Roberto Moldavsky
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > ENTREVISTA

Moldavsky: "A veces se es muy exigente con el humor y no tanto con otras disciplinas"

El humorista argentino presenta su espectáculo De punta a Punta en Enjoy hasta el 8 de enero
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30 de diciembre de 2022 a las 05:02

El humorista y actor argentino Roberto Moldavsky (60) dice que es el mejor público que puede tener un colega. Desde el chiste más bobo hasta el chasco más rebuscado puede sacarle una sonrisa. Puede ver La pistola desnuda por enésima vez y se vuelve a reír de los mismos gags. Se crió consumiendo mucho humor, sobre todo en la televisión –incluyendo las creaciones de los capocómicos uruguayos de la troupe de Telecataplúm– y desde su juventud la comedia tuvo un rol clave en su vida y en su forma de relacionarse con el mundo.

Después vivió, como dice él, “varias vidas”. Trabajó en la embajada israelí en Buenos Aires, pasó casi una década establecido en un kibutz, un tipo de granja colectiva autosustentada en Israel, después volvió a Argentina y puso junto a un socio una tienda de ropa femenina. Siempre haciendo reír a colegas, amigos y clientes.

Hasta que un día, por probar, se anotó a un curso de stand up. Tenía 48 años. Y fue como que le hubiera caído un rayo encima. Dos años después, a los 50, dejó de vender abrigos y se lanzó definitivamente a hacer humor. A hacer reír ya no solo por gusto, sino también como vocación profesional.

Los diez años siguientes han sido bastante provechosos para Moldavsky, que aunque se define como un bicho de escenarios, también hizo una carrera destacada en radio, televisión (ganó incluso un premio Martín Fierro por su trabajo en el programa La peña de Morfi) y hasta en el cine, con su debut protagónico en la comedia romántica Ex casados, que se estrenó en 2021 en las salas uruguayas.

Pero ahora, dice el humorista, su prioridad son las tablas. No planea volver a la televisión tras su experiencia en la versión argentina de ¿Quién es la máscara?, sino volver al territorio donde se siente más cómodo, el que durante estas semanas lo tiene en Punta del Este, donde hasta el próximo 8 de enero presenta el espectáculo Moldavsky de punta a punta en el hotel Enjoy del balneario (entradas en Suticket.com).

Un show en el que los monólogos, los sketches y la música se combinan para repasar distintos temas cotidianos, desde las vacaciones familiares hasta las dificultades de un hombre maduro para adaptarse al mundo moderno. Un humor que juega con la identificación del público para sacar una risa. Esa que Moldavsky ofrece seguido. “Yo soy un gran reidor”, dice el comediante argentino, en el comienzo de esta charla con El Observador, atravesada por el humor y por la risa, de punta a punta.

¿Qué le pasa cuando está sobre el escenario y ve que el otro se ríe?

Es algo mágico. Es el mejor feedback, pero no solo para el que actúa, cualquier persona cuando cuenta algo disfruta de ver como el otro sonríe. Lo más lindo que te puede devolver una persona es una sonrisa. Hacer reír es algo que siempre me gustó, pero ahora que lo hago profesionalmente, con mucha gente delante, es increíble. Yo digo que una risa es el mejor regalo que te puede dar alguien.

¿Para hacer humor es necesario ser un buen observador de la realidad?

Ayuda mucho, por lo menos para el tipo de humor que yo hago, que necesita de la identificación del otro. Ser un buen observador te ayuda para encontrar esos lugares donde la gente se va a reír porque lo ha vivido, porque lo está viviendo. Entonces es una gran ventaja. No es indispensable o imprescindible, pero ayuda mucho. 

¿Cómo encara sus espectáculos? ¿Cómo se prepara un show de humor?

Es un laburo que tiene varias partes, porque es un show que combina monólogos, sketches, música, entonces vamos tratando de armarlo mezclando esas distintas partes, con la base de los monólogos. Este año teníamos ganas de hacer algo que fuera como dice el título, “de punta a punta”, recorriendo toda mi carrera y buscando aquellas perlas que más nos gustan a nosotros y juntarlo con material nuevo y música nueva. Entonces hicimos un mix que nos parece que es copado para el verano, además de que venimos saliendo de la pandemia y saliendo de un montón de cosas, entonces le buscamos la vuelta por ese lado. 

Roberto Moldavsky

¿Cambia el clima del público en un contexto así, de temporada de verano o es igual todo el año?

Uno presupone que hay un ambiente más relajado, la gente está de vacaciones, con ganas de reírse, y uno mismo está, no sé por qué, con ese chip, así que hay una atmósfera en el show que es muy especial. Lo preparás como un show durante cualquier otra época del año, porque cuando la gente está mal también necesita reírse, pero se da algo que es diferente.

¿Cómo se lleva con la frase “con eso no se jode”?

Yo siempre digo que a veces se es muy exigente con el humor y no tanto con otras disciplinas. En televisión ves asesinatos que realmente pasan, en un noticiero a veces te muestran como alguien mata a otro, o leés en un diario descripciones de cosas terribles. Yo tengo algunos límites personales, porque no quiero herir y no me parece que tenga sentido tampoco. Pero sí defiendo a aquellos humoristas que les gusta ese tipo de humor. Y el humor nunca tiene la culpa de lo que pasa, el humor denuncia. Obviamente hay límites, a mí no me gusta el humor que se ríe de las víctimas, sino el que se ríe de los victimarios. Pero bueno, hay contextos. Hay gente que hace humor negro y lo disfruta y tiene un público que lo disfruta, yo eso lo respeto.

