Se buscan robots para salvar el mundo

Los alarmistas dicen que la inteligencia artificial robará puestos de trabajo, pero las tendencias demográficas predicen una escasez de trabajadores

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15 de septiembre de 2022 a las 15:02

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Por Ruchir Sharma

Hace poco, los autores estaban produciendo libros premonitorios sobre cómo “El auge de los robots” conduciría a “El futuro sin empleo”, en medio de pronósticos autorizados de que la mitad de todos los trabajos de Estados Unidos estarían en riesgo debido a la automatización que ya había comenzado.

Sin embargo, los recientes informes laborales plantean una amenaza diferente: no se trata de cómo los robots reemplazarán el trabajo humano, sino de si llegarán lo suficientemente rápido como para salvar a la economía mundial de la escasez de trabajadores.

El desempleo mundial es del 4,5 %, la tasa más baja desde que comenzaron los registros mundiales en 1980. La escasez de mano de obra ha alcanzado máximos históricos en las economías avanzadas, incluyendo el Reino Unido y Estados Unidos. Ahora hay 11,2 millones de vacantes para 5,6 millones de personas que buscan empleo en Estados Unidos, la brecha más amplia desde la década de 1950. Millones de trabajadores que renunciaron durante la pandemia aún no han regresado, lo cual ha aumentado la desesperación de los empleadores.

Estas presiones están aumentando ahora en gran parte porque el crecimiento de la población en edad de trabajar — entre 15 y 64 años — ha comenzado a disminuir, mientras que la proporción de personas mayores ha aumentado. El envejecimiento acelerado es, a su vez, un resultado tardío de los cambios sociales que comenzaron décadas antes: las mujeres están teniendo menos hijos y la ciencia ha extendido la esperanza de vida promedio.

La población en edad de trabajar se está reduciendo en cerca de 40 países, incluyendo la mayoría de las principales potencias económicas, frente a sólo dos a principios de la década de 1980. Estados Unidos está cayendo menos precipitadamente que la mayoría, pero comparte el mismo problema. Más que cualquier otro factor, menos trabajadores garantizan un crecimiento económico más lento, por lo que la mayoría de las naciones necesitarán más robots sólo para mantener vivo el crecimiento.

Los tecno-pesimistas siguen preocupados, diciendo que el espectro de los robots que roban trabajos y reducen los salarios resurgirá a medida que la pandemia se desvanezca y las personas que dejaron el trabajo regresen al trabajo, lo cual es posible . . . o tal vez no. De cualquier manera, las tendencias demográficas subyacentes predicen una escasez continua.

Entre las naciones más afectadas se encuentran China, Japón, Alemania y Corea del Sur. En cada país, se espera que la población en edad de trabajar se reduzca en al menos 400.000 personas al año hasta 2030. No es casualidad que estos países ya cuentan con altas concentraciones de robots y están produciendo más. Los fabricantes de Japón implementan casi 400 robots por cada 10.000 trabajadores, frente a 300 hace sólo cuatro años. China, con su estilo típico de gestión de arriba hacia abajo, está subsidiando fuertemente a los fabricantes de robots, con el objetivo de aumentar su producción en un 20 por ciento anual hasta 2030.

Los gobiernos pueden responder a la escasez de mano de obra de otras maneras: pagando bonificaciones a los padres para que tengan más hijos; animando a las mujeres a incorporarse en la fuerza laboral o volver al trabajo; acogiendo a los inmigrantes; o elevando la edad de jubilación. Pero todos estos pasos provocan resistencia humana, particularmente en una era furiosamente populista.

Los robots provocan una reacción diferente, un vago miedo a las máquinas y la inteligencia artificial que toma forma principalmente en los libros, rara vez como protesta contra el robo de puestos de trabajo. Mientras tanto, los robots siguen llegando silenciosamente al muelle de carga, sin confrontación.

Al igual que las innovaciones anteriores, los robots acaban con algunas profesiones y crean otras. El motor de gasolina hizo obsoleto al conductor de carruajes de caballos, pero engendró al conductor de taxi. Alrededor de un tercio de los empleos creados en Estados Unidos se encuentran en sectores profesionales que no existían o apenas existían hace 25 años. La tecnología trae disrupción, no destrucción seguida de nada, como implica el “futuro sin empleo”.

Cada robot puede reemplazar a tres o más trabajadores en las fábricas, el grupo más afectado. Pero el grado de disrupción depende del ritmo de cambio, a menudo exagerado. Los pronosticadores han estado prediciendo desde la década de 1950 que la implementación general de la inteligencia artificial llegaría en 20 años, pero aún no ha llegado.

Los robots continúan multiplicándose y, con la reducción de la mano de obra, no pueden llegar demasiado pronto. Debido a una caída inesperadamente pronunciada en las tasas de natalidad, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) elevó recientemente su pronóstico sobre el ritmo de disminución de la población, desde Estados Unidos hasta China. Se necesitan años para que los nacimientos afecten a la fuerza laboral, pero los gobiernos inteligentes actuarán ahora, atrayendo a más mujeres, inmigrantes, personas mayores y, sí, robots a la fuerza laboral. La otra opción es menos trabajadores, automatizados o no, y un futuro sin crecimiento.

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