Musso (izquierda) en un acto de la Escuela Naval junto a otros oficiales

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Patrullas oceánicas: "Me preocupa que la oferta tan baja venga del único astillero que nunca construyó una OPV", dijo Musso

En entrevista exclusiva con El Observador el contralmirante Musso explicó por qué considera que es un error comprar dos patrulleras oceánicas al astillero español Cardama
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10 de agosto de 2023 a las 09:05

El contralmirante Gustavo Musso, jefe de Estado Mayor de la Armada, pidió su pase a retiro voluntario al comandante de la Armada, Jorge Wilson.

Semanas atrás se conoció un informe de Musso sobre las diversas ofertas que existen para la compra de patrulleras oceánicas (OPV) para la Armada. En ese análisis, el jerarca calificó en el quinto y último lugar al astillero español Cardama, el que finalmente fue elegido por el Ministerio de Defensa.

Musso explicó su posición y las razones de su pase a retiro voluntario en esta entrevista con El Observador.

¿Por qué decidió pedir su pase a retiro?
Estamos en una estructura piramidal y yo lo acepto. Es evidente que la Comisión del Ministerio de Defensa Nacional entiende adecuada la oferta del astillero Cardama. Pero yo entiendo que, habiendo una diferencia tan grande de criterios, no me corresponde seguir en el mismo barco. Entonces corresponde que me baje y que quienes están convencidos sigan adelante con toda su fuerza. Sería hipócrita o falso si dijera que concuerdo con el rumbo tomado en este proyecto. No quiere decir que haya que estar siempre de acuerdo con todo. Pero hay circunstancias en las que uno está convencido de ciertas pautas y no puede hacer un trabajo como se debe. Esta decisión compromete el desempeño de la flota de la Armada en las próximas décadas. Impactará para los próximos 30 o 40 años.

¿Por qué?
Porque si estos barcos no terminan siendo como deberían ser cuando son hechos con la experticia de los astilleros que se dedican a este tipo de plataformas, en algún momento van a dar problemas. Que van a flotar, no tengo dudas. Pero la calidad que tengan determinarán su vida útil y los recursos que haya que poner en su mantenimiento. No estoy diciendo que necesariamente vayan a querer botar malos barcos. Estoy diciendo que respecto a lo que me van a entregar, no hay antecedentes ni propuestas de cómo lo hacen. Esto es una apuesta por alguien que nunca hizo este tipo de trabajo. Mi pregunta es: ¿por qué apostar por alguien que nunca lo hizo? El precio es un factor a considerar, lo entiendo, pero no puede ser un factor aislado. ¿Cómo se llega a ese precio? ¿Estamos ante alguien que sistemáticamente vende estos productos o ante alguien que no calculó bien las cosas? Me preocupa que la oferta tan baja venga casualmente del único astillero que nunca construyo una OPV. Es indiferente lo que el astillero diga, su web indica otra área de experticia. Esa es mi gran duda. ¿Por qué si para comprar un auto tomo en cuenta los antecedentes del fabricante y hasta de la automotora, en este caso de un barco no lo considero? Ahí es donde yo veo que el tema no va.

¿Qué puede pasar si se sigue adelante en el negocio con Cardama?
Hay dos posibilidades. Capaz que los barcos salen bárbaro, que es lo que sinceramente deseo. Que sea el mejor barco del planeta. En ese caso me disculparé. La otra posibilidad es que el barco requiera más mantenimiento, que no dure lo que tiene que durar, que tenga problemas en sus sistemas. Si eso pasa, no se puede pedir dinero otra vez dentro de 10 o 20 años diciendo que el barco no alcanzó las perspectivas deseadas. Tiene que durar en condiciones para lo que fue diseñado y construido. El diseño yo sé que es de la empresa Sintra Naval. Pero mis dudas están frente a quien tengo enfrente y me dice que lo puede hacer. No lo creo; no porque sea malo en sus capacidades de reparación, sino porque me resulta extremadamente raro que quien nunca lo hizo me diga que sí, que lo puede hacer al mismo nivel que los demás. Esta es una industria en la cual hay ciertos costos asociados. Yo no puedo creer que estén todas las firmas de Europa y también las de América compitiendo con precios para perder. Capaz que algún economista debería hacer una verificación: sumar todo lo que tienen los barcos, los equipos, los materiales, la mano de obra. Y ver si los números dan similar a una oferta o a la otra.

Se informó que la embajada de España envió una carta señalando que Cardama es una empresa confiable que ha trabajado con los ministerios de Defensa e Interior de ese país.
De ninguna manera voy a dudar de la buena voluntad del embajador, pero entiendo que hay ciertas inconsistencias en el documento. La carta es una comunicación del embajador de España en Uruguay, en respuesta a una comunicación previa que le hace el subsecretario de Defensa. Sería interesante conocer cuál fue el motivo de la primera comunicación que el subsecretario le envió al embajador. ¿Se han hecho averiguaciones comparables al resto de candidatos? 
Por otra parte, la afirmación que realiza el embajador con respecto a las colaboraciones previas de Cardama con el Ministerio del Interior o con el de Defensa, es llamativa por estar en contradicción con la información disponible en la propia página web de Cardama, en los registros oficiales publicados por el propio gobierno español y en las bases de datos internacionales de buques en operación. En la lista disponible de buques construidos por Cardama en los últimos 22 años no figura ningún proyecto de colaboración en ese sentido.
Además, el apoyo del gobierno español al que hace referencia el embajador “dentro des us límites y competencias”, es una frase no vinculante que no aporta ningún tipo de seguridad jurídica, y que bajo ninguna circunstancia supone una garantía ni contractual ni financiera que avale ni de seguridad al gobierno licitante de que el licitador está en disposición de realizar el contrato. Es más, cabe destacar que el gobierno español no puede intervenir en el devenir de un contrato privado entre una empresa privada española y sus clientes. Esto va en contra del derecho de la Unión Europea, ya que sería considerado ayuda de Estado.

