El tono del intendente Daniel Martínez esta semana, horas después de que el sindicato de municipales ocupara su despacho, sorprendió a propios y extraños. "Es un acto de prepotencia, una falta de respeto a la institucionalidad (...) Y así no va. Estamos todos podridos", dijo el frenteamplista mejor ubicado en las encuestas para las presidenciables del año próximo.
Es una actitud rara para un oficialista. No es común que un jerarca de izquierda confronte así con un gremio. Ese tono incomoda a muchos en el Frente Amplio, donde la protección y el cuidado en el trato con la dirigencia sindical es cosa sagrada.
Eso no quiere decir que chocar como lo hizo esta semana le genere problemas al intendente. Por el contrario, con esas declaraciones Martínez empatiza con buena parte de la ciudadanía.
¿Por qué gana Martinez con esto?
En un nivel básico por la mala imagen de
Adeom. Pegarle a ese sindicato no solo no tiene costo, sino que puede darle muy buenas ganancias.
Martínez sabe eso y lo dijo explícitamente en una entrevista en radio Universal hace un mes: "Tiene una impopularidad descomunal en la ciudadanía, tenemos encuestas en que es brutal".
Eso le da libertad para trancarlos. Más, teniendo en cuenta su capital político. Todas las encuestas coinciden que es de los políticos con mejor imagen luego de José Mujica y Tabaré Vázquez. Además, según la última encuesta de Equipos, 48% de los montevideanos aprueba su gestión.
En privado Martínez le dijo a sus allegados que se le "fue la moto" con esas declaraciones. Las hizo mientras tenía su despacho ocupado y él veía el partido de Uruguay contra Rusia en la explanada de la Intendencia de Montevideo. Desde allí se podía observar la actitud de algunos ocupantes de Adeom y en la IMM sentían como una provocación que, por ejemplo, tuvieran los pies arriba de las mesas.
Más allá del tono o las palabras elegidas, Martínez no solo tiene crédito para chocar así de duro con Adeom (ya lo había hecho dos semanas atrás por carta), sino que es algo que lo favorece.
Pero en un nivel más sutil, y seguramente no buscado por el intendente, chocar con un gremio también le permite sintonizar con una parte de la ciudadanía que también está "podrida" de algunos abusos sindicales.
Lo sucedido en Santa Clara, cuando algunos ciudadanos locales desalojaron a la fuerza a un gremio y a sus visitantes foráneos de la ocupación de una estación de servicio, es el ejemplo más duro. Dejando de lado que en esa contra-movilización había algunos actores identificados con los
autoconvocados o indirectamente con la oposición política, lo que los impulsó a enfrentar a los sindicalistas era el rechazo de una población que no podía cargar nafta por una decisión de unos pocos gremialistas.
Pero hay otros casos más contundentes, como el de Gloria Xavier, una trabajadora de Frigo Salto, que se reveló contra los dirigentes del gremio de ese frigorífico municipal cuando un piquete sindical no la dejaba entrar a trabajar.
"No tenés dignidad vos al hacer esto", le dijo a uno de ellos. "Vos te ganás el sueldo gracias a todos estos que son una manga de ignorantes que vos los usás como marionetas. Yo no soy ninguna marioneta y yo quiero trabajar", agregó la mujer.
El video se volvió viral.
Luego, en una nota publicada por El Observador, Xavier contó que quiso someter la decisión de piquete a votación, pero el dirigente se opuso. "Había 70 personas paradas para trabajar y nueve personas trancando los portones. Era algo ilógico. Yo le quería hacer entender que si no trabajamos no nos pagan y si no nos pagan, no podemos pagar la cuentas", señaló la trabajadora del frigorífico municipal.
Esas son solo dos muestras de algo que las encuestas también ratifican. Por ejemplo, un estudio de la consultora Opción divulgado en diciembre del año pasado. Ante la pregunta de si se "aprueba o desaprueba el modo en que se conduce en la actualidad el PIT-CNT", el 56% de los encuestados dijo que no está de acuerdo. La mayoría de los que desaprueban son votantes de la oposición. Pero también hay frenteamplistas descontentos.
Se trata de esa parte del electorado que hoy dice que no va a votar a FA, pero que Martínez (o quién sea el candidato del FA) tendrá que volver a enamorar para ganar.
El intendente viene de los sindicatos. Su mano derecha más cercana, Eduardo "Lalo" Fernández también. Y por eso son muy cuidadosos en los mensajes que pasan.
Pero conectar de esta forma con una parte de la ciudadanía puede ser bueno para sus intereses.
En otros aspectos, Martínez debe cuidar de no pasarse para el otro lado en el mercado de las "señales".
Ese mismo día, después que terminó el partido con Uruguay e imitando a los japoneses de los estadios rusos, el intendente agarró una bolsa y se puso a juntar
basura en 18 de Julio. El límite entre dar la imagen de un gobernante que se pone el trabajo al hombro o uno que tiene actitudes "para la tribuna" es muy fino, y queda a libre interpretación de quién lo ve. Es un riesgo innecesario que por su posición Martínez no tiene por qué asumir.