Leonardo Carreño

Panamericano: los entretelones de un proyecto resistido de Lecueder que va camino a juicio

El proyecto nunca materializado del arquitecto Raúl Sichero enfrenta a los vecinos del edificio Panamericano con el empresario Lecueder, que ante los infructuosos intentos de conseguir apoyos por asambleas, concurre ahora a la Justicia

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17 de marzo de 2022 a las 05:01

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La obra del arquitecto Raúl Sichero le valió libros en memoria de su estilo, apuestas ambiciosas nunca materializadas y construcciones emblemáticas a su nombre. Ese legado dejó su marca en la rambla de Pocitos, pero también sigue propiciando polémicas y por estos días enfrenta a los copropietarios del Edificio Panamericano con el titular del estudio de la radio Océano FM, Pablo Lecueder

El empresario pretende llevar a la realidad uno de los viejos proyectos inacabados del prestigioso arquitecto fallecido en 2014, ideado para rodear la estructura del estudio y erigirse sobre el predio en que está enclavado.

Sin embargo, la defensa de la Administración del Panamericano entiende que la obra no se puede llevar a cabo sin el visto bueno de dos tercios de la asamblea de copropietarios del edificio –tal como establece la Ley de Propiedad Horizontal–, algo que Lecueder pretende evitar.

A raíz del diferendo, el dueño de Océano FM solicitó una audiencia de conciliación que se realizará el próximo 31 de marzo. Pero la postura crítica de los vecinos, que por el momento permanece incambiada, hace intuir que esa instancia preliminar probablemente desemboque en un juicio.  

La administración del edificio está representada por el estudio jurídico OPH. Un informe de ese estudio firmado por sus abogados Diego Puceiro y Diego Carbajales, al que accedió El Observador, señala que un eventual acuerdo es un "extremo" que descartan "por entender que no están asistidos de derecho para ejecutar la obra sin autorización de la asamblea". En el escrito del 9 de febrero, la defensa se pone a disposición de los copropietarios para patrocinarlos en el juzgado, aunque cada uno puede conseguir una representación particular. 

La citación del 31 de marzo deriva de una audiencia del pasado 28 de octubre entre la Compañía Uruguaya de Publicidad SA –razón social de Océano FM– y la Administración del edificio, que ya en esa fecha "rechazó la potestad que se atribuye" la empresa para realizar la obra en el predio sin el visto bueno de los copropietarios. Sin embargo, al mismo tiempo denunció que debería emplazarse al resto de los vecinos a "título individual en la medida en que, en caso de prosperar la acción, se verían afectados". 

Los abogados establecieron que en el caso de que el juez autorice la construcción, "el patrimonio individual de cada copropietario podría verse disminuido en su cuota parte de propiedad sobre los bienes comunes del edificio"

Local 013

Primero el estudio de Sichero, más tarde un local bailable y hoy la sede de una radio, la estructura situada a pocos metros del Panamericano ingresa en el debate como el "Local 013" de la propiedad. "El titular (Lecueder) ha intentado de diversas formas llevar adelante un emprendimiento comercial en los espacios aledaños al local, pretendiendo realizar las construcciones sobre bienes comunes del edificio que afectarían además el aspecto arquitectónico del Edificio Panamericano", repasaron Puceiro y Carbajales.

Según el informe del estudio OPH, todos los intentos de Lecueder de trasladar el tema a votación de los copropietarios "fracasaron", dado que "ni siquiera se alcanzó el quórum especial requerido" por ley.

Tres exintegrantes de comisiones directivas consultados para esta nota dijeron a El Observador que las propuestas fueron rechazadas por amplia mayoría y que por eso entienden que la alternativa del empresario es ir a la Justicia. 

Según la citación a conciliación, a la que también accedió El Observador, el abogado firmante Fernando Méndez –abogado de Océano FM– enumera tres objetos del proceso. Primero, argumenta que hay un "espacio bien común de uso exclusivo" de Océano que rodea al Local 013 y que aparece denominado como "00B", "Z" y "A" en el Reglamento de Copropiedad, aunque todas refieren al "mismo espacio físico". 

El asunto se remonta a la propia concepción del edificio en 1958, que tuvo su primer reglamento en versión manuscrita y otra más tarde que fue mecanografiada, según fuentes del edificio. Entre una y otra hay diferencias en las denominaciones que fueron resueltas años después por una escribana. Esa solución, señalan desde la compañía, aclara que todo el predio circundante al estudio corresponde a la empresa para su uso exclusivo. 

Desde la administración del Panamericano afirman que es uno de los aspectos a esclarecer en un eventual juicio. Además, en el edificio consideran que, sea de "uso exclusivo" del local o no, la obra deba ser validada por dos tercios de los copropietarios ya que "altera el aspecto arquitectónico". 

Por el contrario, la defensa de la compañía sostiene que Lecueder sí "tiene derecho a hacer obras, modificaciones o construcciones en el espacio libre bien común de su uso exclusivo"

Leonardo Carreño
El edificio fue erigido en 1958; la crisis de la época frustró la concreción de una segunda pantalla que formara un ángulo obtuso hacia donde hoy están las Torres del Puerto

Por último, su defensa esgrime que para realizar una iniciativa en ese lugar basta con la "aprobación del informe técnico favorable del Arquitecto Director del Edificio", sin necesidad de pasar por una asamblea de copropietarios. Dado que el diseño proviene del propio Sichero, responsable de todo el resto del entorno, la compañía asegura que cuenta con ese visto bueno.

Los patrocinantes de la Administración del Panamericano, en cambio, acotaron en su mensaje a los vecinos que "corresponde precisar" que el arquitecto –contrario a lo que dice la empresa– "cesó en su cargo una vez concluida la obra de construcción del edificio". Es decir, por más que sea el ideólogo de todo el complejo, su firma no tendría ninguna validez para un nuevo proyecto a más de 60 años de culminada la construcción. 

Son todos detalles que la Justicia deberá laudar. Puceiro y Carbajales recomendaron en su carta al resto de los 176 copropietarios llevar a cabo "una defensa de los intereses de los condóminos del edificio lo más centralizada posible", aunque cada uno puede buscar su propia representación. El próximo 31 de marzo, a las 9 de la mañana, las partes volverán a verse las caras. 

El Observador contactó para esta nota al empresario Pablo Lecueder, pero no obtuvo respuesta.  

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