Libertaria quiere posicionar a la sidra como producto premium

Los enólogos Varinia Bleier y Diego Herrera llevan adelante un emprendimiento que busca sacar a la popular bebida de un lugar “marginal de clase B”

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17 de abril de 2019 a las 05:03

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Karen Parentelli
Especial para El Observador

Fin de año y Mercado del Puerto son para muchos las primeras imágenes que vienen cuando se habla de sidra. También se piensa en botella de plástico, azúcar, gusto muy dulce y precio accesible. Ahora un emprendimiento quiere romper con todo eso. Se trata de la sidra Libertaria, que, de a poco, como descubriendo terreno nuevo, busca su lugar  en el mercado uruguayo. Se propone como un producto delicado, fino, que viene en botella de vidrio de 355 ml. Es artesanal, apta para veganos, no tiene gluten y, según sus impulsores, tampoco prejuicios.

Dos jóvenes enólogos son los creadores de esta nueva propuesta. Se formaron en la Escuela de Etnología de la UTU y realizaron su tesis sobre la elaboración de sidra. Investigaron sobre la bebida, su historia, la forma de producción y las distintas variedades. Se sorprendieron con el producto que generaron y se dieron cuenta que podían producir una sidra que no tuviera nada que ver con la que se consume hoy en Uruguay.

“Es un producto distinto. La selección de las manzanas es muy especial. Hacemos una fina combinación entre distintas variedades, para llegar al resultado que queremos”, cuenta Varinia Bleier, la enóloga de 27 años que junto a Diego Herrera comenzó este emprendimiento. Hoy ya son todo un equipo. A los dos enólogos que crearon el proyecto se le sumó un contador, Federico Correa, y un licenciado en Ciencias de la Comunicación, Franco Sena. El equipo completo comenzó a funcionar cuando el emprendimiento recibió el apoyo de Agencia Nacional de Desarrollo (Ande). A fines del año pasado obtuvieron el capital semilla. “No teníamos ni cómo comenzar, sin el apoyo de Ande no hubiera sido posible hacer todo esto”, afirma Bleier.

Varinia Bleier


Reivindicación


Todo comenzó cuando Bleier y Herrera estaban estudiando enología en la UTU. “La sidra y el vino son bebidas hermanas, los procesos de elaboración son muy similares y en la escuela recibimos una formación general sobre todas las bebidas”, recuerda Bleier. 
De las aproximaciones que tuvieron a la sidra por conocimientos teóricos y después por viajes al exterior, se plantearon la idea de poder elaborar un producto distinto  “La sidra es una bebida que está vista como marginal, como clase B, queremos sacar a la sidra de ese lugar. La imagen de la sidra está muy venida a menos, queremos reivindicar a la sidra”, explica Bleier. 

Comenzaron a hacer sidra de forma muy experimental, y sus primeras pruebas fueron para su tesis de graduación. “Al principio no tuvimos mucha aceptación pero después, cuando estuvo el producto, sí”, relata Bleier. Las primeras pruebas fueron hechas en la escuela de enólogos, y además de recibir el apoyo de esta institución, recibieron colaboración de una empresa de empacado, que hasta el momento sigue siendo donde gasifican y embotellan la sidra.



Estilo lento pero seguro


Libertaria no es la única sidra artesanal que se puede tomar en Uruguay, hay otra marca que ya está instalada: Bruta. “Para nosotros está genial que haya competencia, tenemos la mejor con ellos, y creemos es muy bueno para el producto y para los consumidores”, detalla Bleier.

Actualmente Libertaria tiene tres variedades: Libertaria Rosé, es una de las que más llama la atención, es una sidra macerada con flores de hibisco. Libertaria Clásica, es la variedad que se aproxima a la sidra que se acostumbra a tomar, tiene un toque dulce, aunque también mucho cuerpo. Pero quizás la estrella de esa colección es la Libertaria Dry, una sidra sin azúcar, seca, con un toque ácido, que le hace competencia a cualquier cerveza fresca y que también sienta perfecto para acompañar mariscos.

Algo clave en este producto es que se quieren diferenciar de la cerveza artesanal. “Cuidamos mucho los lugares donde estamos porque no queremos que se confunda con cerveza, queremos que la sidra tenga su lugar, y que pase como en algunas ciudades de España, Canadá o Francia, que hay tres variedades de cervezas y tres variedades de sidra para vender de tirada”, dice la impulsora de Libertaria. Esto se nota desde la botella. 


Con base firme  


Los jóvenes emprendedores trabajan con un pilar básico y es el mantener la calidad de su producto siempre.  “No queremos alejarnos de nuestro perfil por apurarnos. No perdemos de vista lo importante, y es la calidad del producto. Somos enólogos, hacemos esta sidra porque nos gusta. Si bien somos una empresa, la calidad del producto es lo más importante”, afirma Bleier.  
Ponen mucho foco en la selección de las manzanas. Las frutas son cultivadas en la zona de la ciudad de Libertad, en el departamento de San José. “Buscamos no centrar todo en Montevideo, le queremos dar fuerza al interior, y también apoyar de alguna forma el trabajo de los pequeños productores”, cuenta la enóloga. 

Para saber

Precio y liberación
La botella de 335 ml se vende a $ 100. “Pensamos en el nombre porque las manzanas son de la zona de la ciudad de Libertad. Pero también porque vamos a liberarnos de prejuicios, de esa idea de que la sidra es una bebida clase B”. 

Novedades
En Libertaria están trabajando en nuevas variedades, que incluyan sabores a frutos nativos uruguayos. 

La logística
Es un aspecto fundamental en Libertaria. Trabajan con manzanas de San José, elaboran en Melilla y embotellan en otra planta. 

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