El boom de Paraguay pasó del agro al real estate: por qué para los uruguayos es un buen negocio invertir en ladrillos

Las inversiones uruguayas en diferentes rubros de Paraguay siguen al alza, aunque no con la fuerza de hace cinco años; el sector inmobiliario es el más atractivo

Tiempo de lectura: -'

13 de septiembre de 2021 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

En el 2005 comenzó a darse un fenómeno de inversiones uruguayas en diferentes rubros de Paraguay, atraídas inicialmente por los precios de los campos. “Se vendían campos en Uruguay a argentinos y se invertía en el Chaco paraguayo”, dice Ricardo Scaglia, presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo Paraguaya y cónsul de Paraguay honorario en Maldonado, quien mantiene vínculos hace 30 años con ese país y ha visto la evolución de los negocios entre ambos.

A partir de 2010, se sumaron las inversiones en el sector del real estate y de la tecnología, con algunas empresas uruguayas que incursionaron con filiales.

Desde entonces, los bajos costos operativos, la baja inflación, los precios de los recursos competitivos (en especial la energía eléctrica), la mano de obra barata, las ventajas fiscales (un IVA del 10%), la baja conflictividad con los sindicatos, el buen clima de negocios y las reglas claras para los inversores hacen que Paraguay siga siendo un mercado atractivo.

“Se estima que la economía va a estar creciendo en torno al 4% en el año 2021. El país sigue presentando oportunidades en el sector agropecuario, construcción y servicios”, dice Javier Metre, socio y responsable de las oficinas de CPA Ferrere en Paraguay y Bolivia.

El agro, si bien ya no se dan los resultados de hace unos cinco años, sigue siendo negocio. “Se estima que hay 1,5 millones de hectáreas de uruguayos en el Chaco que están destinadas principalmente a ganadería y, vinculado al agro, también vienen creciendo inversiones de uruguayos en bienes y servicios, tales como venta de fertilizantes, herbicidas, maquinaria, etcétera”, señala.

Afirma Metre que en Ferrere, que también tiene filial en Paraguay, recibieron en el último año más de 30 consultas vinculadas a los sectores de agronegocios, software, real estate y cannabis para instalarse en el país. “La cascada no se mantiene al nivel de los años 2014 a 2016, que fueron récord, pero continúan a buen nivel, si se tiene en cuenta además la situación de pandemia”.

El interés que antes suscitaba el agro para los inversores uruguayos ahora se lo lleva el sector inmobiliario de Paraguay, por los precios accesibles y la rentabilidad que ofrece el mercado.

La gran oportunidad

Asunción, con sus casas bajas de techo de tejas y árboles en las veredas, viene sufriendo una transformación en su tipología urbana desde hace casi dos décadas. En la zona financiera, en torno al WTC, los edificios ganan terreno por sobre las casas que solían albergar a familias de tres, cuatro o cinco hijos. Ahora, esos hijos en su camino de independencia son los que buscan mudarse a apartamentos cómodos, amplios y céntricos, cerca de sus lugares de trabajo, para evitar las horas de embotellamiento.

Este fenómeno, sumado a una creciente clase media con un mayor poder adquisitivo, a la disponibilidad de terrenos a buen precio, a la mano de obra barata, a la baja conflictividad de los sindicatos y a beneficios fiscales, sientan las bases para que los desarrolladores inmobiliarios aprovechen la oportunidad. Según Baltasar Urrestarazu, director de Nuevos Negocios de InfoCasas, hay dos motivos que explican el interés de los uruguayos por inmuebles en Paraguay: la rentabilidad “extraordinaria” que ronda el 8% —mientras en Uruguay es del 5%— y la plusvalía del metro cuadrado de Asunción. “En zonas como lo que sería Pocitos Nuevo, el metro cuadrado está a US$ 1.800, mientras que en todas las zonas de Latinoamérica ronda en los US$ 3.000. Es un mercado en desarrollo y, aunque no se sabe cuándo, lo lógico es que se estandarice el precio”, explica Urrestarazu y agrega que es más fácil conseguir un terreno para construir que en Uruguay.

Comparación de la zona financiera de Asunción.

Latam Invierte, un evento organizado por InfoCasas con el fin de atraer a inversores argentinos para desarrollos de Paraguay y Uruguay, derivó también en que inversionistas uruguayos pusieran el foco en Paraguay. Este año, en su segunda edición, el mismo día del evento cinco uruguayos señaron propiedades en Asunción y otros tantos quedaron en el proceso de hablar con los desarrolladores. En general, los inversores apuntan a apartamentos de uno y dos dormitorios, con mayores metrajes que en Uruguay. Un apartamento de un dormitorio cuesta entre US$ 60 mil y US$ 75 mil, mientras que en Uruguay rondan los US$ 110 mil; y uno de dos dormitorios con dos baños y un metraje 40% más grande que en Uruguay, cuesta en el entorno de los US$ 120 mil, contra los casi US$ 200 mil uruguayos.

Urrestarazu señala que hay otro público interesado: el que tiene ahorros que no le son suficientes para comprar una propiedad en Uruguay pero que puede acceder a una en Asunción en una zona no tan céntrica por unos US$ 27 mil a US$ 35 mil.

“Mucha gente que tiene ese ahorro encuentra la manera de canalizarlo en una inversión en ladrillos, aunque sea en un país que no conoce, pero en un rubro que le genera confianza”.

Las mejores oportunidades se encuentran en la preventa de pozo, y los uruguayos eligen a las desarrolladoras que tienen oficina y desarrollos en Uruguay para confiarles la inversión. Dos ejemplos de esto son las empresas Continents Real Estate y Vitrium.

