AFP

Macron tiene una oportunidad para definir el futuro de Europa

El presidente francés está en mejor posición que nunca para promover sus ambiciones en la UE, pero tendrán que acabarse las polémicas

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28 de abril de 2022 a las 14:50

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Gideon Rachman

Emmanuel Macron es ahora el político más poderoso de Europa. El presidente de Francia tiene un nuevo mandato electoral. Durante los próximos cinco años, lo utilizará para intentar transformar no sólo Francia, sino Europa.

Si Macron tiene realmente éxito, durante su segundo y último mandato la Unión Europea (UE) emergerá como una gran potencia geopolítica, a la altura de China y EEUU. Ese objetivo de crear una superpotencia europea puede parecer lejano, incluso ilusorio. Pero las circunstancias se combinan para darle a Macron su mejor oportunidad para promover esta visión.

Durante su primer mandato, Macron fue frecuentemente eclipsado por Angela Merkel. Pero Merkel ya se ha retirado como canciller alemana. Su sustituto, Olaf Scholz, carece de carisma y ha tenido un comienzo incierto. Macron, con el mayor prestigio que le otorga la reelección, buscará aportar ideas y dinamismo a la UE.

Los acontecimientos parecen reivindicar muchos de los argumentos que el presidente francés ha esgrimido en favor de una mayor integración europea. La pandemia de Covid-19 convenció finalmente a la UE de emitir deuda común para financiar sus programas, algo que Macron había impulsado durante mucho tiempo, ante el escepticismo alemán.

Aprovechar este logro liberaría nueva financiación para otros proyectos europeos comunes y reforzaría el papel global del euro.

La guerra de Ucrania también ha provocado promesas de aumentar el gasto en defensa en toda Europa, sobre todo en Alemania. Ese mayor gasto militar es indispensable para que Europa logre la "autonomía estratégica" de EEUU que Macron lleva tiempo defendiendo. La gran posibilidad de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca en 2024 hace que los argumentos de Macron para una mayor autosuficiencia europea tengan que tomarse en serio. Muchos europeos se estremecen al pensar en cómo un EEUU dirigido por Trump podría manejar a Rusia.

La visión de Macron para Francia y su visión para Europa siempre han sido inseparables. Tras sus dos victorias en las elecciones presidenciales, el domingo por la noche y en 2017, subió al escenario al sonido del himno de la UE, la "Oda a la alegría" de Beethoven. Durante gran parte de su primer mandato, los planes del presidente francés para Europa tuvieron una fría acogida en Berlín. Pero el avance en términos de la deuda común se logró eventualmente. Eso animará a Macron a creer que puede ganar la próxima ronda de argumentos sobre la integración europea.

El presidente francés cuenta con importantes aliados dentro de la UE. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, comparte su deseo de una Europa "geopolítica". Macron tiene una buena relación con Mario Draghi, el primer ministro de Italia. (Ambos son exbanqueros de inversión). El líder francés también mantiene una estrecha relación con Kyriakos Mitsotakis, el primer ministro griego. Grecia y Francia firmaron recientemente un pacto de defensa que refleja su preocupación común por Turquía.

Pero los obstáculos para la consecución de la visión de Macron también siguen siendo formidables. El presidente francés puede ser encantador y brillante. También puede ser arrogante y desagradable.

Macron se ofende y él ofende con mucha facilidad. Su primer mandato se vio salpicado de extravagantes disputas diplomáticas. En 2019, Francia retiró a su embajador de Italia, en protesta por lo que, según dijo, eran "ataques infundados y afirmaciones extravagantes" de ministros italianos. Durante la reciente campaña electoral, Macron calificó al primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, de "antisemita de extrema derecha". Es muy inusual que los líderes de la UE se ataquen entre sí en estos términos, lo que arroja serias dudas sobre la capacidad de Macron para unir al resto de la UE.

Las relaciones del presidente francés con sus aliados fuera de la UE también han sido difíciles. En 2021, Francia retiró a sus embajadores de EEUU y Australia (muy brevemente) tras la firma secreta del pacto de seguridad AUKUS, que produjo la pérdida de un importante acuerdo de armas francés. En Londres, Macron es percibido como el líder de la UE más hostil a Gran Bretaña.

En contraste con sus relaciones, a veces tensas, con los líderes de las naciones aliadas, Macron lanzó una fallida ofensiva seductora con la intención de crear vínculos con Vladimir Putin en Rusia. En los años anteriores a la invasión rusa a Ucrania, Francia impulsó un intento unilateral e infructuoso de acercamiento a Moscú. Los esfuerzos de Macron por mantener las líneas abiertas con Putin — antes y después de la invasión a Ucrania — han sido recibidos con desprecio y recelo por algunos en Europa central.

Son estas divisiones sobre la cuestión crítica de Rusia y Ucrania las que ahora representan el mayor obstáculo para la visión de Macron para Europa. En gran parte del norte y el centro de Europa, se considera que Francia es demasiado instintivamente hostil al poderío de EEUU, y demasiado dispuesta a una eventual reconciliación con Rusia, para ser un líder estratégico fiable.

Ben Judah, del Atlantic Council, sostiene que, debido a la guerra en Ucrania, muchos países de la UE están ahora "más interesados que nunca en mantener a Gran Bretaña y a EEUU en la sala" cuando se discute la seguridad europea. Eso les hace desconfiar de las palabras francesas sobre la "autonomía estratégica" de la UE. La renovada importancia de la OTAN queda patente en el nuevo interés de Finlandia y Suecia (ambos miembros de la UE) por unirse a la alianza.

Macron tiene una gran oportunidad para "construir Europa" en los próximos cinco años. Pero el éxito puede requerir algo más que brillantez y energía. También requerirá cualidades por las que el presidente francés es menos conocido: paciencia y empatía.

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