¿Habló de todo esto con el comandante Wilson?
Sí. Y él asume -con respeto por todas las opiniones- que la oferta que tiene por delante es confiable, y está en todo su derecho y autoridad a considerarlo como entienda conveniente. En mi caso, y ello no implica desconocer la autoridad y el criterio del comandante, se me generan más dudas aún porque mis dudas no han sido evacuadas. Entonces entiendo que deben seguir adelante aquellos que realmente creen en esta propuesta, camaradas a quienes por supuesto les deseo lo mejor.

¿Cuál es la función de un jefe de Estado Mayor y cómo se aplica en este caso?
Es el que le recomienda al comandante las acciones a seguir, según un plan o los proyectos que se tengan. Es una función de asesoramiento directa al comandante. Por supuesto que el comandante tiene toda la potestad de tomar el curso de acción que se le aconseja o no: para eso lleva el peso de toda la institución en sus hombros. Hasta ahí mi trabajo.

¿Se siente desilusionado?
Me resulta tremendamente difícil participar en algo que yo entiendo no va con mis convicciones. Que quienes crean en esto empujen con todas sus fuerzas, que le den para adelante. Yo simplemente no tengo esa disposición porque no creo. Estoy en una estructura militar y no puede ser el jefe de Estado Mayor sea el que ponga el freno de mano.

En el primer llamado internacional la oferta mejor calificada fue la china. Es su informe usted desaconsejó comprarle a ese país basado en razones geopolíticas. ¿Por qué?
La capacidad de producción china claramente es brutal y sin duda que ese país tiene una armada muy potente basada en su propia construcción naval. Eso es indiscutible. Pero otra cosa somos nosotros, desde acá, intentando mantener navíos desde las antípodas. El mar es la sangre de la economía global y su seguridad implica grandes desafíos, más para un país como Uruguay. La Armada, con todos sus componentes, es responsable de la seguridad del comercio marítimo. En aquellas naciones que no perciben una amenaza militar directa, la protección de sus bienes se vuelve la misión primaria de sus fuerzas navales. En este caso hablamos de la protección de los recursos del océano: los de ahora y los futuros. Supongamos que para cumplir esa misión compramos barcos construidos en China. Y que ocurra un conflicto extra regional que provoca que existen insumos, repuestos, sensores o sistemas que no pueden ser recibidos a tiempo y que tampoco están disponibles en nuestra región. Eso podría comprometer la acción de los buques. ¿Qué sucede con insumos que están del otro lado del planeta? Puede llegar a pasar que diferentes intereses que están en el medio generen retardos en la cadena logística que dificulten nuestra acción en el mar y nuestra capacidad de despliegue rápido o de operar adecuadamente. No es una duda sobre la voluntad de entregar los mejores barcos que ese país pueda diseñar.

En su informe se pidió valorar más a los astilleros de países que hablan español, porque no hay buen dominio del inglés en la Armada. Llamó mucho la atención.
Afortunadamente en la Armada tenemos personal que habla inglés perfectamente. Su comunicación no solo es fluida, sino exquisita. Tienen un gran nivel de escritura, lectura y compresión. Pero ellos no son la mayoría. Hay otros que entienden bien el inglés, se defienden. Pero también hay un porcentaje elevado con un nivel bajo. Y no lo digo menospreciando a nadie, es una realidad. Es algo en lo que se está trabajando para mejorar. Y seguramente así será. Nuestro personal tiene una enorme capacidad de adaptación. Logran que el material que está a su cargo funcione y opere a pesar de muchas dificultades, y eso es motivo de orgullo. Es una fortaleza de nuestros integrantes. Pero en este caso, estamos hablando de contratos de cientos de páginas con planos, esquemas, características, normas, condiciones, garantías… En caso de una desavenencia, no es fácil plantearlas a distancia. La construcción naval y su control implica conocimiento específico en cada área, y en cada sistema que se instala. Por eso, discutir o proponer ajustes, conciliar diferencias técnicas por teléfono, no es para todos. Tiene que conocerse el idioma, pero también debe estar el conocimiento específico de la materia, y eso no siempre ocurre. No todos los oficiales sabemos todo. Por eso existe la especificidad de cada uno. Por eso, ante igualdad de capacidades de dos astilleros, encontré adecuado considerar un poco más arriba, darle un punto a favor, a los que manejan nuestra lengua madre. Solo un punto a favor por la facilidad de que todos puedan participar de un proceso constructivo de principio a fin.

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