El PIT CNT defendió la decisión de convocar a un apagón y caceroleo para la noche de este miércoles y argumentó que no encontró "otra forma" de visualizar y hacer oír sus reclamos ante la imposibilidad de "convocar a grandes aglomeraciones de personas".
"Lo que nadie nos puede pedir es que no nos movilicemos a favor de lo que entendemos necesario para nuestra población en general y en particular para los sectores más desposeídos. Nunca renunciaremos a ello", afirmó la central sindical en un comunicado, luego de discutir el tema en un Secretariado Ejecutivo que tuvo lugar este martes. "Esta medida no es en contra del gobierno (...) No actuamos en contra de la unidad nacional en momentos donde ella se debe afianzar para enfrentar esta situación", agrega el documento de la central.
La oportunidad de la medida, en medio de la emergencia sanitaria por la propagación del coronavirus, fue cuestionada por el gobierno. El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, calificó a la convocatoria de "desproporcionada" e "injusta".
El argumento del PIT CNT, así como de la intersocial que propuso y también convocó esta manifestación, es que el gobierno no respondió a los planteos formulados la semana pasada cuando, entre otras seis medidas, la central sindical pidió una renta básica que alcance a todos los afectados por la crisis "no comprendidos en la red de protección social", para así "garantizar la alimentación y sanidad de toda la población".
Junto con la renta básica, el PIT CNT propuso "flexibilizar los vencimientos de las tarifas públicas, tributos, alquileres y tarjetas de crédito", así como implementar un control de precios "de la canasta alimentaria y sanitaria", compensar los "jornales caídos" en ramas como el sector doméstico y los trabajos eventuales, así como evitar que se "tomen definiciones unilaterales al margen de la negociación colectiva".
El comunicado también pide al gobierno la generación de "medidas extraordinarias" para atender la problemática de la violencia de género. "Escuchando las reivindicaciones de la Intersocial Feminista es que vemos con alarma el acrecentamiento de la violencia intrafamiliar en estos últimos tiempos", afirma el escrito.
Varios colectivos feministas, así como la directora de Inmujeres, Mónica Bottero, expresaron su preocupación en los últimos días por el posible aumento de casos de violencia doméstica producto del distanciamiento social y la exhortación a permanecer en las casas.
El presidente Luis Lacalle Pou fue consultado sobre el tema este lunes y afirmó que la vicepresidenta Beatriz Argimón se había comunicado con él por esa probelmática. El mandatario definió la situación como un "efecto colateral" lamentable y "muy grave". "A veces este confinamiento o aislamiento trae como consecuencia este tipo de acciones (...) El bien tutelado siempre es la vida", agregó.
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