los días me levanto y pienso en el Partido Socialista”, expresó, y recordó la fecha exacta de 1973 en la que se afilió, cuando tenía 16 años. Señaló que estaba evaluando qué hacer y que la posibilidad de abandonarlo le generaba tristeza.

Mientras Martínez se conmovía recordando sus comienzos en el partido, a un centenar de kilómetros una brigada de los socialistas pintaba por primera vez otro apellido en los muros de Montevideo. La frase “Cosse intendenta, Nico Lasa edil”, plasmada en las paredes de la Aguada junto al logo de la lista 90, enseguida fue replicada en las redes del partido.

El sí del ingeniero puso en un brete a la colectividad comandada por Civila. El viernes, los ortodoxos —que son mayoría en la dirección— se reunieron para analizar qué hacer ante el inminente anuncio y resolvieron aplicar la disciplina partidaria y no dar marcha atrás en su decisión de respaldar a Cosse. El secretario general ya lo había adelantado, cuando parafraseando a José Mujica dijo que el PS no era un partido de “como te digo una cosa te digo la otra”.

Ante este escenario, una de las hipótesis que manejan los socialistas afines a Martínez es renunciar en masa, pero antes de llegar a esa situación límite planean explorar opciones menos drásticas. Una primera alternativa es pedir que se abran dos listas calcadas apoyando a Cosse y a Martínez con la misma nómina de ediles. Esto tiene sus dificultades, ya que expondría a la dirección a un plebiscito público en mayo.

Como segunda opción, el ingeniero vislumbra como opción pedir licencia en el partido. Aunque en su entorno saben que la situación lo puede exponer a sanciones por indisciplina, dirigentes consultados por El Observador dijeron que en caso de enfrentar la comisión de ética partidaria eso derivaría en una discusión política en el Comité Central.

El hecho de que Martínez sea un referente nacional del Partido Socialista también provoca discrepancias internas respecto a los espacios en los que debe procesarse la discusión. La departamental socialista de Colonia envió en las últimas horas una petición formal a Civila para que el tema pase al Comité Central, en tanto consideran que el asunto va más allá de Montevideo y la autonomía departamental, debido a que involucra el futuro político de un referente socialista que acaba de ser candidato a presidente. El Observador buscó contactar al presidente de la departamental coloniense, quien no contestó los llamados. La carta será analizada este lunes, en una reunión del Comité Ejecutivo Nacional.

Por el momento, en la corriente de Civila no ven con buenos ojos revisar la decisión de la departamental montevideana. Entienden que surge de una resolución orgánica votada por una mayoría legítima que surge de las elecciones dentro del PS en marzo de 2019. Allegados al secretario general comentaron a El Observador que quien contraviniera y desacatara la resolución orgánica prácticamente se estaba autoexcluyendo, por lo que las consecuencias de la crisis interna aún no se podían estimar.

Leonardo Carreño

El resquebrajamiento llega a tal punto que vuelve a poner sobre la mesa las históricas sospechas de “infiltraciones”. Mientras que los renovadores han denunciado en el manejo de la dirección una maniobra del Partido Comunista, los ortodoxos investigan por estas horas si hubo una “infiltración” en el PS por parte del grupo Plataforma, según dijo a El Observador un importante dirigente socialista.

Los ortodoxos sostienen que si bien hay dirigentes que se fueron hace unos meses al sector fundado por el director de la OPP, Álvaro García, también hay otros que se quedaron en el PS sin acatar resoluciones. La fuente agregó que tenían información acerca de reuniones de “articulación” en las que se los orientó para incidir en la interna socialista.

En las horas posteriores a la reunión en San Francisco, dirigentes de otros bloques del FA recurrieron a las redes sociales para cuestionar el “relato de victimización” de Martínez. Miguel Fernández Galeano, jerarca de ASSE e impulsor de la candidatura de Álvaro Villar, dijo respetar “totalmente” el cambio de postura de Martínez pero criticó la apelación a un “relato de victimización” que “no lo merece ni el FA ni el propio Daniel”.

Andrés Copelmayer, dirigente cercano a Mario Bergara, se expresó en una línea similar. “Por su excelente gestión, Martínez merece ser candidato a la Intendencia. No comparto tiempos ni victimización que afectan interna y a Daniel, ya que tiene idénticos apoyos que cuando declinó competir”, señaló. Además, pidió que “antes de arrancar la campaña haga una evaluación de la derrota presidencial”.

Los grupos que apoyan a Martínez
La candidatura a la Intendencia de Montevideo de Daniel Martínez es apoyada por Asamblea Uruguay; Nuevo Espacio; Liga Federal; Vertiente Artiguista; PAR; Plataforma; PAÍS; 5005; POR; Baluarte Progresista; Izquierda Abierta; Corriente de Izquierda, Izquierda Democrática, PPSS (Partido por la Seguridad Social); MÁS; PDC (Partido Demócrata Cristiano).
Un gesto destacado

El subsecretario de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri, fue el primero en llegar a la casa de San Francisco. Tenía una carta redactada en la que dejaba de lado su “anhelo” de ser intendente de Montevideo en función del “interés colectivo”, palabras que repitió cuando le tocó hablar ante los integrantes de los grupos que respaldan a Martínez.

En la barbacoa del ingeniero estaba su esposa, Laura Motta, y dirigentes de la talla de Fernando Nopitsch, Álvaro García, Enrique Rubio, Rafael Michelini, Claudia Hugo y Cristina Lustemberg, entre otros.

Marcelo Umpiérrez

Cada uno explicó los motivos por los que creía que Martínez debía ser candidato. Mencionaron que la instancia podía ser el inicio de un trabajo conjunto para configurar un polo de “izquierda moderna” que remplace al escindido Frente Líber Seregni. Destacaron que buscarían que las candidaturas se aprobaran en una moción única y subrayaron el gesto que estaban teniendo Ferreri y García al bajarse de sus candidaturas. El director de la OPP había anunciado la semana pasada que desistía de sus intenciones ante el retorno de Martínez, mientras que el subsecretario de Economía lo acababa de hacer.

Aunque no lo hablaron, en el grupo entienden que ambos ocuparán lugares de relevancia en las suplencias y en los puestos de gestión en caso de que acceda al sillón municipal.

Los dirigentes se retiraron sobre la medianoche, sin comer postre, tras un aplauso generalizado, un montón de abrazos y selfis, y con la promesa de volver a juntarse a cenar, aunque esperan que la próxima vez la comida no guarde ninguna sorpresa sobre el futuro político de Martínez.

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