Nicolas Garrido.

Los gobiernos pasan, López Mena permanece

El dueño de Buquebus ha crecido durante 40 años en medio de las terribles inclemencias del Río de la Plata

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08 de septiembre de 2019 a las 05:05

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Hace unos cuantos años el humorista y actor argentino Enrique Pinti cantaba:

Pasa la belleza

y la juventud

Los optimistas

y los pesimistas

Pasa la peste

pasa la salud

Quedan los artistas

Bien serviría de homenaje también a Juan Carlos López Mena, un gran artista de la empresa, especializado en bicicletear y pagar tarde, y en lanzar proyectos faraónicos a la sombra de todos los gobiernos imaginables.

López Mena, de 78 años y diez hijos, nació argentino y se nacionalizó uruguayo. En 1980 fundó la empresa Buquebus, que ahora transporta en barcos y autobuses más de cuatro millones de pasajeros cada año, además de vehículos, entre Argentina y Uruguay. En 1994 compró los aliscafos de las firmas Belt y Alimar que competían en la ruta Buenos Aires-Colonia, con lo que adquirió un dominio cuasi monopólico del transporte fluvial de pasajeros.

También creó Buquebus España, con ferrys entre Algeciras y Ceuta, de la que se desprendió en 2008, así como líneas marítimas en Europa y Estados Unidos, que también vendió. Posee además una operadora turística, una alquiladora de automóviles y El Talar, un complejo agroindustrial en Laguna del Sauce, entre otros negocios.

Entre 2009 y 2015 realizó transporte aéreo regional con su compañía BQB y un par de aviones ATR-72, con precios que su competencia calificó de “predatorios”. En abril de 2015 vendió esta empresa y sus permisos a la aerolínea boliviana Amaszonas, que vuela entre Carrasco, Buenos Aires y Asunción.

Durante 40 años López Mena se ha vinculado con casi todos los gobiernos de las dos orillas del Río de la Plata, en dictadura o en democracia, izquierda, derecha o centro.

Enrique Pinti cantaba, a propósito de los asombrosos procesos argentinos:

Pasan los años

Pasan los gobiernos

Los radicales

y los peronistas

Pasan veranos

pasan inviernos

Quedan los artistas

Y también quedaba López Mena. En Uruguay él fue cotizante de las campañas electorales de colorados y blancos. Luego, en setiembre de 2004, anunció públicamente que votaría al Encuentro Progresista-Frente Amplio. Colaboró con la campaña de Tabaré Vázquez y vendió pasajes baratos a unos 45.000 militantes frenteamplistas que retornaron desde Argentina a votar en octubre: el “voto Buquebus”.

En 2009, cuando era candidato a la Presidencia, José Mujica le pidió que le tendiera puentes con el empresariado argentino, de gran importancia en Uruguay. Así se vinculó, por ejemplo, al magnate petrolero y agroindustrial Alejandro Bulgheroni. Y luego de ser electo, López Mena le organizó un almuerzo con 1.500 empresarios de primera línea, que escucharon palabras tranquilizadoras del viejo tupamaro.

El romance con el Frente Amplio comenzó a morir en 2012, tras la quiebra de Pluna. Funcionarios del gobierno de Mujica fueron a buscarlo para que comprara los principales activos de la aerolínea caída. Entonces concibieron una endemoniada mise en scène.

Siete aviones jets Bombardier CRJ900 para 90 pasajeros fueron rematados en setiembre de 2012 con una base de 136,8 millones de dólares. Esa era la deuda del Estado uruguayo, que garantizó la compra de los aviones, con The Bank of Nova Scotia. El pliego establecía que el comprador debía “aplicar las aeronaves adquiridas al servicio de una empresa nacional”.

Los aviones fueron comprados por 137 millones de dólares por un representante de Cosmo, una minúscula empresa española en formación, sin permisos de vuelo y casi sin dinero, que obtuvo a las apuradas un aval del Banco República gracias a las presiones del ministro de Economía, Fernando Lorenzo. Al pagar un precio por encima de la base, bajo aplausos y autoalabanzas del gobierno, el comprador además se liberó de retomar el numeroso personal de Pluna, según concedía el pliego.

Detrás del comprador, que falseó su nombre y que el rematador llamó “el caballero de mi derecha”, estaba López Mena. El caballero era un empleado o exempleado suyo, amigo de uno de sus hijos, compadre y testaferro.

El plan era que López Mena alquilara a Cosmo los aviones comprados en remate y con ellos reforzara las operaciones de su línea aérea BQB, y, de hecho, su monopolio sobre el transporte de pasajeros a través del Río de la Plata.

La disposición de siete aviones casi nuevos a precio vil, una obra maestra de la simulación —y del uso abusivo de dineros públicos—, fue arruinada por un periodista de El Observador, Martín Viggiano, y un fotógrafo, Diego Battiste, quienes, advertidos por un amigo, hallaron y fotografiaron al ministro de Economía, Fernando Lorenzo, a uno de sus asesores, a López Mena y al “caballero de mi derecha”, reunidos en un restaurante de Ciudad Vieja.

El resto de la historia, compleja y larga, es más conocido.

El ex ministro de Economía, Fernando Lorenzo, quien probablemente trató de librar de mala manera al Estado de una situación ruinosa, junto a Fernando Calloia, ex presidente del Banco República, fueron procesados sin prisión por abuso de funciones. A principios de 2019 un Tribunal de Apelaciones confirmó el fallo. Los aviones al fin fueron vendidos en 2015 por 69 millones de dólares, la mitad del precio del remate.

En mayo de 2019 el expresidente Mujica asumió responsabilidad de todo el asunto al decir que él ordenó a Lorenzo y Calloia “sacarse un problema de encima”.

López Mena fue obligado a pagar en cuotas el aval de 13,7 millones al Banco República, en lugar de Cosmo, pero terminó ganándole un juicio al Estado. En junio de 2014 Mujica lo castigó retirándole la concesión de una terminal en el puerto de Montevideo, que había recibido de manera ventajosa en 2005.

En 2017 el Senado uruguayo aprobó un proyecto del gobierno para vender unos terrenos junto al Dique Mauá, en la rambla Sur de Montevideo, a López Mena, quien construiría un nuevo puerto Buquebus, con una escollera, un hotel de lujo, un museo y un estacionamiento subterráneo. Pero en octubre de 2018, en medio de un debate público, la Mesa Política del Frente Amplio resolvió enterrar el proyecto.

“Es difícil Uruguay; hacen esfuerzos para ser pobres”, comentó López Mena.

El dueño de Buquebus reapareció este miércoles, anunciando una nueva perspectiva política, en una entrevista que Pablo S. Fernández le hizo en Buenos Aires para el diario El País.

“Yo creo que el Frente Amplio tendría que perder, porque realmente 15 años de gobierno dañan mucho a un partido —recomendó López Mena—. Hay problemas internos. Empezó la decadencia, que se puede regenerar muy bien estando en la oposición y después volver al poder (…). Es muy malo que un gobierno esté más de dos períodos”.

 Enrique Pinti parecía cantar también para él:

No le temo a los fracasos

Ni a las frustraciones

Porque soy artista

No habrá fantasma que se nos resista.

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