Lecueder inaugura su segunda zona franca y tiene la tercera en las gateras

A 16 días de que el presidente de la República Luis Lacalle Pou corte la cinta de la torre II del WTC Montevideo Free Zone y dando los últimos retoques a una moderna torre circular antes que la industria de la construcción ingrese a su licencia anual, la torre III ya está en un horizonte no muy lejano. El terreno es de otro privado pero hay un "acuerdo de palabra" para atar ese negocio y dar inicio a todo el proceso burocrático que implica una construcción de esa magnitud, comentó Lecueder.  

En un encuentro con periodistas este lunes, Lecueder y Kimelman resaltaron (en más de una oportunidad) la ventaja que ofrece un régimen de zonas francas previsible (vigente desde 1987) como el principal llamador para dinamizar el desembarco de empresas del exterior que quieren instalar sus centros de operaciones. A días de inaugurarse, la torre II de Montevideo Free Zone cuenta con un porcentaje de ocupación arriba del 40% y hay optimismo en que rápidamente ese porcentaje se ubique más cerca del 100%. 

En un principio, el interés venía desde empresas más lejanas de Oriente, pero en el último tiempo cambió el viento y la región se volvió más activa. Argentina es uno de lo que ha liderado ese camino en una “mirada de corto plazo” que las zonas francas uruguayas buscan aprovechar dado el contexto de incertidumbre y crisis que ha reinado en la vecina orilla. Sin embargo, el gerente general de WTC Free Zone, Ignacio Del, aclaró que en una perspectiva de mediano y largo plazo se necesita una “Argentina pujante” para que la región gane atractivo en su conjunto. 

En la década de 1990 Uruguay tenía apenas una superficie en zonas francas de 15 mil m2 y hoy esa cifra es 100 mil m2 sin considerar la nueva torre que ingresará al mercado en breve. Además, de los beneficios impositivos que ofrece este régimen (como la exoneración de IRAE, el Impuesto al Patrimonio o la opción de trabajadores extranjeros no residentes de pagar una tasa fija del 12% por los aportes a la seguridad social), las empresas globales que optan por Uruguay destacan la disponibilidad de “trabajadores capacitados”, coincidieron los ejecutivos. Los salarios promedio que perciben los trabajadores de las zonas francas en Uruguay superan los US$ 3 mil y están bastante por encima de la media nacional. 

El fenómeno Globant

La firma Globant, dedicada a la creación de productos de software innovadores para audiencias globales, será una de las principales empresas de la segunda torre del WTC que operará como zona franca. La multinacional de origen argentino trasladará su centro de operaciones desde Aguada Park y a sus 600 empleados que tiene hoy en Uruguay. 

Lecueder aclaró que si bien la “competencia es dura” para captar clientes, la pelea es en el exterior. Aclaró que por un “principio ético” no buscan inversores que ya están radicados en Uruguay y que personalmente se encargó de llamar a los ejecutivos de Aguada Park para informales sobre el acuerdo con Globant cuando estaba a punto de cerrarse ese acuerdo. La empresa lleva invertidos unos US$ 3 millones solamente en equipamiento para sus nuevas instalaciones. 

La tecnología -que dejó hace un buen tiempo de ser una start up- tiene un espacio reservado de 3.000 m2 en la torre que abre este mes y tiene la opción preferencial para alquilar dos nuevos pisos (cada uno de 700 m2) para continuar expandiendo su centro de operaciones desde Uruguay. El boom de crecimiento que está experimentando esta compañía seguramente decante en una rápida expansión a uno de los dos pisos que tiene reservados para ampliar sus operaciones en Montevideo Free Zone II. 

La bici gana adeptos 

La pandemia tuvo sus efectos

Lecueder dice que la pandemia tuvo sus efectos indudables sobre las distintas unidades de negocio que maneja. Por ejemplo, admite que cuando se definió mantener abierto el Hilton Garden Inn *-porque se consideraba que podía existir un nicho para determinado público- fue un error. La demanda no funcionó como se esperaba y tuvo fuertes pérdidas desde abril, aunque ahora está a punto de alcanzar el equilibrio. En el negocio del retail, tener los shopping tres meses cerrados tuvo su coletazos. En algunos casos hubo rebaja en los alquileres y en otros se ofreció extender los contratos vigentes también con un ajuste para asegurar la permanencia de esos clientes. Los costos fijos por las medidas sanitarias (desinfección y toma de temperatura al ingreso de los clientes) fue otro mochila para estos centros comerciales. 

“Fue caso a caso” la negociación buscando una salida al trago amargo que debieron (y deben) pasar muchos negocios, explicó Lecueder, que precisó que otros negocios como las empresas tecnologías “fueron los grandes ganadores” con la pandemia. Las finanzas fue otra área donde el covid-19 no causó grandes cimbronazos. Asimismo, explicó que un cambio que se ha notado con el covid-19 es un incremento del tiquet promedio. Eso de alguna forma pauta que el paseo por el shopping dejó de ser una opción para miles de consumidores que cuando visitan estos centros comerciales van directamente a realizar compras por los efectos del covid-19.