¿O sea que no cree que el humor tenga que tener límites?

En lo personal tengo algunos límites, pero para mí el humor no debería tenerlos, o al menos tiene que tener los que tienen otras disciplinas. Cuando vos decís algo racista, xenófobo o que hiere, no importa si es humor o no lo es, es algo para condenar. En este caso, para el humor aplicaría lo mismo. Debería tener los mismos límites que tienen las otras áreas de expresión.

¿Vivir en Argentina ayuda a hacer humor?

En Argentina hay muy buen humor, siempre hubo y siempre recibimos buen humor de afuera. Yo crecí con la gente de Telecataplúm, con todos esos cómicos uruguayos geniales como Almada, Espalter, D’Angelo. Y había también una gran industria nacional de humor que hay hasta hoy, entonces el público argentino tiene mucha cancha con el humor, con distintos tipos. Por ahí ha pasado Les Luthiers y ha pasado Midachi, todas las opciones. Yo crecí en un país donde (ahora ya no tanto), había mucho humor en la tele. Ahora hay otro tipo de programas que le gustan a la gente, pero antes había mucho humor, y crecí con eso.

¿La política argentina es una fuente de material?

Sí, muchísimo (risas). Da mucho material. En ese sentido les agradezco a los políticos argentinos, las frases que tiran, de un lado y del otro. En lo que hacen por el país no sé si están tan bien rumbeados, pero desde el punto de vista del humor, te dan mucho material. No se agota, al contrario, no das abasto.

Roberto Moldavsky

¿Cómo se lleva con el éxito?

Tengo una visión muy plana del éxito, porque para mí no es cuando vos sos exitoso en una sola cosa de tu vida. Si yo fuese bueno solo en hacer reír y en todo lo demás un desastre, no me consideraría un tipo exitoso, solamente hago reír. Para mí el éxito en el teatro es una parte de la vida que es muy importante, que me sirve para hacer lo que me gusta, el trabajo que me gusta, pero bueno, termina. No es que te vas a bañar y la gente te aplaude cuando te estás secando. Es lo que pasa en esa hora y pico, nada más. O lo que puedas hacer en otras cosas. Por supuesto que es lindo que la gente te salude y te reconozca, que te digan “me has hecho reír”, eso me encanta. Porque aparte me llegó de grande esta vida, justamente capaz es por eso, porque me pasó de grande que me paro de ese lado, de que no es algo para volverse loco tampoco. Yo sé que a veces la gente cuando lo ve de afuera y te escucha decir algo así le parece que es un chamuyo, te dicen “dejame a mí, que a mí me gustaría tener éxito” (risas), pero yo siento que realmente no es más que eso.

¿Qué el reconocimiento te haya llegado después de los 50 entonces ayudó a mantener los pies sobre la tierra?

Sí, yo creo que sí. Y aparte, porque venía de un mundo completamente distinto, del comercio, donde aprendí otro tipo de cosas muy distintas, y como todas las cosas cuando más maduro te agarran, mejor parado te encuentran.

¿Haber vivido todas esas vidas ayuda al momento de hacer humor?

Sin ninguna duda. Ayuda muchísimo, porque vos al haber estado en distintas posiciones en tu vida haciendo distintas cosas, te permite hablarle a más gente, que se va a encontrar en algún lugar con vos. Y aparte, te desarrolla haber vivido. Yo viví tres o cuatro vidas distintas. Porque en un momento estaba ordeñando vacas en Israel y después estás vendiendo abrigos, y después estoy acá de artista. Son muchas vivencias que te van forjando y cuando llegás a la hora de escribir o de actuar tenés todo eso atrás.

¿En 2023 volverá a ¿Quién es la máscara??

No, yo no vuelvo. Por el momento quiero dedicarme más al teatro. La tele me gusta, pero me saca tiempo y energía para el teatro que es lo que a mí más me gusta, dedicarme al humor. Lo único que haría en tele es un programa de humor, ya hice mis experiencias y la pasé muy bien, en La Máscara, en Trato Hecho, en MasterChef, en todos lados la pasé bárbaro, pero necesito enfocar todo para acá. He hecho también la película Ex casados, pero al final todo te distrae. Está bueno, está lindo probar, pero te saca de tu foco, te quita energía y yo vi que soy humorista. A esto me dedico. El escenario es el patio de mi casa.

A esta altura de su vida y su carrera, de todas las experiencias que ha atravesado. ¿Qué es el humor para usted, hoy por hoy?

Es todo aquello que te hace reír. Sé que parece que me estoy sacando la pregunta de encima, pero es tan amplio el humor… Lo que te hace reír a vos por ahí no me hace reír a mí, o al revés, y tu definición del humor, para mí es otra. Me encanta todo aquello donde me puedo reír de algo, o de mí mismo o de algo que yo hago. Eso es lo que más me divierte, no quiere decir que no me ría de un chiste sobre un elefante y una jirafa, pero lo que más me gusta es esa parte ingeniosa donde vos te reconocés haciendo algo y te podés reír de eso. 

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