Qué pueden hacer las empresas para mejorar la salud mental de sus trabajadores

Algunas acciones sencillas y de reorganización pueden ayudar a las personas a reducir el estrés, mejorar su productividad y alcanzar una mejor calidad de vida en lo laboral y en lo personal

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01 de julio de 2021 a las 05:02

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Insomnio, ansiedad, depresión y estrés son elementos que no son ajenos a la dinámica laboral, sea del rubro que sea, pero que se vieron potenciados por el contexto de pandemia desde hace un año y medio.

En el webinar Trabajo en pandemia: impacto en la salud mental de los colaboradores, organizado por la Asociación de Profesionales Uruguayos en Gestión Humana ADPUGH), el investigador y docente Javier Labarthe, especialista en Psicología del Trabajo, de las Organizaciones y Recursos Humanos, señala que la crisis generada por el covid-19 saca a la luz algunos hallazgos que se hicieron hace varios años con respecto a la salud mental vinculada al trabajo, como por ejemplo, cómo el estrés psicológico producto del trabajo puede afectar a la salud en general y cómo está asociado con las enfermedades cardiovasculares.

“Sabemos que la salud mental de los trabajadores es un aspecto importante para las organizaciones por la salud mental en sí misma, pero también por el impacto que puede tener en el negocio”, afirma.

Con la pandemia a los retos laborales se le sumaron nuevos generadores de estrés, como el miedo al contagio de la enfermedad, las medidas de distanciamiento social y el adoptar nuevas modalidades de trabajo. “Hay evidencias que muestran que en los países donde tuvieron que hacer cuarentenas obligatorias el nivel de salud mental fue peor. Esa medida de pérdida de control del ambiente también genera estrés para los individuos”, señala Labarthe y agrega que según una encuesta de Oracle y Workplace Intelligence, el 78% de los trabajadores dijo que la pandemia impactó negativamente en su salud mental.

El uso intensivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y el trabajo remoto implicaron también el aislamiento de los equipos de trabajo, que suelen ser fuente de apoyo y contención para manejar el estrés laboral y la carga de trabajo.

Otro aspecto que también atenta contra la salud mental es la conciliación entre la vida laboral y la personal, que en muchos casos requiere de reestructuras y articulación de actividades, en especial, para aquellos trabajadores con hijos pequeños. Esta disolución de la línea entre el ámbito privado y el laboral también hace que se pierdan algunas rutinas saludables.

La persona al trabajar desde su hogar pierde la regulación que le genera el contexto y muchas veces al organizarse de forma autónoma trabaja más horas o hasta muy tarde, se saltea comidas, etc., que también impactan en el bienestar”, dice el investigador y agrega: “Estos aspectos modifican los factores psicosociales que tienen que ver con el entorno organizativo que se da en el trabajo y pueden transformarse en un factor de riesgo psicosocial o para la salud”.

Según un estudio en el que participó Labarthe realizado en organizaciones de diferentes industrias (tecnología, farmacéutica, servicios financieros, educación) desde abril de 2020 a junio de 2021, en México, Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Uruguay, un 13% de los trabajadores señala niveles altos de ansiedad y un 70% nivel moderado alto: “no es problemático, pero vemos que toda la población tiene algún grado de ansiedad por la pandemia”, aclara.

Para el experto, lo que sí puede ser problemático es el tecnoestrés, generado por el uso de la tecnología, ya que el 85% describió el cansancio por las TIC en un nivel alto. De los encuestados, el 82% también dijo tener entre 1 y 4 síntomas asociados con el estrés (como dolores de cabeza y contracturas) y el 54% señaló haber tenido problemas de conciliación o mantenimiento del sueño.

“Creo que las organizaciones se están planteando cómo resolver o afrontar lo que está pasando con la salud, pero también es importante entender a futuro el impacto del teletrabajo para disminuir los riesgos que suponga”. Según Labarthe, la vuelta a la presencialidad también impactará en los espacios de trabajo que “tendrán que estar diseñados para la mayor interacción” y para fomentar “el aspecto social del trabajo que no se obtiene de forma independiente”.

La pérdida del contacto social y de interacción de los equipos impacta directamente a las personas y, para Labarthe, al pensar en el trabajo pospandemia en formato híbrido hay que tener esto en cuenta, así como desarrollar en los trabajadores las capacidades de autorregulación y autoorganización para gestionar el tiempo de forma más eficiente.

