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Las tabletas de la Fuerza Aérea que ayudan en los vuelos de repatriación
Por Christian Xiviller - Especial para Cromo
La Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) busca estar a la vanguardia tecnológica, como la Fuerza Aérea de Estados Unidos y las grandes líneas aéreas comerciales, al usar tabletas en sus aeronaves. Estos dispositivos ayudan, fundamentalmente, a que los pilotos estén mejor ubicados en el espacio.
“Son ayudas, no requerimientos necesarios para volar”, advierte el director de relaciones públicas de la FAU, el coronel aviador Leonardo Blengini. De acuerdo con él, esta tecnología ahorra peso y espacio, y agiliza las operaciones al poder corroborar la meteorología en tiempo real y hacer una planificación del vuelo bastante antes de que ocurra.
El capitán aviador Mauricio Calabria, quien también es el jefe de operaciones del escuadrón aéreo n.º 3 (transporte), explica que con estos aparatos se puede planificar toda la misión: desde “dónde salís, adónde vas, la ruta alternativa, el cálculo de combustible, el tiempo estimado de llegada, la ruta a seguir, los espacios aéreos y el terreno que hay por delante, entre muchas cosas más”.
Calabria cuenta que toda la información registrada en la tableta se la pasa al GPS (Global Positioning System) del avión por medio de wifi y que “el registro es automático”. Además de ahorrar tiempo y de ayudar a organizar el vuelo, el capitán destaca que la ayuda fundamental es con la conciencia situacional. “El elemento crucial es estar orientado y siempre alerta. Esa es la ayuda más grande que nos da”, dice.
La conciencia situacional en vuelo es el conocimiento que tiene un piloto de saber dónde está, hacia dónde va y qué pasa con el avión. Si el aviador no la tiene, el desenlace puede ser un accidente fatal, como el vuelo 571 de la FAU en el año 1972, conocido popularmente como la tragedia de los Andes.
Según las investigaciones, el Fairchild Hiller 227 se encontró con fuertes vientos en contra que redujeron considerablemente su velocidad crucero en aproximadamente un 15%. La nula visibilidad y la falta de conocimiento de este dato confundieron a los pilotos sobre su ubicación, quienes creyeron que ya habían pasado la cordillera y que, por eso, viraron al norte estando sobre la cordillera.
Por más doloroso que suene, la aviación hoy es el medio de transporte más seguro del mundo a raíz de los accidentes pasados y de las consecuentes investigaciones y mejoras en materia de seguridad que se han hecho. Según los cálculos del Consejo Nacional de Prevención de Riesgos de Estados Unidos, la probabilidad de morir en un accidente aéreo es de 1 en 9.737.
La tableta, como menciona Blengini, no es obligatoria. “Podrías hacer el vuelo y la planificación como se hacía antes. Se puede hacer a mano porque existe el cálculo en papel. Podés salir con una valija gigante con todas las cartas aeronáuticas de Sudamérica e irte con un mar de papel”, cuenta Calabria. Con este aparato, se ahorra un estimado de 40 kilos de papel.
“En todo el mundo se usan porque optimizan la operación en cuanto a tiempo de planificación, comodidad y velocidad”. La FAU no viola ninguna norma de seguridad, sino que sigue los estrictos parámetros impuestos por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Administración Federal de Aviación (FAA por su sigla en inglés) de Estados Unidos.
Así también lo comenta Pablo Odella, teniente coronel y comandante del escuadrón aéreo n.º 3 (transporte): “En la legalidad primero hay que cumplir con la seguridad. La información va duplicada, debe tenerse esa misma información en otro lado por seguridad”. La información de la tableta está en papel, pero su uso agiliza el trabajo y lo hace más eficiente.
Los vuelos humanitarios de la Fuerza Aérea Uruguaya
Blengini contó que “todos los vuelos humanitarios que comenzaron a realizarse a partir del 19 de marzo se hicieron en coordinación con el Ministerio de Defensa Nacional y cancilleria” y que hasta el momento van 14. En total, ya han volado 165 horas y la travesía más larga duró 33 horas; para lo que precisaron tres tripulaciones completas.
Los aviones que se usan son el C-130B "Hércules", el C-120 "Brasilia" y el C-212 "Aviocar". El primero tiene una capacidad máxima de 92 pasajeros; el segundo, de 30; y, el tercero de 19. Hasta la fecha, trajeron a 754 pasajeros: 485 uruguayos y 269 de otros países con los que Uruguay tiene firmados tratados internacionales.
El coronel explica que volaron a casi toda Sudamérica (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana Paraguay, Perú y Venezuela) y que estos vuelos siempre fueron a requerimiento del Ministerio de Relaciones Exteriores, que se encarga de coordinar la cantidad de compatriotas varados, las condiciones y la fecha.
Según Pablo Odella, “se busca que haya un avión operativo a toda hora”, ya que, a pesar de que cada nave tiene una rigurosa planificación de mantenimiento, se hace el trabajo necesario para que las inspecciones no se crucen.
La Fuerza Aérea tiene “una capacidad puesta a disposición del Estado y un equipo atrás muy grande que hace esto posible. Desde el primer mecánico, que deja al avión en condiciones, hasta el que permite que esté desinfectado en tiempo y forma para cumplir con los vuelos en óptimas condiciones y con los más altos estándares de seguridad”, señala Blengini.
