Desde la tranquilidad de su casa de veraneo en San Francisco, con barba de vacaciones y nietos revoloteando en el jardín, el excandidato del Frente Amplio Daniel Martínez está –una vez más– inmerso en uno de esos días en los que ordena las cartas arriba de la mesa, habla con decenas de personas y medita los pasos a seguir.
La escena no difiere mucho a la de diciembre, cuando resolvió bajar su candidatura a intendente, salvo por el hecho de que aquella decisión desató otra larga serie de definiciones cuyas consecuencias hoy complejizan la trama de la coalición de izquierda.
Sin cortar todavía el silencio que mantiene desde el balotaje de noviembre, Martínez espera que se ajusten las últimas piezas para anunciar su retorno. Los amplios apoyos que requería para competir están. Álvaro García bajó su candidatura y Pablo Ferreri, tras hablar con Danilo Astori, le dijo a Martínez que si se presenta él retira su nombre. Asamblea Uruguay, sector del ministro de Economía, lo oficializará este lunes.
Este sábado, Martínez será anfitrión en su hogar esteño de un grupo de sectores que irán sobre la tarde para pedirle formalmente que sea candidato. Pero el principal asunto sin resolver concierne al Partido Socialista, del que Martínez es afiliado desde 1973 y referente desde hace al menos una década.
Hoy conducido por el diputado Gonzalo Civila, el partido de Martínez atraviesa una crisis interna que se acentuó tras la decisión de la mayoría de impulsar a Carolina Cosse y se agravó aún más ante el inesperado retorno de Martínez a la arena política –a pedido de un grupo de sectores frenteamplistas–, tan solo dos semanas después de haber cerrado esa posibilidad.
La candidatura de Martínez pone al PS en la incómoda situación de competir con quien, en palabras del propio Civila, es un “referente nacional” del Frente Amplio y del partido.
El ingeniero sabe que su decisión puede implicar romper con la colectividad a la que se entregó desde la adolescencia y tiene a la desafiliación como uno de los escenarios posibles, dijeron a El Observador dirigentes de su confianza.
Aunque Martínez ya consideró dar ese paso cuando el PS le transmitió la “inconveniencia” de su candidatura, hoy la decisión no depende enteramente de él sino que está atada a las resoluciones que adopten las dos corrientes del Partido Socialista. Cada una tuvo una reunión este viernes por separado para analizar el escenario actual y tanto Martínez como sus allegados esperan tener más cartas a la vista antes de dar un paso.
Mientras que los “ortodoxos” quieren aplicar la disciplina partidaria y no dar marcha atrás en su decisión de respaldar a Carolina Cosse, los “renovadores” siguen valorando distintas alternativas. Si bien muchos tienen la intención de promover la revisión de la decisión departamental –ya sea convocando al Comité Central o a una consulta de los Centros Socialistas–, o pedir la apertura de listas calcadas con las diferentes candidaturas, los dirigentes son conscientes de que esos escenarios son difíciles de concretar, dijeron fuentes partidarias. En el partido evalúan que concurrir a la elección con más de una lista supondría un plebiscito público a la gestión de Civila.
Las opiniones, que no son unáninimes, están sujetas a los pasos que dé la otra facción y al estatuto del partido, que incluye disposiciones sobre la disciplina y los desacatos.
El artículo 7° del estatuto del Partido Socialista establece que sus miembros están obligados a “acatar y cumplir las resoluciones de los organismos pertinentes”, así como “cumplir con las normas habituales de moralidad, honestidad en el trato y en la discusión con los otros miembros”.
Por su parte, el artículo 93° incluye entre las “infracciones a la disciplina” el “incumplimiento de las resoluciones adoptadas por los organismos del partido”; “las conductas que pongan en peligro la unidad, la continuidad o la inserción del Partido en la sociedad, y en general cualquier actitud contraria a la ética revolucionaria, ya sea por acción u omisión, que entorpezca o deteriore el cumplimiento de las finalidades del partido”; y las “actitudes y conductas contrarias a la fraternidad, la solidaridad y el buen relacionamiento entre las y los socialistas”.
En base a ese reglamento, dirigentes de la corriente que lidera Civila entienden que si Martínez se postula, contraviniendo la resolución de la departamental de apoyar a Carolina Cosse, quedaría en infracción junto a los restantes integrantes del partido que se alineen detrás suyo.
Entrevistado por Buen Día Uruguay (canal 4), Civila dijo que la candidatura de Martínez “coloca al partido y a su militancia en un lugar complejo”.
Los sectores que impulsan la candidatura del exintendente le pidieron una reunión a Martínez para transmitirle su intención “real y formal” de que se postule.
El encuentro quedó fijado para la tarde de este sábado en la casa de veraneo del socialista. Asistirán una decena de sectores: Asamblea Uruguay, la Vertiente Artiguista, el PAR de la diputada Cristina Lustemberg, Plataforma de Álvaro García, el Nuevo Espacio, la lista 5005, el grupo País, entre otros. Tanto García como Ferreri, que se bajan de la carrera para darle paso a Martínez, estarán presentes al igual que dirigentes de confianza del exintendente. La intención es formalizar la candidatura en los primeros días de la semana.
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