EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Los ricos (también) lidian contra un viejo enemigo

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14 de julio de 2022 a las 15:15

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El aumento generalizado y por un período prolongado de los precios (inflación) dejó de ser un problema exclusivo para las economías en subdesarrollo (como la uruguaya) y ahora también golpea con fuerza a los países ricos del mundo y amenaza con generar una nueva recesión global. Los ciudadanos europeos o estadounidenses están viendo en carne propia cómo es lidiar con alza de precios más cerca del 10% que del 2% al que se acostumbraron durante tres o cuatro décadas. Además, las subas más marcadas se dan en rubros sensibles como los alimentos o la energía. De eso escribiré en esta nueva entrega de Rincón y Misiones.

Europa, en guerra y una moneda por el piso

Los temores a una nueva recesión económica en la Unión Europea (y la economía global) están otra vez a la vuelta de la esquina. Este jueves un euro valía menos que el dólar por primera vez en 20 años por las tensiones sobre el suministro de energía en Europa (por la guerra entre Rusia y Ucrania) y la fortaleza que viene arrastrando el dólar a nivel global. En el gráfico que te muestro más abajo verás cómo ha evolucionado la moneda estadounidense contra una canasta de seis de monedas relevantes, incluida la moneda europea, que es la que más pesa (57,6%) en ese índice dólar, que suele utilizarse como referencia para analizar la trayectoria de la moneda de la principal economía mundial (EEUU).

 

Esto suele ser un reflejo natural de los mercados: cuando hay ruido o crecen los temores a una crisis, el dólar suele ser el refugio por excelencia. Así, el euro, la moneda oficial en 19 países de la Unión Europea con 340 millones de habitantes, vuelve a su valor de finales de 2002, año de su entrada en circulación y se deprecia 15% en lo que va de este año.

¿En qué le puede afectar eso a Uruguay? Por lo pronto, los restaurantes y supermercados alemanes, por ejemplo, que nos compran la carne vacuna de mayor –los cortes del rump & loin (bifes, lomos y cuadril)– tendrán que destinar más euros para pagar el mismo precio en dólares que reciben los exportadores uruguayos. Esto sin dudas es una mala noticia para la salud del mercado que más paga por la carne uruguaya. A esto se suma el problema que los consumidores europeos deben enfrentar por la escalada de sus precios en sus respectivos países. España tuvo una inflación de 1,9% en junio y dejó el dato anualizado en 10,2%, un nivel que no alcanzaba desde 1985. El costo de la electricidad para los españoles se disparó 33% el último año.

Los consumidores de EEUU también la padecen

La pandemia empujó a la Reserva Federal (Fed) y al gobierno de Estados Unidos a apoyar la economía estadounidense a toda costa, estimuló la actividad con millonarios paquetes de estímulos al consumo e inversión pública y mantuvo una tasa de interés por el piso (dinero barato). Pero tarde o temprano eso debe revertirse. En 2021, la Fed comenzó a dar señales de que la bonanza de dólares baratos llegaría a su fin y en 2022 comenzó a subir las tasas de interés (encarecer el costo del dinero). El plan original era hacerlo gradualmente pero la escalada de los precios en EEUU obligó a apretar un poco más el acelerador en esa senda.

Esta semana también se conoció que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de EEUU aumentó 9,1% en los 12 meses a junio, la cifra más alta desde 1981. Además, tuvo un incremento de 1,3% en relación al mes anterior, bastante por encima de lo que proyectaban los analistas en lo previo. Para poner en contexto ese número, en Uruguay, los precios aumentaron 0,6% en junio y el dato anualizado fue de 9,3%, y las previsiones oficiales y de los privados prevén que el ritmo se modere en los próximos meses para cerrar el año sobre un eje del 8,5%.

El presidente Joe Biden reconoció que bajar la inflación es la prioridad y admitió que su gestión necesita "hacer más progresos, más rápido, en controlar la subida de precios”.

En ese contexto, se da por descontado que la Fed volverá a incrementar la tasa de interés en su reunión de fines de este mes en 75 puntos base (0,75%), la segunda consecutiva de esa magnitud.

Para cerrar no quiero dejarte todas pálidas y que te hagas la idea de que cada vez que vayas al supermercado o cargues nafta en la estación vas a continuar pagando cada vez más. En las últimas semanas hubo fuertes correcciones en la cotización internacional de varios commodities relevantes como los granos (soja, trigo, maíz). Además, por primera vez en varios meses se puede dar el caso de que el próximo informe sobre Precios de Paridad de Importación (PPI) de los combustibles de la Costa del Golfo de EEUU de la Ursea paute una corrección a la baja. Sí, los combustibles podrían abaratarse luego de una frenética escalada a nivel internacional.

La duda es si la inflación podrá converger rápidamente a los umbrales de 2% en los países desarrollados o se ingresará a un nuevo ciclo donde dominar a ese enemigo de los bolsillos no sea tan sencillo y lleve más tiempo de lo previsto. Un poco más de inflación suele ser también un camino tolerado (y utilizado) por distintos gobiernos para reducir (licuar) sus déficit fiscales y pagar la abultada deuda pública en la que incurrieron para sobrellevar la pandemia. En algún momento, las cuentas hay que pagarlas. 

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