Diego Battiste

Qué dejan los primeros 100 días de Lacalle Pou y cuáles fueron sus tres momentos más complicados

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05 de junio de 2020 a las 12:51

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El lunes el gobierno de Luis Lacalle Pou cumplirá los primeros 100 días de gestión y en esta edición de EnClave analizaré las primeras 14 semanas de este gobierno de coalición, que por su intensidad pareciera que llevara un año en funciones. La mayor parte de esa intensidad la explica el coronavirus pero, como veremos, no solo.

La edición de Fin de Semana de El Observador que se publicará este sábado será un número especial para repasar los 100 días de gestión, con entrevistas a dos ministros y al politólogo Ignacio Zuasnabar, muchas notas con contexto para entender al nuevo gobierno, así como los análisis de Adolfo Garcé, Nelson Fernández, Miguel Arregui.

Esta newsletter incluye cuáles fueron los tres días más difíciles para el presidente y su equipo, un contrapunto entre lo que Lacalle prometió en su primera entrevista y lo que pudo hacer. EnClave de hoy es XL, así que empiezo por el final: las conclusiones, con un concentrado de las 14 semanas traducidas, que termina con un análisis de las principales figuras del gobierno.

 

El análisis del comienzo de su mandato

Leonardo Carreño

  • No fue pompita. Con la campaña electoral redonda que había hecho, Luis Lacalle Pou ya había demostrado su crecimiento personal y político. Pero si alguien aún creía que el presidente no estaba preparado para gobernar, el manejo que hizo de la crisis sanitaria despejó cualquier atisbo de duda que podía quedar.
     
  • La crisis como oportunidad. Los 100 primeros días están marcados por los 87 de crisis sanitaria. Si bien antes y después pudo introducir otros temas, el ataque al coronavirus fue el foco principal. Y el muy buen manejo de esa situación que está haciendo (va a llegar a los 100 días de gobierno con menos de 100 casos activos de Covid-19) le sirve también para asumir un liderazgo fuerte. Tiene la espalda más ancha para soportar críticas, pudo silenciar a todos los que cuestionaban su rumbo y le permitirá avanzar en otros asuntos de su agenda que debió dilatar. También fue inteligente al buscar apoyos en la ciencia. Eso, además de dar muchísimas garantías ante cada paso que da, lo blinda de críticas que al principio podían hacerle daño.

    Leonardo Carreño
  • Los puntos débiles: economía y empleo. Si bien la reacción del gobierno fue criticada por cuidar más la economía que la salud, la realidad demuestra lo contrario. En lo sanitario los resultados están a la vista. En lo económico y social el Poder Ejecutivo tomó varias medidas, pero la profundidad de la crisis que deja el coronavirus es tal que la afectación al empleo será gigante. El presidente se ha mostrado activo en la búsqueda de nuevas inversiones. Tal vez falte atender más, con mejores posibilidades crediticias, a las empresas que ya estaban complicadas y esta situación las dejó al borde del precipicio.
     
  • Liderazgo fortalecido. Los primeros 100 días de gobierno también dejan a un presidente mucho más fuerte. No es habitual que en poco más de tres meses se destituya a tres jerarcas. Con ello cumple lo que pedía desde la oposición de sacar a la gente que comete errores. También pasa un mensaje a todo el resto de los cargos de confianza: si hay errores, se tendrán que ir. La crisis sanitaria obligó a concentrar poder en la Presidencia y si bien es imprescindible la negociación en un gobierno de coalición, Lacalle no ha compartido el poder. Negocia sí lo necesario, que es en el Poder Legislativo. Pero en el Ejecutivo, cuando dice que el responsable último es él, también fortalece la idea de que es quien tiene la última palabra en todo.
     
  • Socios complicados entre sí. Si bien la ley de urgencia está pasando por estas horas la primera prueba del Senado con mucho éxito, estas primeras 14 semanas de gobierno de las 260 de todo el mandato ya alertaron sobre varios problemas por perfilismos que puede tener la coalición. Algunas actitudes de Manini Ríos (desaparecidos, UPM y Caputto, por ejemplo) generaron encontronazos. Las peleas entre Talvi y Sanguinetti, también. Pero los blancos mostraron además diferencias internas que pueden ser peligrosas. Tanto, que han demorado de una manera poco esperable las nominaciones para muchísimos cargos.
     
