Marihel Barboza

Espectáculos y Cultura > Entrevista a Marihel Barboza

Marihel Barboza: "Le decían al dueño de Casino que no iba a funcionar una voz femenina; otros directamente no contrataban la orquesta si estaba yo"

Las voces legendarias de la época de oro del Conjunto Casino volverán a cantar juntas en el Teatro de Verano; antes del show, Barboza habla sobre sus inicios en la música tropical y su vínculo con el carnaval
Tiempo de lectura: -'
17 de marzo de 2024 a las 05:02

Una noche en el Palacio Salvo estaba a punto de cantar y Juan Grassi, el conductor de CX42 que presentaba de punta en blanco los conjuntos que hacían bailar a miles, la presentó con un nombre que adoptaría para el resto de su vida: Marihel, la muñeca que canta. 

Marihel Barboza era la primera voz femenina en una orquesta de música tropical, el reconocido Conjunto Casino, aunque venía de una formación artística que no la había cruzado con la tropical.

Empezó a cantar con apenas seis años en un trío de folclore que completaba con dos primos: Marosal (Marihel, Oscar y Alberto). “Empecé a amar el hecho de transmitir una emoción, que pasaba primero por mí. Eso es lo que descubrí: me pasaba primero a mí. Hacía las letras muy propias, siendo muy chiquita. Le empecé a agarrar el gustito a esto y me encantó”.

Cantó folclore durante diez años, cuando empezó a cantar en el Parador del Cerro y luego dos restaurantes del centro de Montevideo: el Danubio Azul y el Riachuelo. Cantaba todas las noches, de lunes a lunes, una amplio repertorio de música internacional como parte de Cóctel Internacional con canciones en castellano, inglés, yiddish y hasta filipino. “Fue un buen semillero, de verdad, porque ahí no solamente canté yo, cantaron otras compañeras. Nos enseñó a abrir un poco el abanico y descubrir otros estilos musicales. Estando en Cóctel Internacional me llama Negrín para grabar un tema”.

Ernesto Negrín, el fundador del histórico Conjunto Casino, estaba buscando una voz femenina para grabar una única canción. Y si bien no lo concretaron en ese momento, exactamente un año después le volvió a sonar el teléfono: “Ya tengo el tema, te lo voy a arrimar”, le dijeron del otro lado de la línea.

Era Sueños nada más, compuesta por José María “Catusa” Silva, una canción que quizás por casualidad tenía mucho que ver con lo que le sucedería en adelante.

Quiero sentirme tierra emancipada
Y aclamar la canción de cada día
Robar el sueño y dárselo a mi pueblo
Y transformar su dolor en melodía.

Fue a IFU Estudios, en Tristán Narvaja y 18 de Julio, a probar el tema y lo terminó grabando. “Vamos a tomar un café en el bar de la esquina que vamos a comentarte algo”, le dijeron Negrín y Nelson Curbelo –arreglador de la orquesta–. Y en una de las mesas de ese bar le propusieron formar parte de Conjunto Casino.

Yo no conocía el mundo de la música tropical. Es más, la música tropical iba por acá y yo iba por el otro lado, no tenía ningún tipo de conexión. Siempre lo digo, siempre fui muy sincera”. Volvió a su casa y lo consultó con su familia. Su padre, “loco de la vida”, le dijo que no lo pensara dos veces. “Entré en este mundo sin saber realmente qué era. Y al principio era un bichito raro y me miraban como un bichito raro”.

¿Con qué te encontraste en ese mundo?

Con bailes de cinco mil personas y era abrumador al principio. En el buen sentido de decir 'wow, existe esto'. No tenía ni idea, para mí existían los festivales de folclore, que eran peñas que eran mucho más chicas o actuaciones en el Parador del Cerro, que era para un público más reducido, y me encontré con un mundo completamente diferente. Al principio costó mucho, dos años, por lo menos.

¿En qué sentido te costó?

Que la gente aceptara una voz femenina dentro de la música tropical. El público y algunos empresarios. Algunos directamente le decían al dueño del conjunto que no iba a funcionar una voz femenina y otros directamente no contrataban la orquesta si estaba yo.

¿Lo sabías en ese momento?

