Hay momentos, en que cualquiera que mire con atención se da cuenta que un equipo está en un estado especial. Es un poco mental, un poco del alma: ese momento en que, cuando está todo en juego, las cosas le empiezan a salir y se desata. Casi nunca son 80 minutos. Mucho menos: 5, 10, en los que se define un torneo o un partido. Un instante de click, en el que hasta se puede ver la sonrisa cómplice de los jugadores.
Este plantel uruguayo, bajo la forma de Teros o ahora de Peñarol Rugby, tiene unos cuantos. Puede ser en 2014, el offload de Ormaechea y la zancada fijiana de Joaquin Prada para ganarle a Rusia y clasificar a Inglaterra 2015, Puede ser Santiago Arata en el BC Place de Vancouver, en 2018, encontrando el espacio vaya a saber donde, entre grandotes canadienses. O Germán Kessler tirándose al suelo de Kamaishi para recuperar una pelota ante Fiji, y el mismo Arata prendiendo el turbo y corriendo como mario Bros. O Gastón Mieres corriendo en slalom tras una espalda de Felipe Etcheverry en una tarde de octubre en el Charrúa para ganarle a Estados Unidos y clasificar a Francia 2023.
Esta vez fue un argentino, Nahuel Milan, tomando una pelota en un line y haciendo lo impensado: pasando a su espalda para armar un maul independiente de la torre, engañando a la defensa chilena para llegar al segundo try en 11 minutos y poner 18-0 un partido que prometía ser parejo y donde cada punto costaría.
Detrás de esos hay clicks hay mística, garra, pasión. Pero sobre todo hay trabajo. Constante y comprometido, sin concesiones, durante muchos meses. En destrezas, en físico, en planificación. En proyección de hacia donde se imagina a un jugador 2, 4 y 8 años. Lo que permite ir renovando la magia, que sigan apareciendo jóvenes. Y que no pase aquello que se temía en un momento: que cuando el Centro Charrúa adquiriera un nivel profesional e internacional, los más jóvenes se malacostumbrarían a tener todo y sa achancharían.
Hoy la renovación está en proceso. Los Ardao, Civetta o Etcheverry, que eran promesas en 2019, hoy ya son líderes. Inciarte o Pujadas pasaron a ser jugadores de rol a piezas fundamentales. Péculo, que un año antes era tan solo una promesa, se adueñó de la 3 y apareció en las difíciles, como la final. Dos Santos, que dos años antes era un buen jugador de rugby local, se hizo imprescindible con su trabajo a destajo. Bianchi, Arcos Pérez, Basso, afianzaron su lugar como antes lo hicieron los que hace poco eran chiquilines. De la generación 2015 van quedando Dibu Silva, Vilaseca, Magno. Los últimos dos hasta ya son padres. Y el testimonio sigue pasando, y la magia aparece. Faltan los de el exterior, pero tienen bien cuidadas las espaldas.
Peñarol es campeón de la Superliga Americana de Rugby tras ganarle 24-13 a Selknam en la final. Fue el mejor equipo del torneo. Subió varios escalones: fue mucho más completo que el vicecampeón de 2021, mostró ataque, buena obtención, defensa rabiosa pero ordenada. Y en la final tuvo lo que debe que tener un equipo campeón: inteligencia y arrojo para golpear primero, y capacidad de sacrificio para soportar cuando cambió el viento.
Dominó completamente el arranque. Porque controló el juego con el pie, jugó donde quiso, tuvo obtención y se impuso en el contacto y el breakdown, el ofensivo (asegurando cada pelota con apoyos extra para evitar las pescas chilenas) y el defensivo, sacando velocidad al rival impidiéndole jugar al rival. Y sobre todo, saliendo a busca sin dudarlo: con un penal tras una jugada dentro de 22 donde intentó juego vertical y veloz, o con el try de la apertura, nacido de ese juego con el pie dominante: patada arriba de Etcheverry, presión, primera recepción defectuosa de Selknam, otra presión sobre Urroz cuando iba a salir con el pie, tackle y Dos Santos primereando para apoyar. 10-0 en 9'.
