Liga Árabe pasó un tercer mensaje a Uruguay para que cambie postura sobre conflicto palestino israelí

En una reunión que tuvo lugar en Nueva York el lunes 17, los embajadores de Irak, Baréin y Túnez (el último, actual y futuro presidente mensual del grupo árabe, respectivamente), además del representante palestino ante Naciones Unidas, le repitieron al diplomático uruguayo los mismos puntos que un grupo de cinco embajadores le habían llevado al presidente en la Torre Ejecutiva el martes 11.

Esta constituye la tercera advertencia que hace la Liga Árabe. La primera había sido al canciller Francisco Bustillo, un mes antes del encuentro con el presidente.

La seguidilla de encuentros ocurrieron en la antesala de una nueva temporada de votaciones respecto a la cuestión de Palestina en Naciones Unidas.

Fuentes diplomáticas dijeron a El Observador que el grupo árabe puso el comportamiento internacional de Uruguay en la mira por su histórico y estricto apego al derecho internacional y su continua promoción de protección de los derechos humanos. Por este motivo, cuestionan el significativo cambio en la postura tradicional de Uruguay en el conflicto entre israelíes y palestinos. 

Ello se vio reflejado tanto en las votaciones que se han dado en los últimos dos años en los organismos de Naciones Unidas que tratan la cuestión como en la decisión de abrir una oficina comercial en Jerusalén.

En los organismos multilaterales, la diplomacia uruguaya pasó de apoyar todas las resoluciones a abstenerse en un número importante de ellas. 

Según un relevamiento hecho por El Observador basándose en información de la biblioteca digital de Naciones Unidas, de las 25 votaciones que hubo sobre diferentes asuntos vinculados al conflicto palestino-israelí y árabe-israelí entre 2020 y 2022 en Nueva York, Uruguay se abstuvo en 15 ocasiones y en las otras 10 votó por la afirmativa. Aquí se incluyen discusiones en torno a Jerusalén y a los territorios ocupados en los altos del Golán.   

En la Cuarta Comisión, que trata los asuntos sobre Política Especial y Discriminación, luce de forma más significativa la alineación con Israel. Allí hubo 13 votaciones en los dos últimos periodos de sesiones, en los cuales la diplomacia uruguaya se abstuvo en nueve de ellas y votó por la positiva en las restantes cuatro.

En tanto, en la Asamblea General de Naciones Unidas hubo ocho resoluciones, de las cuales Uruguay se abstuvo en seis y apoyó dos. 

Sin embargo, en el Consejo de Derechos Humanos que funciona en Ginebra, la posición de Uruguay fue de continuidad. De las nueves votaciones que hubo en 2020 y 2021 (este año ya no integra ese órgano), Uruguay votó en favor de los intereses palestinos en siete oportunidades y se abstuvo en dos que implican una declaración sobre la situación de los derechos humanos en el Golán.

Al margen de los números, los árabes entienden que Uruguay debió acompañar varias resoluciones que estaban apegadas al derecho internacional.

A pesar del lobby árabe, aún no se adoptó la decisión de un cambio de postura en la próxima ronda de votaciones que tendrá lugar entre noviembre y diciembre, dijeron fuentes de cancillería a El Observador. Los borradores de los proyectos de resolución ya llegaron a la cancillería y se están analizando.

Uruguay mantiene vínculos comerciales relevantes con varios de los países del bloque árabe, con el que tuvo exportaciones por US$ 660 millones en 2021, según datos de Uruguay XXI, lo cual equivale al 6,7% de las ventas uruguayas al mundo el año pasado. Egipto, Argelia e Irak son los primeros tres destinos y se llevan más del 90% de esos US$ 660 millones.

El Observador consultó a fuentes de la embajada de Israel por el reclamo árabe pero dijeron que no harían comentarios al respecto. 

La cuestión de Jerusalén y un nuevo reclamo

El otro asunto que llevó a que los árabes se movilizaran es la decisión de Lacalle Pou de abrir una oficina comercial en Jerusalén, la ciudad en disputa.

Aunque el gobierno uruguayo nunca consideró la posibilidad de mover su embajada, tal como ya hicieron Estados Unidos, Guatemala, Honduras y Kosovo, los árabes interpretaron la apertura de la oficina comercial como un gesto simbólico que reconoce, de hecho, la ocupación israelí en los territorios de Cisjordania, contrario a la resolución 242 votada por el Consejo de Seguridad luego de la guerra de 1967. 

Sin embargo, la cuestión de Jerusalén tiene un peldaño más de complejidad. La ciudad tiene un alto valor religioso e histórico para las tres religiones. Alberga el Santo Sepulcro, el Muro de los Lamentos —una de las paredes de la muralla del templo que construyó el rey Salomón y que fue destruido en dos ocasiones, la última en el 70 a mano de los romanos— y la mezquita de Al Aqsa.

El custodio religioso de esos sitios sagrados para el islam es la monarquía jordana. Por este motivo, la decisión de Uruguay será sometida a tratamiento de la Organización de Cooperación Islámica a través de su Comité Al-quds (el nombre arábigo para Jerusalén).

Esta es la institución islámica más importante en la medida en que nuclea a 57 Estados que abrazan esa religión. Fuentes diplomáticas dijeron a El Observador que aún no se resolvió si la organización buscará una reunión con el gobierno uruguayo o si enviará una carta.