Diego Battiste

Montevideo, una ciudad amurallada y casi inaccesible para la oposición

La coalición parece haber entregado la capital, que desde hace más de 30 años está en manos del Frente Amplio

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22 de enero de 2023 a las 09:52

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En los últimos 30 años, el dominio del Poder Ejecutivo ha rotado entre el Partido Nacional, el Partido Colorado y el Frente Amplio, y las elecciones generales le dieron al país presidentes de diversas ideologías (los nacionalistas Luis Lacalle Herrera y Luis Lacalle Pou, los batllistas Julio Sanguinetti y Jorge Batlle, y los frenteamplistas Tabaré Vázquez y José Mujica).
 
Sin embargo, en esas tres décadas la intendencia de Montevideo ha permanecido rodeada por una muralla de votos de la izquierda que la ha tornado infranqueable para los partidos fundacionales y sus aliados.

A blancos, colorados y cabildantes les resultará muy dificultoso, al menos en el mediano plazo, recuperar para la oposición montevideana ese enclave estratégico en el mapa político uruguayo.

En el horizonte no aparece ningún nombre opositor como para ponerse sobre los hombros esa empresa que ha estado plagada de dificultades y de fracasos desde que en 1990 Vázquez asumió al mando de la intendencia inaugurando un largo periplo de gobiernos municipales de izquierda.
 
Por el palacio de ladrillo pasaron intendentes de diversas corrientes del Frente Amplio –Vázquez (socialista), dos veces Mariano Arana (Vertiente Artiguista), Ricardo Erlich (MPP), Ana Olivera (Partido Comunista), Daniel Martínez (socialista) y Carolina Cosse (La amplia).

En las elecciones municipales de 2015, la oposición capitalina buscó terminar con esa hegemonía creando un lema accidental, el Partido de la Concertación.

Pero volvió a perder contra la suma de los candidatos frenteamplistas. Edgardo Novick, por aquel entonces un empresario independiente, surgió de esa pugna como una de las figuras departamentales más importantes de la oposición al obtener el 24% del lema accidental, en tanto que Álvaro Garcé (nacionalista) sacó el 12% y Ricardo Rachetti (colorado) solo el 1,8%.

Tras esa elección, Novick intentó proyectarse a nivel nacional con el Partido de la Gente, pero la aventura terminó con la novel colectividad desmigajándose hasta su casi extinción.
 
La alianza bajo el paraguas del Partido de la Concertación tuvo un final pobrísimo al capotar en las internas de 2019 cuando no logró obtener los 500 votos necesarios para sobrevivir como lema.
 
Por eso, en 2020 blancos, colorados y el novel Cabildo Abierto se agruparon bajo el lema Partido Independiente y proclamaron la candidatura común de la nacionalista Laura Raffo. El último intento de los opositores por arrebatarle el poder al Frente Amplio en la capital fue otro fracaso, aunque dejó una esperanza abierta. Raffo alcanzó un respetable 40% de los votos superando lo obtenido por los tres candidatos de la Concertación cinco años antes.
 
El FA ganó las elecciones con un 52% y Carolina Cosse fue electa intendenta con el 21,1% de los votos gracias a la suma de sufragios de sus compañeros postulantes Álvaro Villar (18,5%) y Daniel Martínez (11.9%).

Entonces, Raffo, ya fogueada en esa campaña, fue nombrada presidenta de la departamental montevideana del Partido Nacional y su nombre se convirtió en la esperanza opositora para las municipales de 2025.
 
Pero, como en el caso de Novick, Raffo parece aspirar a un lugar de más relevancia que la IMM y se perfila para competir por la candidatura presidencial en las próximas internas nacionalistas. Así, la oposición capitalina se quedó otra vez huérfana.

Porque para ser candidato se necesita algo de sacrificio o de especial interés en los asuntos de la ciudad, ya que quienes aspiren a presentarse como postulantes a las intendencias no pueden participar de las convocatorias electorales que la preceden como las internas y los comicios nacionales.
 
Así, la lista de posibles interesados se achica considerablemente. El senador blanco Jorge Gandini estuvo dispuesto a resignar cualquier postulación en 2014 para ser candidato en Montevideo. Pero, en aquel entonces, Luis Lacalle Pou señaló a Garcé como el elegido de los blancos en la capital y postergó a Gandini.
 
El parlamentario había advertido que la oposición debía preparar una candidato comunal amasado con el tiempo necesario como para que su nombre prendiera entre los votantes. Pero eso no ha sido posible y, ante las aspiraciones presidenciales de Raffo, Gandini dice que se ha vuelto al punto de partida.

“Ahora hay que poner el reloj a cero, empezar de vuelta y repensar la estrategia en Montevideo sabiendo que lo que hagamos en la capital puede influir en la elección de presidente”, declaró a El Observador el líder de Por la Patria.

Uno de los principales operadores blancos dijo que el asunto es más complejo. “El Partido Nacional tiene un problema casi psicológico con Montevideo. Entendemos muy bien las necesidades de la gente del interior pero nos cuesta mucho conectar con la capital”, advirtió.
 
Allá por 2007, el entonces director frenteamplista de Ancap, Raúl Sendic dijo que el triunfo de la izquierda en Montevideo resultaba algo ineludible. “Ganamos aunque postulemos a una heladera”, ironizó.

Más allá de la exageración, a la oposición en la capital se le deberían abrir muchas puertas, allanar muchos caminos, para que la izquierda deje de sentirse tan imbatible como para presumir de permanecer en el poder incluso apelando a un electrodoméstico.

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