  • Una oposición a la altura de la crisis. El Frente Amplio no ha encontrado mucho ángulo de tiro para pegarle al gobierno. Y los que ha encontrado, Lacalle ha tenido la habilidad (y en algunos casos la suerte) de poder cerrarlos bien. El no tener liderazgos claros deja más débil a la coalición de izquierda. La imposibilidad de realizar aglomeraciones también limitó mucho -hasta esta semana- la protesta de los sindicatos. En el manejo de la parte sanitaria el sistema político reaccionó, salvo excepciones, con altura y responsabilidad republicana.
     
  • Oportunidad en el exterior. Haber encaminado la crisis sanitaria de la manera que lo hizo, sumado a la visión humanitaria que le dio el gobierno desde la cancillería para ayudar a otros países a repatriar a sus ciudadanos, consolidó la imagen seria que Uruguay ya tenía para buena parte del mundo. Eso es una oportunidad a futuro para buscar atraer nuevas inversiones y a la vez lo puede ayudar a conseguir mejor financiamiento.

    Camilo dos Santos
  • Educación. La crisis postergó el debate que el gobierno quiere dar para reformar la enseñanza.
     
  • Déficit. Era el objetivo principal en materia económica, con una presión muy intensa de las calificadoras. El mundo cambió y todos los países dejaron de lado ese tema. Uruguay ya lo asume y sabe que también le tendrán más paciencia.
     
  • Seguridad. Es la gran apuesta del gobierno y si bien tiene algunos buenos resultados para mostrar, no son significativos porque se dan en medio de una caída muy intensa de la actividad. A la vez, en materia de seguridad humana, como le llama el presidente, la violencia intrafamiliar muestra por estas horas su peor cara.

    Leonardo Carreño
  • Su equipo. Quedó claro que el hombre fuerte del gobierno es Álvaro Delgado. Con la crisis del covid-19 asumió un protagonismo mayor aún, pero funciona como un jefe de gabinete que está arriba de todos los temas. Otras figuras que destacaron en estos 100 días fueron el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, con una presencia intensa en comunicación y acción, y el canciller Ernesto Talvi, que se prendió con fuerza a su objetivo de repatriar a los uruguayos varados y en fortalecer la imagen internacional de Uruguay con el corredor humanitario, aunque ello llevó a relegar a segundo lugar su agenda comercial y a ni siquiera considerar como un tema importante la conducción política del partido que lidera. A la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, pareció comerle la cancha el director de la OPP,  Isaac Alfie. No por una mala relación entre ambos ni una puja de poder, sino porque se lo ha visto más cómodo en el rol de la comunicación. La vicepresidenta Beatriz Argimón, al igual que la tarea legislativa, estuvo relegada en buena parte de estos 100 días. Pero tomó mucho más protagonismo en las últimas semanas con la ley de urgencia.

 

La primera entrevista y lo que hizo

El 2 de marzo El Observador publicó la primera entrevista del presidente. En el siguiente cuadro tendrás algunas frases que dijo allí, contrastado con el avance o las señales que mostró en estos 100 días:

Lo que dijo

Lo que hizo en los 100 días

Cómo le gustaría que lo midieran: “Tengo como parámetro de un buen gobierno el concepto de la libertad. Si un gobierno termina y los uruguayos son más libres, el gobierno fue bueno”.

 

En uno de los momentos más críticos, cuando debió enfrentar la crisis sanitaria, demostró que ese valor lo pone por encima de todos y se resistió a aplicar cuarentena obligatoria. Apeló a la libertad responsable de los uruguayos y le salió bien.

Buques insignia
I:
“La situación habitacional de muchos uruguayos”.

En estos 100 días no hubo señales aún de trabajo en ese sentido. En muchos aspectos la pandemia trastocó objetivos.

II: “La seguridad humana, que es algo más amplio que la seguridad pública. Yo no puedo entender una sociedad que tiene una escalada de violencia delictiva, intrafamiliar, en el tránsito, en la escuela”.