Luego el momento del click: el line en 5 yardas, y la magia entre Pujadas, Milan, Ardao y Vilaseca, que se sumó a la jugada de laboratorio), una que no habían ensayado en todo el torneo.
Luego sí fue un partido más normal, más parecido a una final. Con defensas imponiéndose y pocos espacios, hasta irse al descanso 21-3 merced a un penal lejano de Urroz y un drop de Etcheverry en otra jugada profundo en campo chileno.
En el segundo tiempo llegó finalmente la reacción chilena. Con menos recursos ofensivos que Peñarol y apostando a un pack probado y duro, como el Uruguay de 2014-2015. Porque es lógico: el proceso de Chile lleva 3 años, no los 10 de Uruguay.
Ese pack fue muy dominante durante 10 minutos, lo que le permitió un try de maul, tres penales de scrum y dos amarillas, a Milan y Echeverria para el 21-13 con dos más y 15 minutos por jugar.
Pero cuando estuvo contra las cuerdas salió lo mejor de Peñarol: una defensa emocionante, multiplicando piernas y brazos. Flotando por varios momentos, porque salir buscarlos era hacer un harakiri. Capeando el temporal, aguantando sus pelotas en las formaciones, y con una ayudita chilena: a los 67, con un scrum a favor tras knock on uruguayo, Videla embistió a Ardao y el juez dio vuelta el fallo para darle penal a Peñarol, en una jugada que además debió de ser tarjeta.
Hubo alguna zozobra más, pero el partido había terminado allí, Peñarol lo había quebrado mentalmente, y Selknam se dio cuenta que no podría darlo vuelta.
Es otro eslabón de este largo camino del rugby uruguayo, que empezó como DT quien está hoy del lado de enfrente, Pablo Lemoine, que siguió Menees, que ahora apuntalan Bouza, Barreiro, Durán. Después vendrá la ventana de julio, ante rivales muy superiores a los de esta Slar. Pero los habemos: el camino siempre ha sido paso a paso. Siempre ha costado. Y siempre termina valiendo la pena.
Peñarol Rugby (24): 1. Juan Echeverría, 2. Guillermo Pujadas, 3. Ignacio Péculo; 4. Eric Dosantos, 5. Nahuel Milán; 6. Lucas Bianchi, 7. Santiago Civetta, 8. Manuel Ardao; 9. Tomás Inciarte, 10. Felipe Etcheverry; 11. Baltazar Amaya, 12. Andrés Vilaseca (c), 13. Bautista Basso, 14. Rodrigo Silva; 15. José María Iruleguy.
Ingresaron: 16. Emiliano Faccennini, 17. Matías Benítez, 18. Mathias Franco, 19. Diego Magno, 20. Carlos Deus, 21. Santiago Álvarez, 22. Nicolás Roger, 23. Mateo Viñals.
Entrenador: Pablo Bouza.
Tries: Dosantos, Ardao
Con: Etcheverry
Pen: Etcheverry (3)
Drop: Etcheverry
Amarillas: Milan, Echeverría
Selknam (13): 1. Javier Carrasco, 2. Tomás Dussaillant, 3. Matías Dittus; 4. Franco Molina, 5. Augusto Sarmiento; 6. Martín Sigren, 7. Ignacio Silva (c), 8. Alfonso Escobar; 9. Marcelo Torrealba, 10. Rodrigo Fernández; 11. Gaspar Moltedo, 12. Matías Garafulic, 13. Luca Strabucchi, 14. Nicolás Garafulic; 15. Francisco Urroz.
Ingresaron: 16. Diego Escobar, 17. Salvador Lues, 18. Vittorio Lastra, 19. Santiago Pedrero, 20. Santiago Edwards, 21. Benjamín Videla, 22. Juan Zuccarino, 23. José Larenas.
Entrenador: Nicolás Bruzzone
Tries: Try penal
Con:-
Pen: Urroz (2)
Amarillas:-
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