ZACH GIBSON / AFP

Naciones ricas bajo presión para traspasar estímulo del FMI a países pobres

Los miembros de bajos ingresos sólo recibieron US$21 mil millones de los US$650 mil millones de derechos especiales de giro emitidos para amortiguar el impacto de la pandemia

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26 de agosto de 2021 a las 15:45

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Jonathan Wheatley

Los países ricos se encuentran bajo una presión cada vez mayor para que entreguen su parte del histórico paquete de ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) a las economías más pobres del mundo, las cuales están luchando contra el impacto de la pandemia del coronavirus.

El lunes, el Fondo distribuyó US$650 mil millones en derechos especiales de giro (DEG) — una forma de activo de reserva que, de hecho, constituye dinero recién acuñado — entre sus países miembros para ayudar a apuntalar sus finanzas.

Los DEG complementan otros activos de reserva de los países, como bonos, divisas y oro. La última vez que se entregaron fue en 2009, después de que la crisis financiera creara una urgente necesidad de liquidez.

La asignación de esta semana es una parte emblemática de los esfuerzos de los legisladores para abordar las consecuencias de la generalizada recesión desencadenada por Covid-19.

Sin embargo, los fondos se asignaron a los 190 países miembros del FMI aproximadamente en proporción a su participación en la economía mundial. En consecuencia, las naciones de bajos ingresos sólo recibieron US$21 mil millones, según el Fondo. En total, los países emergentes y en desarrollo recibieron US$275 mil millones.

Los US$375 mil millones restantes se destinaron a unos 40 de los países más ricos del mundo, a pesar de que muchos de ellos ya están en vías de recuperación económica, beneficiándose de la amplia disponibilidad de vacunas y de la abundante liquidez proporcionada por sus bancos centrales.

Los críticos dijeron que esos países estaban actuando con demasiada lentitud para encontrar formas de utilizar sus DEG para ayudar a los países más necesitados.

Nadia Daar, directora de la oficina de Oxfam International en Washington, señaló que aunque los US$21 mil millones recibidos por los países de bajos ingresos eran "muy necesarios y serán de gran ayuda", estaban "muy lejos de ser suficientes".

AFP
Fachada del Fondo Monenetario Internacional

El FMI ha estimado que los países de bajos ingresos necesitarán US$450 mil millones en los próximos cinco años para financiar su recuperación de la crisis del coronavirus.

En junio, el G7, un grupo formado por las naciones más ricas del mundo, acordó en principio canalizar US$100 mil millones hacia los países más vulnerables, ya sea en forma de DEG o de préstamos, pero aún no se ha tomado ninguna medida.

Esta semana, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, hizo un llamamiento a los adinerados receptores de los nuevos DEG para que los reasignen a los países que más los necesitan.

Pero es poco probable que los países simplemente donen sus DEG a otros países. Los DEG no son dinero en efectivo, sino un activo de reserva que puede venderse a cambio de efectivo. Los activos de reserva normalmente se mantienen en el banco central de un país, el cual es poco probable que tenga un mandato para ceder sus reservas.

Si un país se deshace de sus DEG y se queda con menos de los que le asignó el FMI, paga intereses por la diferencia. Si un país adquiere DEG y tiene más de los que se le han asignado, gana intereses. Dado que los DEG no tienen fecha de vencimiento, esto comprometería a los donantes a pagar intereses para siempre.

La tasa de interés actual es de sólo un 0.05 por ciento anual, pero pudiera subir, tal vez rápidamente, porque se basa en las tasas del mercado.

Por consiguiente, los planes que se están considerando implican prestar los DEG recién asignados, no donarlos.

Una opción es utilizar el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP) del FMI, diseñado para ayudar a los países más pobres del mundo. Los gobiernos pudieran prestar sus DEG al fideicomiso, el cual, a su vez, pudiera utilizarlos como base para nuevos préstamos.

Desde el año pasado, los países ricos se han comprometido a aportar US$24 mil millones, incluyendo US$15 mil millones de los DEG existentes, para respaldarlo. El FMI espera que se obtenga más de la nueva asignación de DEG. El FMI también está considerando la creación de un nuevo fondo fiduciario de resistencia y sostenibilidad para prestar apoyo a largo plazo a los países pobres y vulnerables, posiblemente incluyendo a aquellos países que no son elegibles para el FFCLP.

Andrew Caballero-Reynolds / AFP
Kristalina Georgieva, directora del FMI

Sin embargo, los críticos han afirmado que, en lugar de aliviar las presiones fiscales, esto se sumará a las deudas de los países de bajos ingresos.

"Los países pobres necesitan subvenciones", dijo Mark Sobel, un exrepresentante estadounidense en el FMI. Pero una reasignación de DEG por parte del G7 "sería un préstamo". Y él advirtió: "Parece una buena idea, pero sería un asunto mucho más difícil de tratar" para quienes lo implementen.

Existe un claro inconveniente para las naciones receptoras: los gobiernos pueden liquidar los DEG y gastar como lo deseen, pero casi todos los préstamos del FMI vienen con condiciones.

"La idea del FMI es que los DEG reciclados se utilizarán para financiar préstamos concesionales. Pero eso despoja a los DEG de la incondicionalidad de las políticas, y se supone que estén destinados a ser un incondicional apoyo a la liquidez", apuntó Stephanie Blankenburg, responsable de la financiación de deuda y desarrollo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés).

Incluso los préstamos concesionales del FMI obligan a los gobiernos a tratar de equilibrar sus presupuestos, lo cual a menudo resulta en la imposición de medidas de austeridad que contrarrestan el apoyo fiscal proporcionado por los DEG, argumentó Blankenburg.

Esta incondicionalidad es, en sí, controvertida: Bielorrusia, Líbano y Argentina han recibido la asignación de DEG de esta semana. Afganistán no puede acceder a su parte porque su nuevo gobierno talibán no ha sido reconocido por los países miembros del FMI.

Esto deja a los legisladores, a los economistas y a los defensores de la ayuda buscando una solución.

Daar, de Oxfam, advirtió que los países ricos no estaban entablando una "discusión seria" sobre la mejor manera de apoyar a las economías de bajos ingresos sin imponer onerosas condiciones.

"No hay suficiente creatividad y estamos muy decepcionados de que el FMI y el G20 no estén tomando la iniciativa en cuanto a cómo mejorar las opciones sobre la mesa", ella comentó.

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