SERGIO LIMA / AFP

Mayores bancos de Brasil buscan reinventarse en la era digital

Los operadores tradicionales han disfrutado de enormes beneficios, pero las bajas tasas de interés y los rivales en el sector de tecnología financiera están forzando el cambio

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08 de abril de 2021 a las 16:29

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Por Michael Pooler

Los operadores tradicionales han disfrutado de enormes beneficios, pero las bajas tasas de interés y los rivales en el sector de tecnología financiera están forzando el cambio.

Un pequeño club de instituciones domina el sector minorista de la mayor economía de América Latina, famosa desde hace tiempo por sus caras comisiones bancarias y altas tasas de préstamos, cuyos abultados márgenes son a menudo motivo de ira para el público.

"Las ganancias son enormes en los bancos. Son realmente excesivas", fue el veredicto en 2019 de un político, no un agitador de la izquierda, sino el ministro de Economía pro-mercado del país, Paulo Guedes.

Pero como el oligopolio enfrenta la trifecta de las bajas tasas de interés, el impacto económico de la pandemia de covid-19 y las nuevas empresas digitales, las entidades crediticias se ven presionadas como nunca antes para acelerar las reformas y ofrecerles una mejor relación calidad-precio a los clientes.

El presidente ejecutivo del mayor banco privado del país, Itaú Unibanco, habló de forma positiva sobre lo que él califica como un "escenario feroz" con respecto a la competencia.

"El sector bancario brasileño ha cambiado rápidamente, y eso es muy bueno tanto para los consumidores como para los llamados bancos tradicionales", dijo Milton Maluhy. Pero admitió: "Debemos ser más rápidos y mejores para que nuestros productos y servicios superen a la competencia".

Los cinco gigantes que dominan el sistema financiero del país — Itaú, Bradesco y Santander Brasil, junto con el Banco do Brasil y la Caixa Econômica Federal, controlados por el Estado — se han embarcado en los últimos años en inversiones en tecnología con el propósito de evitar que los clientes se trasladen a otros competidores como Nubank, el unicornio de la banca por Internet de Brasil.

Desde el inicio de la crisis del coronavirus, muchos también han profundizado en las medidas de reducción de costos, con cierres de sucursales y despidos. La necesidad de una reforma es más urgente que nunca, pues la pandemia ha acelerado el ritmo del cambio digital.

Los reguladores también están intentando aumentar las posibilidades y opciones que tienen los clientes: el banco central está poniendo en marcha una iniciativa de "banca abierta", cuyo propósito es darles a los clientes un mayor control sobre sus datos e impulsar la competencia. El pasado mes de noviembre introdujo un sistema de pago instantáneo gratuito para clientes individuales.

El programa, conocido como "Pix", les ofrece a los brasileños comunes la posibilidad de evitar al menos una parte de las comisiones que los bancos suelen aplicarles a los servicios estándar, como las cuentas corrientes y las transferencias de dinero.

Moody's ha calculado que durante el próximo año los bancos podrían perder R$16 mil millones (US$2,9 mil millones) de esas comisiones, casi el 10% del total ganado, conforme surjan alternativas gratuitas o más baratas. Las comisiones representan alrededor del 30% de los ingresos de los bancos, según la agencia de calificación.

Como ocurre con muchos países latinoamericanos, los márgenes en el sector bancario de Brasil son la envidia de sus semejantes en otros países. El retorno sobre capital (ROE, por sus siglas en inglés), una importante métrica de rentabilidad del sector, se situó en el 17,2% en 2019, según S&P Global Market Intelligence. Eso en comparación con el 10,6% en EEUU, el 8,8% en Asia-Pacífico y el 5,8% en Europa.

Los prestamistas brasileños no se han quedado cruzados de brazos ante el nuevo entorno. Junto con el cierre de unas 1.500 sucursales y el recorte de 13 mil puestos de trabajo el año pasado, según los informes anuales, muchos están implementando estrategias para imitar el éxito de las empresas de tecnología financiera.

Esto abarca desde el lanzamiento de sus propios bancos digitales y agencias de intermediación bursátil para aprovechar la oleada de nuevos inversionistas minoristas en Brasil, hasta la adquisición de participaciones en prometedoras empresas "startup".

