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Por redes sociales y encomienda: así era la trama de venta de drogas deportivas

Los cinco operativos realizados a bandas de contrabando y venta de sustancias dopantes permitieron conocer cómo circulaban las sustancias

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12 de marzo de 2019 a las 15:41

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Mediante la frontera seca brasileña o a través de barcazas que cruzaban el río Uruguay: así fue que ingresaron al país las sustancias dopantes prohibidas que luego eran comercializadas a deportistas, según informó el Ministerio del Interior y la Secretaría Nacional del Deporte en la presentación realizada este lunes sobre cinco operativos que desbarataron organizaciones delictivas desde octubre de 2017 a febrero de este año.

Tras el ingreso de los productos al país, una de las formas de venta era a través de las redes sociales. En grupos de Facebook se puede encontrar páginas que comercializan sustancias de dudosa procedencia y que se pueden adquirir sin ningún control médico.

La mercadería se entregaba a través de encomiendas, luego de concretar la venta.

En agosto del año pasado se llevó adelante la Operación Fitness, la primera de esta serie de golpes al dopaje deportivo. En ese caso se trató de una banda que operaba desde Rivera y que comercializaba sustancias que llegaban desde Brasil y Argentina a través de las redes sociales, con entrega a domicilio vía encomienda.

También a través de las redes sociales era la forma de venta de anabólicos y esteroides de la banda que fue desbaratada en Mercedes en el marco de la Operación Desembarco, realizada en octubre pasado. En este caso se trataba de productos que ingresaban desde Argentina y que se comercializaban en el litoral del país.

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Parte de lo incautado en la Operación Desembarco

En tanto, la Operación Popeye, la primera realizada tras intercambio de datos del Ministerio del Interior con la Secretaría de Deporte en octubre de 2017, tuvo la particularidad de que la distribución de las sustancias prohibidas de origen paraguayo llegó hasta al menos ocho gimnasios de Montevideo y Canelones, donde las comercializaban a los deportistas.

Por su parte, en el procedimiento Epidemia Silenciosa, en mayo de 2018, incautaron sustancias que llegaban desde Paraguay con ingreso por Argentina y Brasil y se comercializaban en Salto, mientras que en la Operación Fitness II se trató de mercadería de origen estadounidense y panameño que vendían en Montevideo y en la zona metropolitana.

En esos cinco operativos hubo 2.667 productos incautados con un valor de venta al mercado de US$ 125 mil, se requisaron 12 vehículos y se procesó a 21 personas, que fueron enjuiciadas o condenadas, generalmente por contrabando y ofrecimiento comercial o venta de sustancias genuinas por personas inhabilitadas para ello.

Caen los más débiles

Los deportistas que han tenido resultados adversos en Uruguay suelen consumir sustancias de baja calidad, las que no logran superar los controles de los laboratorios antidopaje.

“El deportista que puede acceder a buenos recursos económicos, ya sea a través de sus actividades deportivas, de sus empresas patrocinadoras o de profesionales inescrupulosos, seguramente pueda acceder a muy buenas sustancias que escapan a los controles”, comentó este lunes el director de la Secretaría del Deporte, Fernando Cáceres, quien señaló que hay deportistas menores y mayores que también acceden a estas sustancias, como también mujeres.

“Hay otros deportistas que compran sustancias de segundo orden, que no tienen la posibilidad de acceder a las mejores sustancias y que son claramente identificables por la tecnología que disponemos”, agregó. “En general terminamos castigando a deportistas que no tienen la posibilidad de los recursos para eludir los controles y compran de la manera más vulgar las sustancias en el mercado negro”.

Cáceres recordó que el deportista es responsable de lo que consume y “tiene que hacerse cargo”.

“Es el último eslabón y el más débil en una cadena que empieza con los oscuros corredores de los laboratorios clandestinos y los profesionales que trabajan en esta industria del dopaje a nivel mundial, integrada por organizaciones criminales con ramificaciones en todos los continentes que llegan a nuestro país”, comentó.

“El castigo a un deportista tiene que ver con la responsabilidad por el consumo de sustancias que están prohibidas. No debe haber ningún deportista federado en nuestro país que no esté al tanto de cuáles son las sustancias prohibidas”, agregó el jerarca.

Una década
Se estima que los laboratorios clandestinos están adelantados 10 años con respecto a los antidopaje. “Se consumen inhibidores que eliminan los rastros de las sustancias, por esos se aguardan las muestras B por 10 años, porque se estima que tenemos un retraso de 10 años con respecto a la tecnología de los laboratorios clandestinos”, explicó Fernando Cáceres.
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