Fútbol > UN LUJO DE LOS NUEVOS TIEMPOS

Los uruguayos que juegan con los mejores del mundo

Los tiempos cambiaron y los charrúas pasaron de jugar para evitar el descenso a pelear títulos y tener como compañeros a las principales estrellas: Ronaldo, Messi, Mbappé, Neymar y Modrić
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25 de diciembre de 2018 a las 05:00

Con su habitual timidez, Rodrigo Bentancur llegó al control antidopaje. Los ojos grandes. La adrenalina recorriendo su cuerpo. El mundo hablaba de Uruguay. La celeste había concretado otra de sus proezas eliminando a Portugal del Mundial de Rusia. Y de pronto, sin proponérselo, se vio sentado al lado de Cristiano Ronaldo. Silencio. La procesión iba por dentro. Uno con la felicidad a flor de piel, el otro con la herida abierta. Cristiano rompió el hielo. “Hola Rodrigo, te felicito”, le dijo el portugués.

“¡Fue increíble que me llamara por mi nombre!”, reconoció Bentancur en TyC. Jamás imaginó que, tan solo unos meses después, lo tendría como compañero en la Juventus.

Los tiempos han cambiado. Allá por la lejana década de 1990, cuando el mercado italiano era potente y llevaba a los mejores jugadores del mundo, los uruguayos jugaban en equipos denominados chicos.

Enzo Francescoli en Cagliari, Carlos "Patito" Aguilera en el Génova, Paolo Montero fue a Atalanta. También pasaron por la liga italiana Daniel Fonseca, José Perdomo Fabián O'Neill y Darío Silva, entre otros.

Pasados los años tres uruguayos se dieron el lujo de compartir vestuario con Zinedine Zidane y las estrellas de la Juventus: Paolo Montero, O'Neill y Fabián Carini. Pero esto ocurrió en un solo equipo.

El presente marca una realidad distinta. Los uruguayos ya no son contratados por equipos chicos que tienen como objetivo salvarse del descenso sino que ahora ocupan un lugar en los principales clubes del mundo, pelean por campeonatos más cotizados y se codean con las mejores estrellas del mundo.

La realidad indica que los seis jugadores que son considerados entre los mejores del mundo juegan al lado de un uruguayo, conviven y hasta adoptan algunas de sus costumbres como comer asado y tomar mate.

Un lujo de los nuevos tiempos que permite que Ronaldo, Lionel Messi, Luka Modrić, Kylian Mbappé, Neymar y Antoine Griezmann se llamen de “bo” con algún charrúa.

Bentancur, en la Juve con Ronaldo

Rodrigo Bentancur elegía a Cristiano Ronaldo como jugador de Play. Manejaba su figura a placer con el joystick. A esa altura de su carrera, siendo jugador de Boca, ni se le pasaba por la cabeza compartir siquiera un minuto con el considerado mejor jugador del mundo.

Pero un día entró al increíble vestuario de la Juventus de Italia y vio su camiseta 30 –ese número que pide en todos los equipos como homenaje a la fecha de nacimiento de su mamá fallecida– al lado de la CR7.

“Después de la llegada de Cristiano me cambiaron de lugar en el vestuario”, admitió el volante uruguayo.

“Un día llegué y vi mi camiseta 30 junto a la 7 de Cristiano Ronaldo, la 10 de Paulo Dybala y la 5 de Miralem Pjanić. Me cambiaron de lugar en el vestuario después de la llegada de Cristiano. Me va a tocar cambiarme al lado de él”, comentó.

En la cancha van por todo. Bentancur se adapta al espíritu indomable del portugués que tiene una ambición de ganar como pocos. Hoy se da el lujo de brindarle asistencias y de pelear por los torneos más importantes del mundo. La Juventus está despegada en la liga italiana y va por la Champions.

Valverde, en el Real con Modrić

Federico "Pajarito" Valverde tenía 15 años cuando uno de los principales equipos del mundo como Real Madrid comenzó a observarlo. Cuando adquirieron su ficha no podía creer al lugar adonde iba, que iba a tener como compañeros a Cristiano Ronaldo y que sería dirigido por Zidane.

Cuentan que Valverde, en una práctica, tomó vuelo cuando le hizo un caño a Zidane.

El futbolista vivió en carne propia lo que es tratar con una estrella de magnitud mundial. Un día se le ocurrió decir que el mejor jugador del mundo era Messi y lo llamaron al orden.

“Quería aclarar un malentendido que hubo el día de hoy", salió a decir el uruguayo que ahora se desempeña en calidad de cedido en el Deportivo la Coruña y agregó: "Fue una broma que hice con Fede Cartabia sobre Messi y Cristiano porque sabe que yo soy del Madrid y siempre apuesto o me peleo por Cristiano, porque es el mejor jugador del mundo, lo demuestra día a día, lo demuestra partido a partido”, salió a declarar.