Itaú ofrece ahora productos de terceros en sus negocios de seguros y gestión de activos, mientras que Santander Brasil ha seguido el ejemplo de sus rivales introduciendo un robot asistente virtual.

Bradesco ha anunciado sus planes de sacar a bolsa o vender una participación en su banco digital independiente, Next, que no cobra comisiones y tiene 4 millones de usuarios, en los próximos dos años.

"Cuando se tienen márgenes más bajos, el único remedio es ganar magnitud", dijo el presidente ejecutivo Octavio de Lazari Junior.

Para los consumidores y las empresas ya es hora de que se produzca un cambio. El crédito ha sido tradicionalmente muy caro y a menudo de difícil acceso, en parte como reflejo de las elevadas tasas de interés, que han sido una herencia de las largas batallas del país contra la inflación.

Durante mucho tiempo, los bancos obtuvieron beneficios fáciles metiendo dinero en la deuda pública de alto rendimiento. Sin embargo, con la tasa de referencia Selic del banco central en el 2,75%, recientemente elevada desde un mínimo histórico del 2%, ese modelo se encuentra bajo presión.

La pandemia afectó seriamente las ganancias en 2020. Aunque las entidades crediticias mantuvieron un saldo positivo, las considerables provisiones para cubrir los préstamos incobrables contribuyeron a la mayor caída en los términos porcentuales en dos décadas, y las ganancias del sector cayeron casi una cuarta parte, según el proveedor de datos Economatica.

Pero es la confluencia de las fuerzas competitivas y los cambios normativos lo que ha planteado interrogantes sobre la trayectoria a largo plazo.

A pesar de una tendencia a la baja en los últimos años, los costos por préstamos en Brasil se encuentran entre los más altos del mundo.

El interés medio anual de un préstamo ha subido al 22% para los hogares y al 11,3% para las empresas, según datos del banco central.

Ilan Goldfajn, presidente de Credit Suisse en Brasil y presidente del banco central entre 2016 y 2019, cree que las tasas bajas han llegado para quedarse y repercutirán eventualmente en el crédito.

La sacudida a los operadores tradicionales y a sus cómodas formas de operar provino de un grupo de empresas de tecnología financiera, o compañías “fintech”, domésticas con menos gastos generales y sin sucursales.

A la cabeza marcha Nubank, que cuenta con casi 35 millones de clientes en Brasil, cuya población es de 213 millones. Tras una recaudación de fondos de US$400 millones este año, tiene una valoración de unos US$25 mil millones, según dos personas familiarizadas con la situación. Otras marcas emergentes son Neon y C6.

Rafael Schiozer, profesor de la Fundação Getúlio Vargas, dijo que, aunque los bancos tradicionales habían adaptado sus productos de inversión, siguen estando por detrás de las empresas de tecnología financiera en el ámbito de los préstamos.

Sin embargo, existe cierto escepticismo sobre cuán grande será la parte de los préstamos que pueden acaparar las empresas de tecnología financiera. Por el momento, los operadores tradicionales siguen teniendo la ventaja de la magnitud, el poder de la marca y la presencia física.

Aunque las bajas tasas de interés tienden a reducir las ganancias de los bancos, brindan las condiciones para ampliar los préstamos en un país con un nivel débil de penetración del crédito.

La Caixa Econômica Federal, de propiedad pública, intenta impulsar la inclusión financiera del tercio más pobre de los brasileños.

La Caixa, que ya es la mayor entidad crediticia por número de clientes, creó 35 millones de cuentas nuevas el año pasado para pagarles las prestaciones por coronavirus del gobierno a personas que antes no estaban bancarizadas y ahora está abriendo nuevas sucursales y promoviendo su filial digital.

"Vamos a ofrecer microcréditos a entre 10 y 30 millones de personas mediante los teléfonos móviles", dijo el director general Pedro Guimarães. "Estos clientes que usan nuestra aplicación y que están entrando en el mercado financiero podrán conseguir microseguros y una tarjeta de crédito barata, paso a paso".

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