Camilo dos Santos

LUC: campaña por derogación costará US$ 500.000 y apelan al aporte de sindicatos extranjeros

La Comisión Pro Referéndum comenzó la "primera etapa" del "segundo tiempo" de un partido que espera jugar "en todas las tribunas"

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07 de agosto de 2021 a las 05:03

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La Comisión Pro Referéndum entregó a inicios de julio ante la Corte Electoral 797.261 firmas para convocar un referéndum en busca de derogar por esa vía 135 artículos de la ley de Urgente Consideración (LUC).

Para el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, los números del proceso de validación en la Corte Electoral están dentro de lo esperable, por lo que no habrá que perder el tiempo para iniciar la campaña. “Si algo sabemos, ellos y nosotros, es que habrá referéndum”, aseguró en diálogo con El Observador.

Hasta este lunes 2 la Corte Electoral llevaba procesadas 131.325 firmas, casi el 4% de las entregadas. De esa cantidad, ya fueron consideradas válidas 103.640, en tanto 12.745 fueron rechazas y 14.940 pasaron a una segunda etapa de revisión. Para habilitar el referéndum el organismo de contralor deberá validar 671.544, correspondientes al 25% del padrón electoral.

Junto a otros integrantes de la Comisión Pro Referéndum, Pereira estuvo este viernes en Salto, en lo que denominó “la primera etapa del segundo tiempo”. La fase consiste en recorrer el país para encontrarse con los militantes que recolectaron las rúbricas, con los que firmaron y, también, “con los que han sido tolerantes y que, pese a no haber firmado, han escuchado”, dijo el sindicalista.

Esta primera etapa cubrirá también Artigas, Salto y Bella Unión. La próxima semana será el turno de Paysandú y Río Negro. El objetivo es alcanzar en los próximos 15 días las 18 capitales del  interior. Allí, explicó, volverán en una segunda ronda, pero esta vez “pueblo a pueblo”.

Pereira dijo que el objetivo es “escuchar, escuchar y escuchar” para luego, con base en esos planteos, construir “el plan” con la estrategia en busca de llegar a una mayoría para lograr la derogación deseada.

En estos pocos días, según Pereira, ya pudieron escuchar algunos “déficits” que tuvo la campaña de recolección de firmas previa y que los militantes pidieron corregir. En particular les señalaron problemas de comunicación entre la comisión nacional y las departamentales, así como la cuestión de las personas que están de acuerdo con militar por la derogación pero no quieren hacerlo en una organización estructurada.

Pereira dijo estar convencido que el haber logrado las rúbricas hace que “el viento a favor esté soplando” para la confirmación del referéndum, lo que ha hecho que la gente “investigue un poco más” y se haya enterado que en la LUC, por ejemplo, “hay un sistema de alquileres por el que te pueden desalojar en pocos días”. También que, si algún vecino se pone a reclamar algo en una esquina, “puede terminar en la Justicia”.

“Campaña capilar”

Si bien la intención primaria es apuntar a una “campaña capilar” destinada a “todas las generaciones y todas las sensibilidades” para construir esa mayoría a través de la militancia, también habrá una fuerte apuesta al trabajo de profesionales que, entre otras cuestiones, deberán recomendar qué aspectos de a ley se deben priorizar en cada etapa.

Pereira adelantó que la campaña contará con asesores en comunicación que ayudarán a “segmentar” los temas y así llegar a diferentes sectores “con la información adecuada”.

Además el presidente del PIT-CNT señaló que, al igual que en la etapa de recolección de firmas, la comisión Pro Referéndum volverá a contratar a la consultora Factum, dirigida por Eduardo Bottinelli, para acceder a estudios de opinión pública.

La premisa es que, para tener éxito, debe lograrse que el mensaje llegue a todo el país. “Nos jugamos mucho”, dijo Pereira.  Y para todo esto, reconoció, se necesitan recursos, para lo que realizan gestiones a todos los niveles  y así “estar a la altura de las necesidades”.

Las estimaciones de la comisión indican que necesitarán US$ 500.000, cinco veces lo que se debió invertir en la etapa de recolección de firmas. Los cálculosfueron realizados sobre la base de que la campaña se extenderá hasta marzo del año que viene.

“No podemos no construir esa mayoría porque nos falten recursos”, dejó en claro Pereira.

Además de los fondos que puedan aportar el PIT-CNT, el Frente Amplio o las diferentes organizaciones que integran la comisión, habrá también una apuesta a buscar fondos en “centrales sindicales más poderosas” que la uruguaya, dijo el presidente del PIT-CNT.

Las españolas Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, las argentinas Confederación General del Trabajo y Central de Trabajadores Argentinos, y la brasileña Central Única de Trabajadores están entre las apuestas. “Veremos cuál es el resultado”, confió Pereira.

Según aseguró, esas centrales miran “con mucha atención” lo que sucede en Uruguay. “Están impresionados. No se pueden explicar cómo fue posible que lograráramos juntar las firmas de casi el 30% de la población. Eso casi ni existe en el mundo”, dijo el presidente de la central uruguaya.

El Estadio Centenario

“Las mayorías no se construyen de acuerdo a qué partido se votó en octubre”, afirmó Fernando Pereira, que considera “natural” la exhortación del presidente Luis Lacalle Pou a sus legisladores para que salieran a defender la Ley de Urgente Consideración.

El sindicalista coincidió con el tono del mandatario de “evitar la grieta” y en ese sentido dijo esperar una campaña “con dignidad, sin agravios y centrada en las ideas”.

En lo que discrepa con el presidente es que la definición esté en “la Olímpica”, en referencia a los votantes del centro político, que están lejos de la confrontación. “El partido se juega en todas las tribunas”, remarcó el presidente del PIT-CNT. Es que, según su visión, en una consulta popular hay indefinididos en todos lados. “Posiblemente haya pocos en la América, pero también los hay”, dijo.

Aún así Pereira discrepa con los que dicen que este será un “plebiscito” contra el gobierno ya que segun su visión “no será una elección de mitad de período”.

En ese marco, dijo esperar muchas similtudes con la campaña de 1992 para la derogación de la ley de Empresas Públicas. Al igual que en esa ocasión, un derrota sería “muy dura “para el gobierno”, pero no sería definitoria. “No se juega todo en un referéndum”, sostuvo. 

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