Se avizora un 2020 de oportunidades para la lechería

“El año que viene será de oportunidades, hay chances de que la lechería retome un camino de crecimiento sustentable. Debemos generar una base sólida de crecimiento que permita que en los años que vienen aumente el número de vacas y de tambos”, dijo a Blasina y Asociados Justino Zavala, integrante de la Agremiación de Tamberos de Canelones.

La producción de leche continúa su camino de recuperación. En noviembre, por primera vez en el año, la remisión a Conaprole superó a la de igual mes de 2018. Sumando la producción enviada a todas las industrias, en octubre alcanzó los 214,2 millones de litros, apenas por debajo del récord de 215,8 millones del año pasado, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de la Leche (Inale). Aunque sigue por debajo de los volúmenes del año pasado –que fueron récord–, se trata del tercer mejor octubre de la serie, que comienza en 2002.

En ese marco, la falta de lluvia en la cuenca lechera en las últimas semanas de noviembre perjudicó la calidad de las pasturas, repercutiendo en la producción y llevó a que la caída estacional que se da a lo largo de noviembre fuera más acentuada, explicó a Blasina y Asociados Alejandro Pérez Viazzi, vicepresidente de Conaprole.

Mario Fossatti, coordinador lechero de la Federación Uruguaya de Grupos CREA (Fucrea), consideró que tras un período de iliquidez muy fuerte los productores se están recuperando gradualmente. Para el año que viene, en la medida que las condiciones climáticas sean normales, se confirme una estabilidad en precios internacionales y las industrias puedan volcar mejores precios a los productores en el pago por la materia prima, el especialista estimó que podría alcanzarse la producción de 2018, con una suba entorno al 5% frente a este año que cierra.

El precio mejora en pesos, pero no en dólares

El precio de leche al productor ha sido un fuerte punto de reclamo por parte de los tamberos, y aunque viene registrando mejoras consecutivas en pesos, no ocurre lo mismo medido en dólares.

En pesos, subió en octubre por cuarto mes consecutivo y alcanzó un promedio de $ 11,22 por litro, de acuerdo a los datos publicados por el Inale. En lo que va del año acumula una suba de 19%, partiendo de un promedio de $ 9,46 por litro en diciembre de 2018.

Sin embargo, medido en dólares, el pago por litro no se mueve y mes a mes amplía la brecha con el dato del IPC. En octubre promedió US$ 0,30 por litro por tercer mes consecutivo, el mismo valor registrado en octubre de 2018. Mientras, el tipo de cambio en este último año subió 13% si se tiene en cuenta los $ 32,89 por dólar promedio de octubre de 2018 frente a los $ 37,30 promedio de mismo mes este año.

“Si hay un equilibrio económico-financiero la producción seguirá aumentando. Para que el productor tenga capacidad de reinvertir tiene que tener un precio de seis centavos por encima del costo. Esto sucede en el caso de los productores de punta que tienen costos del orden de 24 centavos de dólar por litro, mientras que el resto tiene costos superiores, del orden de 30 centavos de dólar, empatando la cuenta y quedando sin margen. Es ahí donde entra la vaca gorda a frigorífico”, dijo Zavala.

Aunque la producción viene en recuperación y posiblemente cierre el año en volúmenes muy similares a los de 2017, no se ha visto reflejado en la facturación bruta de los establecimientos lecheros. En los primeros 10 meses de 2019 fue la más baja de los últimos cuatro años, con un total de US$ 483 millones, un descenso de 13% comparado con los US$ 557 millones del mismo período del año pasado. Es necesario regresar a 2016 para ver un monto de ingresos inferior, en el entorno de los US$ 398 millones.

Menos cierres de tambos

La adversidad que ha enfrentado el sector lechero en los últimos años se tradujo en un alto número de productores que abandonaron la actividad. Sobre este punto, Fosatti consideró que el número de productores va a seguir bajando en 2020, pero en línea con la tendencia histórica, posiblemente a un menor ritmo que 2019. “Viene quedando la misma área ocupada, con menos productores, con las mismas vacas y un poco más de producción”, apuntó.

Pese a las dificultades, se observan señales alentadoras, tanto desde el lado productivo como comercial, que generan un cauto optimismo.

Por un lado, están las perspectivas de estabilidad de precios para el año próximo y una demanda sostenida de lácteos. En la plataforma electrónica Global Dairy Trade (GDT) –liderada por Fonterra– los precios registraron cinco subas consecutivas y una baja marginal en la última subasta. El índice de precios GDT se ubicó en US$ 3.467 por tonelada. La leche en polvo entera –principal producto exportado por Uruguay– avanzó por tercer remate consecutivo a US$ 3.331 la tonelada.

Esta demanda sostenida se ha visto reflejada en las exportaciones de lácteos de Uruguay. En noviembre fueron las más altas de los útimos 12 meses, en volumen y en facturación. Se exportaron 23.068 toneladas por un total de US$ 72 millones. “Los negocios han tenido una fluidez interesante. La situación de precios también es un poco mejor”, consideró el vicepresidente de Conaprole.

El peso de un gigante

China pasa a ser un actor clave. En octubre se ubicó como el principal comprador de lácteos uruguayos con más de 3.000 toneladas, fundamentalmente leche en polvo entera. “En el mapa de las exportaciones, Argelia sigue en el primer lugar en lo que va de este ejercicio, Rusia está en segundo lugar, Brasil en el tercero, pero es probable que en los próximos meses sea superado por los negocios que estamos haciendo en China”, dijo Pérez Viazzi.

“Este último tiempo hemos tenido muchas visitas de clientes chinos y se han ido concretando negocios y en los próximos meses seguramente pase a ser nuestro tercer principal destino de exportación”, explicó.

Y la oferta mundial de lácteos parece que se mantendrá estable, sin grandes cambios esperados en la producción de leche en los principales países proveedores. En Nueva Zelanda se mantiene estable, mientras que en Australia registra una caída de 6% interanual, golpeada por la sequía.

Otro aspecto positivo es la reducción del endeudamiento. El auge de la ganadería generó durante los últimos dos años un estímulo extra para la faena de vacas lecheras a precios muy atractivos, lo que permitió reducir el endeudamiento del sector primario un 23% respecto al pico de comienzos de 2017, a US$ 268 millones.

Y comienza a desacelerarse la faena de vacas lecheras: bajó en octubre por segundo mes consecutivo tras el pico de agosto. A pesar de ello, el acumulado de 12 meses sigue en máximos históricos. En octubre fue de 6.765 cabezas, 18% menos que las 8.208 industrializadas en setiembre y lejos abajo de las 10.558 de agosto según datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC). En la comparación interanual, la faena también mostró un retroceso de 1% respecto a las 6.813 vacas enviadas a planta en igual mes de 2018.

Cierra un 2019 con precios estables, con un precio de exportación que se mueve en el eje de US$ 3.000 por tonelada. Hay una esperanza en el mediano plazo, con China como actor relevante, con una demanda adicional desde Asia que parece difícil de cubrir con la oferta de Oceanía.

Producción: Cecilia Ferreira y Cecilia Pattarino