Diego Battiste

Nacionalismos en disputa: un tapado de la campaña electoral

Las diferentes visiones sobre el rol de la nación no están en el debate, pero dividen a la oposición

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14 de septiembre de 2019 a las 05:02

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Los ojos de Beatriz Argimón se abrieron en señal de alerta y apuntaron hacia Luis Lacalle Pou. El colorado Ernesto Talvi, sentado a la derecha del candidato blanco, acababa de advertir sobre lo “malsano” del “nacionalismo”, definiéndolo como un “sentimiento de rechazo al distinto”, y la compañera de fórmula de Lacalle lo interpretó antes que nada como un ataque a su colectividad. Lacalle Pou enseguida miró a su competidor, le hizo una mueca, y sonrió. Talvi entendió lo que pasaba y aclaró: “No digo el nacionalismo del Partido Nacional, por supuesto”.

El contrapunto, que tuvo lugar  hace pocas semanas en un evento organizado por la Masonería, evidencia la polisemia del término nacionalismo. Durante años en el centro del debate político, la discusión sobre la nación y su interacción con el afuera no es un asunto que ocupe un lugar protagónico en los discursos de los candidatos ni en sus programas, o a lo sumo se encuentra reducido a  las visiones sobre la inserción comercial.

¿En qué piensan los blancos, que reivindican el libre comercio, cuando se dicen nacionalistas? ¿Cuál es el nacionalismo de Manini Ríos? ¿Cuánto abreva de los nacionalismos de derecha y qué cosas en común tiene con algunas banderas más propias de la izquierda? 

Globalismo vs nación

El pasado 28 de agosto, el semanario La Mañana –de la familia Manini Ríos– puso el tema arriba de la mesa con una nota titulada “la agenda de derechos y el nacionalismo dividen las aguas en la oposición”. Allí se consignaba un discurso que el excomandante en jefe del Ejército realizó el 25 de agosto y que incluyó, por ejemplo, fuertes críticas al “internacionalismo” de Talvi. “A pocos les interesa la identidad nacional, y vemos algún candidato a presidente de un partido tradicional que se define como internacionalista, como si fuera algo para alardear”, afirmó.

“¿Qué futuro tiene un país así? ¿Vamos a ser un territorio sin sentido donde vengan tres o cuatro empresas multinacionales a llevarnos las riquezas?”, agregó. 

La frase de Manini sintetiza en buena medida la filosofía detrás de su nacionalismo, uno que “reivindica la importancia de que cada país y cada entidad soberana pueda autodeterminarse” sin dejarse permear por “las agendas uniformes” del globalismo, según palabras de Marcos Methol Ferré (hijo de Alberto y asesor de Cabildo Abierto).

El programa del joven partido señala su rechazo “por igual” al “soberanismo de repliegue” y al “globalismo uniforme”. Este último se materializa, según el asesor de Manini, en discusiones y políticas que se “imponen” a lo largo y ancho del planeta “sin reparar en las particularidades de cada nación”. Como ejemplo, mencionó la “ideología de género” o la “agenda de derechos”, que “no repara si está en Egipto, Lituania, o Uruguay”. 

Camilo dos Santos

En esa misma edición, el semanario La Mañana publicó un editorial remarcando que “la apuesta que muchos países hicieron a la globalización y al internacionalismo falló” y que “lo que les queda es lo que tuvo siempre el Estado-Nación con capacidad de tomar decisiones y actuar a tiempo sobre su población”.

Fernando López D’Alessandro, historiador frenteamplista, no titubea cuando se le pregunta qué representa esa línea de pensamiento. “El nacionalismo de Manini Ríos es sin duda un intento de reciclar el viejo discurso nacionalista y patriota del nacionalismo conservador de primera mitad de siglo XX. Representa ese sector que se siente jaqueado, amenazado por la globalización y los cambios del mundo”, dijo a El Observador

López agregó que Cabildo Abierto “reafirma su esencia nacional rescatando un discurso clásico y viejo” cuando lo que el mundo atraviesa  es un proceso de glocalización, en el que “lo nacional y lo local deben reafirmarse a partir de las posibilidades que brinda  el avance globalizador”.

Methol Ferré, sin embargo, evade las etiquetas de “ultraderecha” y se distancia de los movimientos nacionalistas que proliferan en Europa. Aunque Manini insinuó durante la campaña que priorizaría el trabajo de los uruguayos, su asesor dijo que Cabildo Abierto “está en las antípodas de impedir el ingreso de inmigrantes”, como promueven otros movimientos nacionalistas.

“Acá hay una distinción importante. En general se plantea que nacionalismo y patriotismo son distintos. Como que está el patriotismo, que es bueno, y el nacionalismo que es una degeneración. Eso puede aplicar en otras latitudes, como Europa, porque existen varias naciones y el nacionalismo implica encerrarse en un espacio y una lengua. En América Latina es diferente, porque en cierta forma, América Latina es una misma región que se ha disgregado”, argumentó.

En línea con la prédica de su padre, el asesor de Manini afirmó que “es imposible un nacionalismo verdadero en América Latina que no esté vinculado al destino de la propia América Latina”.

Esa visión constituye uno de los puntos de contacto de la agrupación de Manini con sectores de la izquierda, como el MPP (al que el propio Methol Ferré perteneció hace una década), que a través de algunos de sus líderes se encargó de explicitar esa sintonía en la visión de lo nacional. Yamandú Orsi, por ejemplo, destacó su “visión histórica muy latinoamericanista” y su “perfil nacionalista”. Manini Ríos, en tanto, ha reconocido que con el exministro Eleuterio Fernández Huidobro –tupamaro como Mujica– coincidían en varios aspectos de visión geopolítica. 

“Nacionalismo inclusivo”

Si Manini levanta la bandera de lo nacional, ¿dónde queda parado el partido que lleva ese concepto en su nombre? La de “nacionalista” es la única “etiqueta” que acepta Beatriz Argimón. Así lo dice en cada una de sus paradas por el interior del país, en las que reivindica el concepto de “nacionalismo inclusivo”, también mencionado con frecuencia por Lacalle Pou. 

En el evento de la masonería, el candidato blanco explicó que su nacionalismo es “distinto a los nacionalismos de todo el mundo, porque está íntimamente basado en la inclusión y en el sentimiento nacional más puro”. 

Camilo dos Santos

¿Qué significa eso? En sus propios términos, el Partido Nacional se identifica “con un nacionalismo democrático y abierto, que no es movido por ningún sentimiento de superioridad racial ni histórica, sino por un ideal de convivencia”. Es decir, los blancos reivindican la apertura y el sentido de servicio por la patria como un diferencial de su tradición, forjada además en contraposición al coloradismo. 

Daniel Corbo, autor del libro El origen del Partido Nacional y exconsejero de la ANEP, señaló que el PN “nació como partido nación” en “defensa de las instituciones” y luego, “con la Guerra Grande y los intereses extranjeros, la defensa de la legalidad se tornó defensa de la soberanía”. De forma análoga, señaló que “mientras que el primer batllismo tenía la idea de país modelo, y para llevar adelante esa transformación buscó la mayor concentración de poder posible, el Partido Nacional buscaba cumplir las reglas de juego” a través de una “democracia consensualista”.

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