“Lo que se ve en la pandemia es que ha aumentado la productividad de las personas pero a un ritmo que no es sostenible a lo largo del tiempo. El futuro tendría que ser más equilibrado entre el trabajo y el disfrute”.

Antídotos para mejorar la salud mental

Andrés Lachaga, Business Support Manager & SHE Officer de Roche, fue otro de los expositores del webinar. En la farmacéutica venían trabajando ya en 2019 sobre un programa de protección de la salud mental, pero con la llegada de la pandemia en 2020 aceleraron su implementación. Para atender y mejorar la salud de sus empleados, realizaron en primera instancia una autoevaluación, luego un plan de implementación, encuestas de factores psicosociales y entrevistas personales, un plan de acción y finalmente llegaron a la creación del programa “Vive bien. Trabaja bien”, que se aplica a nivel global dentro de la compañía.

El programa se enfoca en tres ejes de acción (tecnoestrés, percepción de las demandas laborales actuales y por covid, y síntomas de estrés/ansiedad) que se aplican en la actividad diaria.

Con respecto a las demandas laborales, crearon pautas de trabajo con los equipos sobre cómo organizar las reuniones: “en ellas se tiene que definir para qué es la reunión así la persona ve si tienen que asistir o no”. Otra cosa que establecieron fueron las Golden Hour, períodos de horas en los que pueden fijarse las reuniones —de no más de 50 minutos—, respetando los horarios para almorzar y los descansos posreunión.

“En la organización de los tiempos, era necesario establecer horas para que las personas se concentren en el trabajo puntual”, señala Lachaga y menciona que también instauraron que los viernes de tarde no hay reuniones y que el personal puede utilizarlo para algo de índole personal que tengan que hacer.

Con respecto a la utilización de tecnología, acordaron programar los mails que se escriban fuera del horario laboral para que lleguen al otro día. “Mucha gente en esto de conciliar vida y trabajo se toma tiempo del día para la familia y después continúa trabajando de noche, pero puede que a la otra persona le llegue un mail fuera de hora y siga enganchada con el trabajo, por eso la importancia de programar los mails”, argumenta.

Otro punto acordado fue utilizar las vías de comunicación establecidas por la compañía para el chat y no usar Whatsapp. También desarrollaron trabajos puntuales sobre cómo conciliar la vida doméstica con la laboral e implementaron un protocolo de atención psicológica y un servicio apoyo psicoterapéutico.

Para reducir factores de estrés desde el punto de vista físico, realizaron revisiones ergonómicas de las casas de cada uno de los trabajadores (de forma virtual), para conocer las condiciones de trabajo de cada persona y ayudarlos a mejorar.

En Uruguay, la empresa Emedical Group es la única certificada bajo el modelo de Empresa Saludable de AENOR. Cecilia Gutiérrez Montossi, gerenta de Gestión y Desarrollo Capital Humano de la compañía y docente de la Coordinadora de Psicólogos del Uruguay, cuenta que con la pandemia tuvieron que reforzar los programas que cuidan la salud mental de su personal.

“Desde hace cuatro años tenemos todos los años un ciclo de mindfulness para trabajar temas como el manejo del estrés y el control de la ansiedad. Este año incorporamos un espacio de contención emocional a cargo de una psicóloga, en el que los funcionarios tienen una consulta individual donde pueden trabajar los temas que les preocupan”, dijo a El Observador. A través del mindfulness buscan la prevención y la adquisición de herramientas para el desarrollo del bienestar.

“Es muy importante que las empresas se ocupen de estos temas. La conciliación entre la vida privada y la laboral también es otro aspecto que hace a la salud mental, no es solamente tener psicólogos, es respetar los tiempos y las necesidades de las personas, el desarrollo familiar, personal, los tiempos de descanso, la flexibilidad. Son todos aspectos que hacen a la salud mental y las organizaciones tienen mucho para dar o potenciar al respecto”, dice Gutiérrez.

La empresa también ofrece a sus trabajadores otros programas de bienestar, como seguimientos nutricionales y planes contra el tabaquismo. “Es muy difícil diferenciar salud mental de física, entendemos a las personas como un todo, por eso, todo lo que se hace para potenciar una buena cultura, un buen clima laboral y hábitos saludables apuntan a un buen desarrollo de la salud mental de los trabajadores y de sus familias”.

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