Más grandes y más baratos

“Veíamos que faltaba una oferta de edificios boutique, de buena calidad, con terminaciones, equipados y ubicados en las zonas del centro financiero para los jóvenes profesionales que quieren vivir cerca de la oficina. La gente está empezando a ganar más y empieza a volcarse al real estate, pero hay falta de productos. No hay una oferta sofisticada de productos para una clase business o media alta”, dice Gonzalo Salgueiro, socio de Continents Real Estate. En la compañía se embarcaron en dos proyectos: Malé, un edificio de seis pisos con 15 unidades en pleno centro financiero a entregarse en 2022, y Firenze, un edificio proyectado para 2024.

Cortesía de Continents Real Estate
Construcción del proyecto Malé, de Continents Real Estate

“Un departamento de vivienda promovida en Montevideo de un dormitorio tiene 40 m2, los de un dormitorio en Asunción son de 50 m2, son grandes comparado con el estándar uruguayo, pero para el paraguayo que vive en casa, le parece chico”, señala Salgueiro. El precio es de unos US$ 85 mil, mientras que los de dos dormitorios, de 75 m2, salen unos US$ 130 mil. “Es un tique más bajo de lo que es vivienda promovida en Uruguay”. El 50% de sus compradores son paraguayos y el otro 50% extranjeros de la región, en su mayoría argentinos y uruguayos. Algo similar le sucede a Vitrium Capital, empresa argentina con presencia y proyectos también en Uruguay. “Hoy el uruguayo elige Paraguay porque por un tique de un apartamento de un dormitorio en Uruguay pueda llegar a comprar dos y aparte con una renta muy similar”, dice Ricardo Mataloni, director comercial de Vitrium Capital.

La empresa desembarcó este año con dos proyectos en simultáneo, el edificio Cero Uno Mburucuyá, con 54 apartamentos en una zona similar a Carrasco, y el complejo de oficinas Vitrium Uno, de 2.500 m2 cerca del WTC de Asunción. Implican una inversión de US$ 12 millones y ya están a la venta. Los apartamentos de un dormitorio más económicos tienen 55 m2 y un valor de US$ 61 mil, los de dos dormitorios con 90 m2 cuestan US$ 110 mil y los de tres dormitorios y casi 120 m2, rondan los US$ 150 mil.

“En Paraguay el costo de la construcción es bastante más bajo, US$ 500 o US$ 700 el metro cuadrado contra US$ 900 y US$ 1.600 de Uruguay y también es más bajo el costo de la tierra”, sostiene. La tasa de retorno por alquileres en Asunción es de entre el 6% y el 8% anual en dólares, mientras que en Montevideo es del 4% al 6%, pero con un tique de entrada mucho más bajo en el primero.

Tecnología pujante

El rubro tecnológico es otro de los que viene fomentando los vínculos con Paraguay. “Tiene un potencial de desarrollo de tecnologías, sobre todo en el tema de la transformación digital. En materia de tecnología hemos avanzado en muchas cosas como país y Paraguay está avanzando en ese mismo sentido, por lo que estamos aprovechando esas oportunidades, replicando las experiencias de lo que hemos hecho en Uruguay”, señala Leonardo Loureiro, presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información. Si bien Paraguay está más avanzado en medios de pago digitales a través de celulares, en otras áreas las empresas uruguayas tienen mucho para aportar.

Según Loureiro, una decena de empresas del sector están operando en Paraguay, ofreciendo servicios de desarrollo de software y, como licencia, asesoramiento, hardware y procesamiento de información para diversos sectores.

ISA es una de las uruguayas con filial en Asunción. Su primer acercamiento se dio en 2006, cuando comenzó a trabajar para una petrolera paraguaya que los eligió como socios tecnológicos para su red de estaciones, para la automatización de los surtidores, entre otras prestaciones.

Asimismo, a través de la red de Partners de IBM, se dio a conocer en el mercado paraguayo, captó la atención de empresas del sector financiero y del público y comenzó a vender sus servicios.

En 2011 ganó una licitación para montar la autoridad de certificación digital. Un par de años después, abrió una oficina en la capital. Hoy cuenta con un equipo fijo de ocho personas en las áreas comercial y de fabricación de software.

La cercanía, el tamaño pequeño que favorece el acceso a quienes toman las decisiones, y una población joven con receptividad y ganas de innovar fueron algunos de los atractivos que vio la empresa uruguaya. “El paraguayo respeta mucho al uruguayo, por el país y como gente confiable, nos siente más iguales. Es mejor la aceptación de una empresa uruguaya que de una de Brasil o Argentina, que son más grandes y van con una postura más altanera”, dice Leonardo Noach, socio y director.

Cuando desembarcaron hace 15 años, el mercado tecnológico paraguayo se estaba desarrollando y las universidades se estaban aggiornando, pero desde entonces el país ha hecho una adopción de tecnología a una velocidad más acelerada que Uruguay, afirma Noach: “Hoy hay un mercado competitivo, es un país bastante más barato que Uruguay en todos los términos y no deja de ser un mercado interesante con un buen clima de negocio”.

Atraída por la economía pujante, un mercado ávido de servicio y de productos, y como parte de su plan de internacionalización, RUA Asistencia, que combina servicios con tecnología, instaló una filial en Asunción hace un año y medio. Está en pleno proceso de contratación, —aspira a llegar a un equipo de 50 trabajadores— y ofrece servicios de empresas financieras y de seguros médicos.

“Estamos muy contentos. El mercado paraguayo nos recibió de muy buena manera, así que será un vínculo de muchos años”, dice Diego Sayanes, cofundador y CEO de RUA Asistencia, quien también destaca que es más económico operar en Paraguay que en Uruguay.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.