En seguridad pública mostró mucho. Más presencia policial, comunicación más activa, respaldo a los efectivos.
En seguridad humana si bien hubo algunas señales, los resultados son malos. Aumentaron los homicidios y sobre todo en los últimos días la violencia intrafamiliar parece pasar por un momento crítico.

III: “El tema educativo (...) Quizá tengamos que dar algunas discusiones, algún intercambio con el statu quo de algunas corporaciones”.

Aquí hubo cero avance. La suspensión de clases, los esfuerzos para mantener a los alumnos en contacto con los docentes y luego la preparación del regreso concentraron toda la energía en estos meses.

Visto de otra manera: no se aprovechó el parate para empezar esas discusiones profundas.

La responsabilidad. “Lo que no estoy dispuesto a delegar es la responsabilidad. Delego la acción pero no la responsabilidad”.

Frase que repitió decenas de veces luego desde el gobierno y que también la aplicó. El criterio de pedir responsabilidad está patente en las destituciones que ya realizó en Antel, CND y la Armada, además de otros cargos menores en el MSP, ASSE.

Presencia policial. “La presencia de la policía constante en el patrullaje, en la ronda, que los uruguayos entiendan que esa presencia va a estar”.

Eso se cumplió desde el día dos y se mantiene. El análisis de los resultados de eso también está empañado por la pandemia. Se lo podrá valorar cuando todo vuelva a algo parecido a la normalidad.

Ahorro estatal. “Es inentendible que Uruguay tenga 15 mil vehículos. Vamos a tener menos flota oficial”.

En ese rubro en concreto aún no hay noticias de recortes. Emitió un decreto realizando ahorros en todas las dependencias del Estado que luego fue matizado con varias excepciones.

¿El ahorro de US$ 900 millones por año se mantiene? “Tenemos toda la intención de así hacerlo. Dentro de un año nos podemos volver a juntar y evalúan”.

 

La crisis derivada del coronavirus, nuevamente, le dio un argumento contundente para ya asegurar que eso no será posible cumplir.

 

 

Los tres días más difíciles de los 100 días

Leonardo Carreño

Fueron 100 días intensos. En el equipo más cercano de Lacalle Pou, en el piso 11 de la Torre Ejecutiva, destacan tres de ellos como los más difíciles.

  1. 13 de marzo. El presidente, junto al secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, volaban en helicóptero desde Bella Unión, donde habían estado ese viernes para la inauguración de la cosecha de arroz. Durante ese vuelo, Delgado recibió un mensaje que cambió todo. El piloto siguió camino a Montevideo, pero el GPS político de Lacalle quedó recalculando. El presidente del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) los alertó que Uruguay tenía sus primeros casos de covid-19. Llegaron a la Torre Ejecutiva, reunieron al Sinae, anunciaron la noticia y empezó una carrera que, si bien aún no terminó, ya muestra resultados positivos.
  2. 21 de marzo. El fin de semana siguiente, tal como te contamos luego y después él admitió en una entrevista, Lacalle Pou se sintió extremadamente presionado. Creía en su fuero íntimo que no había que decretar la cuarentena obligatoria, pero la enorme mayoría le aconsejaba lo contrario. En público y en privado. La presión social la sentía por las redes, en el mano a mano y por los medios. De los médicos y de los políticos. Según cuentan en su entorno ese fin de semana la pasó muy mal. Pero el lunes se terminó de decidir y le hizo caso a su voz interior: aplicar restricciones, pero no obligar a los uruguayos a encerrarse.
  3. 31 de mayo. Este último domingo el país amaneció conmocionado con la ejecución de tres infantes de marina de la Armada que realizaban una custodia en el Cerro. El caso alarmó al presidente y su equipo que ese mismo domingo se fueron a trabajar a Torre Ejecutiva. En las primeras horas no descartaron ninguna hipótesis, incluídas las de un ataque ideológico o un ataque narco. La evidencia que fue llegando hizo poco a poco descartar la primera y debilitar la otra. Si bien está identificado y en prisión el responsable -ante una resolución policial y judicial muy rápida- aún quedan varias dudas sobre este episodio que este viernes tuvo una nueva señal preocupante.
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