Peñarol subió de golpe a la Liga y ahora se enfoca en las formativas

“Los objetivos a corto plazo los logramos, ahora debemos enfocarnos en otros más profundos, a mediano y largo plazo”, se apura a expresar a Referí, para entrar en el detalle de la importancia de hacer de las formativas el motor del futuro del básquetbol de Peñarol, con una identidad propia y con un perfil de jugadores que marquen el rumbo en el deporte uruguayo, como lo hace en el fútbol, y con infraestructura apropiada para la formación de jugadores.

“Este proyecto comenzó hace un año y poco. Hay que tomar la dimensión de la idea, de los objetivos y de su realización. Porque una cosa es proponerse volver a competir en básquetbol y otra muy distinta es hacerlo con dos ascensos inmediatos. En una institución muy grande como Peñarol, que no participaba en básquetbol desde 1997, eso llevaba a que en el club no hubiera una pelota, un chaleco ni una idea con forma de básquetbol. Por esa razón, después de lo que conseguimos, que cuenta con el apoyo de todo el consejo directivo desde el primer día, entiendo que ese es uno de los grandes desafíos que el club tiene para adelante”, explicó.

Castro lo amplía con más detalles. “Debemos planificar el básquetbol desde un lugar que va más allá de los nombres, de los futuros jugadores, de las personas que estén trabajando y del presupuesto que pueda tener el club para el básquetbol. Lo que se debe plantear Peñarol es hacer un cambio en el básquetbol uruguayo a partir de su influencia a nivel nacional y regional. Para eso tiene desafíos: infraestructura para el básquetbol, porque el Palacio Peñarol es un estadio y no puede actuar como un lugar de entrenamiento, es mucho más que eso. Y el otro punto clave en todo esto es la filosofía de básquetbol que va a llevar adelante Peñarol. Teniendo muy claro que el pensamiento de Peñarol hoy es fútbol y para cambiar esa cabeza será necesario que pase un tiempo”.

Con su ascenso al Metro, que logró cinco meses después de su regreso a la Federación de Básquetbol, se encontró con la obligación de presentar las seis categorías de formativas. Para 2020 también tendrá sub 23.

¿Cómo se conformaron las formativas? Luego de ganar el torneo de Tercera, hicieron una convocatoria para los planteles de formativas y concurrieron 300 niños y jóvenes, de los cuales quedaron poco más de 100 en los seis equipos y en la escuela deportiva. Los equipos los conformaron entre diciembre y febrero, cuando comenzaron las competencias.

El básquetbol juvenil está dividido en ocho niveles, y Peñarol, que logrará un ascenso en formativas, se colocará entre el cuarto y sexto nivel tras su primer año de actividad. El proyecto lo llevan adelante Diego Rivas y Gonzalo Berreta. Entrenan en Reducto, una cancha semicerrada. Con el club tienen un convenio, y Castro explicó que ayudan a mejorar la infraestructura de la institución y Peñarol dispone de horarios de entrenamiento que les posibilita entrenar y jugar. También utilizaron el Palacio Peñarol para algunos partidos.

En su apuesta al futuro, comenta: “Debemos mejorar la calidad del entrenamiento y ese es uno de los grandes desafíos. ¿Cómo se transforma Peñarol en un líder filosófico del básquetbol? Tiene que hacer cambios. En infraestructura y equipamiento y un personal que desarrolle un perfil de básquetbol moderno. Es un concepto muy amplio, pero bajándolo a un concepto cotidiano Peñarol debe buscar un  jugador con conocimiento integral del juego, que domine el tiro externo, el de tres puntos, que sea completo defensivamente, con poder de ataque y con una gran fortaleza física. Todos buscamos eso, pero nosotros, como Peñarol, que nos permite todo porque llega a lugares donde nadie llega, tenemos esa responsabilidad”.

Castro apuesta a transformarse en un club seleccionador de jugadores “con determinado perfil” y desarrollar “jugadores modernos”.

En 2020 no habrá oriundos de Peñarol en el plantel principal. Recién habrá transcurrido un año y medio de su estreno en formativas. “Nos va a llevar mínimo cinco años para adelante”, tener los primeros jugadores oriundos.

¿Cómo se financian las formativas? Con las cuotas que pagan los padres y el derrame de espónsores que tiene el básquetbol, explicó.

“El gran compromiso que tiene Peñarol va más allá de los jugadores elegibles para el plantel de 2020. Las formativas no pueden ser un requisito para poder jugar en la Liga sino para desarrollarse, y eso lo hará sustentable. La historia de Peñarol tiene muchos títulos pero a lo que debe apuntar es a no perder el básquetbol dentro de las disciplinas en la que compite de la institución”, concluyó.

Para terminar de conformar este plantel tuvimos muchas dificultades porque la identificación con el club, la forma de trabajar y la orientación deportiva aún no se dio.