No era para menos, eran tiempos donde Cristiano peleaba palmo a palmo por la corona de mejor del mundo con Messi. Y que un jugador del Madrid dijera que el argentino era el mejor era intolerable.

“Quería aclarar eso. Si yo hubiera tenido tal fanatismo por Messi creo que nunca hubiera firmado por el Madrid. Quería aclarar eso y que quede claro que son los dos mejores del mundo, pero siempre voy a estar del lado de Cristiano Ronaldo”, dijo Valverde.

El uruguayo cumplió también su sueño de compartir cancha con su ídolo, el alemán Toni Kroos, y por estos días se da un lujo al jugar con el mejor del mundo: el croata Luka Modrić.

El 24 de septiembre de este año Modrić recibió el premio The Best al mejor jugador de la temporada según la FIFA, y el 3 de diciembre fue galardonado con el Balón de Oro al mejor futbolista del año, por lo que quedó por encima de Cristiano Ronaldo y del francés Griezmann.

El croata rompió, además, con la hegemonía de una década en que el premio lo ganaron siempre Ronaldo y Messi.

“Modrić ya demostró en el Real Madrid y en el Mundial de Rusia que es una estrella, un gran jugador”, comentó Valverde en la prensa española.

Suárez, en el Barcelona con Messi

Luis Suárez tiene un privilegio reservado a pocos: ser testigo, desde hace varios años, de las genialidades de Messi. Mágico, malabarista, único. Un jugador de una especie que aparece cada 20 o 30 años. Lo disfruta Suárez, que no solo es su compañero sino también su amigo y compinche fuera de la cancha.

Basta con decir que viven en el mismo barrio, a escasos metros de distancia, que se juntan para tomar mate o para llevar a los hijos al colegio. Es más, Messi dijo que los mejores asados los comió en la casa de Suárez.

La relación de amistad llega al punto que las esposas de ambos jugadores son socias en un emprendimiento comercial y hasta compartieron la última luna de miel de los Messi en Antigua y Barbuda.

Los niños Benjamín Suárez y Thiago Messi son amigos, compañeros de clase y juegan juntos en la escuelita de fútbol del Barça.

Juntos se cansaron de ganar títulos con la camiseta de Barcelona. Fueron tiempos donde Messi fue premiado en innumerables oportunidades como mejor jugador del mundo.

Godín y Josema con el “uruguayo” Griezmann

¿Qué decir de la “sociedad” que formaron los uruguayos Diego Godín y José María Giménez con el francés Antoine Griezmann?

Resulta increíble pero es real que un francés, para muchos considerado como uno de los mejores jugadores del mundo, tome mate, grite "¡Uruguay nomá!", festeje con una bandera uruguaya la obtención del campeonato del mundo y venga al casamiento de su amigo Diego Godín en Uruguay. Por si fuera poco, será declarado visitante ilustre de Montevideo.

En la cancha, Godín y Josema Giménez saben que tiran la pelota para adelante y allá estará Antoine para pelearla, como les pasa con Suárez en la selección.

Los enredos de Cavani con Neymar y Mbappé

Edinson Cavani también juega en un club que pelea por cosas grandes como Paris Saint-Germain. La ambición de un jeque árabe por poner al PSG en lo más alto del mundo lo hace invertir dinero en la incorporación de estrellas de nivel mundial. No en vano el club armó una ofensiva con el brasileño Neymar, el francés Kylian Mbappé y el propio Cavani.

Y ahí anda el salteño, lidiando con las dos estrellas del equipo porque no se la pasan, porque le hacen el vacío, por quién remata los penales en un vestuario dividido y plagado de rumores.

Cuando Neymar desembarcó en PSG se encontró con que Cavani era amo y señor en París; un título ganado a fuerza de goles. Entonces el brasileño pretendió ocupar espacios que no le correspondían. El primer cruce fue cuando intentó rematar un penal sabiendo que el que los remataba era el uruguayo.

Con el paso del tiempo Neymar armó su banda brasileña en el vestuario y sumó al joven Mbappé. Al margen de las diferencias, en la cancha todos salen a ganar y Cavani se da el lujo de jugar con dos de los mejores del mundo.

El 21 de la selección uruguaya se toma las cosas con calma y la fama no le cambia su modo de pensar, como declaró a Referí cuando se le consultó sobre qué le generaba el hecho de saber que sus piernas valían 60 millones de euros: "No me meto a pensar porque mi vida capaz que para muchos puede valer eso, pero yo sé lo que valgo y las cosas que valen en mi vida. Esto es todo un juego que se crea porque el fútbol a nivel mundial mueve mucho y se puede hablar de esas cifras, pero yo vivo de cosas simples, de cosas normales, y esas cosas no me tocan”.

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