No, gracias a Dios nunca me enteré. Me enteré a los años. Capaz que hubiera sido otra la historia. Creo que fue muy inteligente por parte de Negrín no comentarme toda esa historia. Él apostó mucho y siempre agradezco porque una no se puede olvidar de esas cosas. Él siempre dijo que esto iba a ser un proceso de un poco más de los años y a los dos años clavados metimos Niégalo y Collé Collé en un disco, empezó a funcionar y a raíz de eso después cantaba cualquier otro tema y la gente se moría. Al principio sí costó, pero yo estaba en otro mundo, no sabía absolutamente nada de lo que estaba pasando alrededor. Lo que sí veía era que cantaba y la gente paraba de bailar, y se paraba a mirar adelante. Mirá la ignorancia: yo pensaba 'me están prestando atención'. ¡No! No bailaban porque no le gustaba el tema, pero yo no entendía esos códigos. No los tenía. Los comienzos fueron duros. Pero los compañeros del conjunto en aquel entonces eran unos genios, el apoyo y el respaldo, el compañerismo. En ese sentido me saco el sombrero.

¿Eras consciente en ese momento de que, de alguna forma, estabas abriendo una puerta?

Ni lo pensé. Para mí la música siempre fue el disfrute y lo que a mí más me gustaba era eso: subirme al escenario, transmitir lo que estaba haciendo y que a la gente le gustara. Ni pensar si era la primera mujer dentro de la música tropical o si iba a abrir una brecha importante para las demás mujeres que vinieran luego. Al poquito tiempo salió a la cancha también Miriam Britos de Artigas, entonces estábamos ahí las dos en punta como mujeres dentro de la música tropical. Después ya empezaron a salir un montón de mujeres, no solamente en Montevideo sino en el interior, un montón y fenómenas.

Después de Collé Collé todo cambió y hasta el día de hoy le piden que cante aquella canción como un himno. “Fue una de las canciones que hizo a Marihel conocida. Hasta el día de hoy lo siguen pidiendo. Pasan generaciones y lo siguen pidiendo”.

 

Después de ocho años en Conjunto Casino le llegó la propuesta de integrar otro conjunto que forma parte de la historia de la música tropical, Antillano, donde cantó durante nueve años.

Marihel Barboza es una de las grandes exponentes de la música tropical uruguaya. Y fue testigo de la época dorada de las grandes orquestas y los bailes multitudinarios. “Eran bailes de cinco o seis mil personas, imponentes, como el Sudamérica, Casa de Galicia, Quinta de Galicia o el Euskaro Español; Club de Anita que sigue hasta el día de hoy por suerte y es uno de los pocos que se está manteniendo. Eran bailes muy importantes y eso se perdió. Ahora pasé por el Club Atenas y los bailes que se hacían en el Atenas en época de carnaval eran impresionantes. Lo miraba ahora con tristeza, con añoranza, porque la verdad eran hermosos y eran recontra disfrutables, a pesar de que andábamos de un lado para el otro se podía disfrutar cada momento de cada lugar y con la gente".

Ahora, el panorama es otro. “Es más íntimo, es otra cosa completamente. A mí me hacen mucha falta aquellos bailes grandes, a veces cuando voy para el interior y veo esos clubes repletos de gente me trae un poco la memoria los bailes de acá en Montevideo”. 

El próximo jueves 21 de marzo Miguel Ángel Muniz, Miguel Villalba, Raúl Testa y Marihel Barboza, volverán a reunirse para repasar un repertorio de éxitos en el Teatro de Verano. Las Voces de Oro y Platino de Conjunto Casino tiene una discografía tan extensa que el mayor problema es lograr cantar la mayor cantidad de éxitos en una noche.



Solo el repertorio de Barboza incluye canciones como Collé Collé, Niégalo, Enamorada, La pollera amarilla, La espumita del río, Oye mi canto, Mi tierra Vuelve. Que se suman a himnos como Azuquita pal caféUn cuarto de hotel, Plena en San Juan o Lágrimas negras.

Un espectáculo en el que participarán también destacados artistas de la música nacional como Freddy "Zurdo" Bessio, Rolando Paz, Francis Andreu o Gerardo Nieto. "Va a ser emotivo por demás, de solo pensar que se abra el telón y que empiecen a sonar los primeros acordes me emociono".

“Cuando nos dijeron el Teatro de Verano, dije ¿what? No lo podía creer. Amo ese escenario, tiene algo mágico: se abre el telón y parece que la gente se te viene encima. Tiene algo especial", dice Barboza, que conoce perfectamente los rincones del templo montevideano.

Marhiel Barboza llega a la entrevista con El Observador después de una noche que pasó de tablado en tablado. Cuando iba bajando del escenario móvil instalado en el Prado sintió el abrazó una niña. “Me dice que venía desde lejos a escucharme porque me había visto en el tablado del Salus y que se había enamorado de mi voz”.

“Esas cosas te matan, a mí me parten; más allá de llenarte de orgullo ni que hablar pero uno veces no dimensiona hasta dónde puedes llegar y hasta dónde llega la música”, comenta la cantante de la revista Tabú.

Al igual que cuando entró al mundo de la música tropical, llegó al Carnaval sin haber crecido vinculada a la fiesta popular. Empezó en 2005 como parte de la comparsa Sarabanda, por invitación de Alfonso Pintos. “Me llamaba los domingos igual a las ocho de la mañana y me decía 'tenés que salir'". Para entonces ya había tenido otras propuestas de carnaval, incluso para integrar el coro de Saltimabanquis, pero los tiempos de la orquesta no eran compatibles con los tiempos del carnaval.

Por suerte dije que sí porque es otro mundo divino. También el hecho de conocer gente maravillosa, cuando entré en el carnaval me topé nada más nada menos que con Ángela Farías o Gustavo Montemurro, que hizo uno de los primeros temas que canté en Sarabanda. También me enamoré del candombe, y de los espectáculos de Sarabanda, hasta que se cumplió un ciclo”.

Los dos años siguientes se mantuvo cerca del concurso como jurado del premio Romeo Gavioli a las mejores interpretaciones de Carnaval. “Agradezco que pude disfrutar de todos los espectáculos de carnaval todas las noches. Porque más allá de que en lo personal te pueda gustar más un conjunto que otro, siempre resalto lo mismo: la capacidad de asombro que tengo cada vez que veo carnaval. Es increíble, porque con poco presupuesto, con personas que no son profesionales, se hacen cosas maravillosas en este país”. 

Pero no se pudo mantener por fuera demasiado tiempo y aceptó la invitación para integrar la entonces novel revista Tabú. "El primer año la platea baja nos daba como ganadores y al final ni siquiera pasamos a la liguilla. Después hicimos una seguidilla de primeros y segundos premios, hasta el año pasado que íbamos a tener el Quinquenio", cuenta la artista, que para el momento de la entrevista aún no sabía que el espectáculo de este año, Dianavolvería a poner a Tabú como la ganadora del concurso oficial de Carnaval en su categoría.

Un espectáculo en el que tuvo además una participación destacada junto al cantante Diego Berardi. "Lloramos. Nos pasaba ya en los ensayos. Increíblemente con Diego nos conocemos hace muchos años y nuestro sueño era poder cantar alguna vez juntos. Cada vez que lo hacíamos en los ensayos nos mirábamos y empezaban a correr las lágrimas. Son esas cosas lindas que te deja el carnaval".

El Carnaval, esa expresión cultural de la que estuvo alejada durante tantos años, también le dio a Barboza el título de Figura de Oro –junto a Ricardo “Canario” Villalba– en 2022. "Una locura, es todo demencial. Cosas que no se te pasan por la cabeza. Son todos mimos al alma".

Cuando Marihel Barboza era niña y le preguntaban qué era lo que hacía, no respondía que era cantante, ella decía que era intérprete. “Ahora ya de mayor, creo que no le erraba. Porque interpretar es algo personal y maravilloso. Un mismo tema cantado por dos artistas diferentes quizás no tengan la misma llegada por su interpretación. Y depende de tantos factores: de cómo se sienta uno en ese momento de interpretar el tema, de cómo esté la gente, si se da esa química entre el público y el artista”.

Se emociona al pensar en el reencuentro con las Voces de Oro y Platino. Y le agradece al público. “Hace 40 años que estoy dentro de la música tropical y siguen ahí. Tengo un agradecimiento enorme. Valoro el aguante que tiene el público que nos sigue y que nos apoya en las buenas y en las no tan buenas, porque los artistas no estamos siempre en el top pero ellos están siempre al firme. Son los que nos mantienen vivos, los que nos siguen respaldando y los que nos quieren ver bien sobre el escenario”.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...